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Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

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simples parlamentos. Tal es el espíritu que domina en estos países, que preten<strong>de</strong>n gobernar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa por las santas leyes <strong>de</strong> la justicia y <strong>de</strong> la razón” 41 .<br />

Pividal, al referir hechos acontecidos en esos mismos días, presenta un ejemplo más sobre el<br />

cinismo con que el nuevo Secretario <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> los Ibi<strong>de</strong>m, Van Buren, se dirigía al Sr. Van Ness,<br />

su Ministro en España:<br />

“Contemplando con mirada celosa estos últimos restos <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r español en <strong>América</strong>, estos dos<br />

Estados (Colombia y México) unieron en una ocasión sus fuerzas y levantaron su brazo para<br />

<strong>de</strong>scargar un golpe, que <strong>de</strong> haber tenido éxito habría acabado para siempre con la influencia<br />

española en esta región <strong>de</strong>l globo, pero ese golpe fue <strong>de</strong>tenido principalmente por la oportuna<br />

intervención <strong>de</strong> este gobierno.. a fin <strong>de</strong> preservar para su Majestad Católica estas inapreciables<br />

porciones <strong>de</strong> sus posesiones coloniales” 42 .<br />

La referencia es sobre Cuba y Puerto rico. La conspiración permanente abarca todos los frentes.<br />

Esta es la historia que no se cuenta.<br />

5.5 EL SACRIFICIO DE COLOMBIA.<br />

<strong>Bolívar</strong> emprendió una vez más la extenuante travesía <strong>de</strong> las moles andinas y los valles infernales<br />

para volver a Bogotá. Tras la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> la invasión peruana lo acompañaba una ligera esperanza: el<br />

Congreso Admirable que reuniría a los más <strong>de</strong>stacados patriotas en la capital, entre los cuales estaba<br />

asegurada la asistencia <strong>de</strong> Sucre. Esto seria básico para reorganizar la república. <strong>Bolívar</strong> pidió a los<br />

pueblos que se pronunciasen por todos los medios sobre la forma <strong>de</strong> gobierno que <strong>de</strong>seaban.<br />

Ignoraba que sus enemigos tenían preparados los más terribles zarpazos contra Colombia.<br />

<strong>El</strong> nombramiento <strong>de</strong> William Henry Harrison como Ministro <strong>de</strong> los Ibi<strong>de</strong>m en Bogotá, que fue una<br />

<strong>de</strong> las últimas <strong>de</strong>signaciones diplomáticas <strong>de</strong> la administración Adams-Clay, era la señal indicada<br />

para provocar los criminales golpes. <strong>El</strong> nuevo ministro norteamericano había sido un “héroe”. Su<br />

hazaña más célebre había sido la <strong>de</strong> expropiar y exterminar a los “feroces” aborígenes <strong>de</strong> las<br />

inmensas pra<strong>de</strong>ras, y entregar sus tierras a los “valerosos conquistadores <strong>de</strong>l Lejano Oeste. Luego<br />

fue gobernador <strong>de</strong> su Estado natal, y, simultáneamente, “Inspector <strong>de</strong> los Asuntos Indios”, o,<br />

como dice Pividal, <strong>de</strong> los “Asuntos”, porque ya los indios habían muerto 1 .<br />

Harrison, pues, se establece en Bogotá y toma los hilos <strong>de</strong> la conspiración permanente. Ahora era<br />

el joven, arrogante, valeroso, ingenuo y audaz José María Córdoba quien <strong>de</strong>claraba la guerra. Esta<br />

<strong>de</strong>fección venía gestándose <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el joven general participaba en las tertulias <strong>de</strong> los Azuero,<br />

Vargas Tejada, Soto y Florentino González. En él habían influido las consejas <strong>de</strong>l general Santan<strong>de</strong>r<br />

y las pláticas <strong>de</strong> míster Hen<strong>de</strong>rson, el cónsul británico en Bogota. La fina y aristocrática Fanny<br />

Hen<strong>de</strong>rson, hija <strong>de</strong>l cónsul, había aceptado los galanteos <strong>de</strong>l joven general. Des<strong>de</strong> luego, cuando<br />

Córdoba visitaba a los Hen<strong>de</strong>rson, se hablaba <strong>de</strong> amor... ¡y <strong>de</strong> política! ¡Sobre todo <strong>de</strong> política! Allí<br />

fue contactado por Harrison.<br />

41 BOLÍVAR, Simón. A Sir Robert Wilson. Guayaquil, 27 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1829.<br />

42 Carta <strong>de</strong> Van Buren, <strong>de</strong>l 2 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1829. Cita en Francisco Pividal: Op. cit., p. 232.<br />

1 PIVIDAL, Francisco. Op. cit., p. 188.

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