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Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

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o muerto'. Ese es tu verda<strong>de</strong>ro título”. Mujer la Sáenz, la Manuela, la Libertadora <strong>de</strong>l<br />

Libertador: volcán ecuatorial, amante, revolucionaria, internacionalista, a quien <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong> y <strong>de</strong>l licenciamiento <strong>de</strong>l ejército Libertador, los nuevos ricos en el po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>sterraron <strong>de</strong> Bogotá, Jamaica, Quito, Guayaquil y Lima, hasta que su estrella se apagó <strong>de</strong><br />

frente al mar.<br />

Y mujeres también las “chisperas”, las “guaneñas”, las “montoneras” y las “chihuahuas”: esas<br />

“Juanas <strong>de</strong> <strong>América</strong>” que iban a la grupa <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>, Nariño, Artigas, San Martín y Morelos;<br />

compañeras <strong>de</strong> los soldados revolucionarios, <strong>de</strong> los mambises, cuates y compas <strong>de</strong> José Martí,<br />

Emiliano Zapata y Augusto Sandino, que iban, como van hoy, alumbrando en los campos y<br />

barriadas <strong>de</strong> Colombia y <strong>de</strong> <strong>América</strong>, la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> un mundo.<br />

Sí; esas mujeres <strong>de</strong> <strong>América</strong>, anónimas y <strong>de</strong>sconocidas, pero vivas y presentes en los instantes<br />

cruciales <strong>de</strong> la historia. Sobre ellas escribió Joaquín Posada Gutiérrez, oficial <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong><br />

<strong>Bolívar</strong>: “Estas 'hijas <strong>de</strong>l regimiento', jóvenes las más, algunas blancas y una que otra bella, son la<br />

provi<strong>de</strong>ncia para el soldado en marcha y en campaña (...). En los combates su heroísmo las<br />

santifica; en los mayores peligros, por en medio <strong>de</strong> las balas, metiéndose por entre los caballos,<br />

apartando las lanzas enemigas, buscan <strong>de</strong>sesperadas al hombre que aman cuando notan que falta en<br />

su fila, y a veces lo encuentran o su cadáver, y lo sepultan, o lo hallan respirando todavía, y<br />

entonces, provistas <strong>de</strong> tiras <strong>de</strong> lienzo, o sacándolas <strong>de</strong> su propia ropa, lo vendan, avisan, pi<strong>de</strong>n<br />

auxilio hasta en el campo enemigo, y muchos infelices <strong>de</strong>ben la vida a la tierna solicitud <strong>de</strong> su<br />

mujer; algunas <strong>de</strong> ellas caen traspasadas por las balas, y sin embargo ninguna se retira, ninguna<br />

huye mientras tiene la esperanza <strong>de</strong> servir en algo al pobre compañero <strong>de</strong> su triste vida” 31 .<br />

Sí, es ante aquella mujer <strong>de</strong>l pueblo, ternura pura y heroísmo sublime, ante la mujer múltiple con<br />

alma <strong>de</strong> comuna, la que el Libertador contempla extasiado y le arranca su ardiente proclama:<br />

“¡La mujer! Ah, ¡la mujer! ..Nuestros antepasados la consi<strong>de</strong>raban inferior al hombre. Nosotros la<br />

consi<strong>de</strong>ramos nuestra igual. Unos y otros estamos gran<strong>de</strong>mente equivocados, porque la mujer nos<br />

es muy superior. Dios la ha dotado <strong>de</strong> gran perspicacia y sensibilidad, y ha puesto en su corazón<br />

fibras <strong>de</strong>licadísimas; cuerdas muy sensibles a todo lo noble y elevado. <strong>El</strong> patriotismo, la admiración<br />

y el amor, hacen vibrar esas cuerdas; y <strong>de</strong> ahí resultan la caridad, la abnegación y el sacrificio” 32 .<br />

Mujeres combatientes como las <strong>de</strong> Trujillo: “Las mujeres, sí soldados, las mujeres <strong>de</strong>l país que<br />

estáis pisando combaten contra los opresores y nos disputan la gloria <strong>de</strong> vencerlos y con estos<br />

ejemplos <strong>de</strong> singular heroísmo en los fastos <strong>de</strong> la historia ¿habrá un solo hombre en Colombia, tan<br />

indigno <strong>de</strong> este nombre, que no corra veloz a engrosar nuestras filas (...) a romper las prisiones en<br />

que gimen esas verda<strong>de</strong>ras Belonas? ¡No, no! Todo hombre será soldado puesto que las mujeres se<br />

han convertido en guerreras y cada soldado será un héroe, por salvar pueblos que prefieren la<br />

libertad a la vida” 33 .<br />

Mujeres como las comuneras <strong>de</strong>l Socorro: “Un pueblo que ha producido mujeres varoniles, ninguna<br />

potestad humana es capaz <strong>de</strong> subyugarlo. Vosotras, hijas <strong>de</strong>l Socorro, vais a ser el escollo <strong>de</strong><br />

31 POSADA GUTIÉRREZ, Joaquín. Op. cit. T. II, pp. 78-79.<br />

32 Las mujeres guerrilleras en la Campaña Libertadora. Publicada en Antioquia en la Campaña<br />

Libertadora. Crónica Municipal, 1969. Me<strong>de</strong>llín, Colombia, p. 184.<br />

33 BOLÍVAR, Simón. Proclama <strong>de</strong> Trujillo. 22 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1813.

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