08.05.2013 Views

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ecompensa con tanto mayor <strong>de</strong>recho cuanto que <strong>de</strong>claro solemnemente que he sido yo quien<br />

ha gobernado durante mi administración. De todo lo bueno o malo que haya hecho, yo soy el<br />

responsable” 39 .<br />

Sucre se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> Bolivia y llegó a Quito con su brazo paralizado por la herida. <strong>Bolívar</strong> <strong>de</strong>bió<br />

pensar que cuando se echaba abajo en asonadas tan aleves una potencia moral y política como<br />

Sucre, muy poco quedaba por hacer. Naturalmente, la agresión a éste y a sus heroicos Libertadores<br />

que se cubrieron <strong>de</strong> gloria en Ayacucho, era una agresión a Colombia que, unida a las soterradas<br />

activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l embajador peruano en Bogotá, don<strong>de</strong> había hecho contactos con los enemigos <strong>de</strong>l<br />

Libertador, y las intervenciones <strong>de</strong>l general La Mar en Guayaquil, <strong>de</strong>terminaron la ruptura <strong>de</strong><br />

relaciones colombo-peruanas.<br />

En esos mismos días el Libertador llegaba a Bogotá, cuando los santan<strong>de</strong>ristas estaban inaugurando<br />

otro periódico llamado <strong>El</strong> Granadino, nombre que por sí solo indicaba su orientación escisionista.<br />

Luego <strong>de</strong> una gélida entrevista con Santan<strong>de</strong>r el Congreso aprobó las gestiones conciliatorias <strong>de</strong>l<br />

Libertador en Venezuela. Pero ello no obe<strong>de</strong>ció a que los congresistas se hubiesen i<strong>de</strong>ntificado con<br />

las realizaciones <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong> en Venezuela. Simplemente, el Congreso se había rendido ante la sola<br />

presencia <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>, que tampoco quedó satisfecho con tal aprobación, pero al menos confiaba en<br />

que esto le permitida una tregua.<br />

Quedaba todavía una esperanza para conservar la integridad <strong>de</strong> Colombia: la Convención <strong>de</strong> Ocaña,<br />

don<strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong> y Santan<strong>de</strong>r iban a medir sus fuerzas. No obstante atendiendo a su instinto,<br />

comprendió con anticipación que esa histórica confrontación le iba a ser adversa. Al fin y al cabo,<br />

mientras él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1819, partió <strong>de</strong> Bogotá hacia Venezuela, Quito, Guayaquil, Lima y La Plata<br />

liberando pueblos y fundando repúblicas en su recorrido <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> leguas, que tuvo que<br />

<strong>de</strong>sandarlas para sofocar las conspiraciones permanentes en Lima, Guayaquil, Quito, Pasto, Bogotá<br />

y Caracas; habían corrido nueve años, tiempo más que suficiente para que Santan<strong>de</strong>r, quien no se<br />

movió <strong>de</strong> Bogotá, organizara su maquinaria electoral y política.<br />

Santan<strong>de</strong>r, que nunca dirigió victoriosamente ninguna batalla importante, y a quien los llaneros<br />

llamaban con soma “el soldado <strong>de</strong> papel”, <strong>de</strong>mostró, en cambio, que era un formidable e invencible<br />

guerrillero <strong>de</strong> papel en las pujas y revanchismos grupistas en el terreno leguleyo y tramposo y en la<br />

frondosa selva burocrática. Leamos lo que le dice a su compinche Azuero:<br />

“En mi profesión se evita dar una batalla campal a un enemigo po<strong>de</strong>roso y bien situado<br />

cuando hay esperanzas <strong>de</strong> <strong>de</strong>struirlo con partidas, sorpresas, emboscadas y todo género <strong>de</strong><br />

hostilida<strong>de</strong>s. Y para que no se piense que la comparación no cuadra, he <strong>de</strong> traer a su memoria<br />

el modo con que hasta aquí hemos hecho frente a los absolutistas: la entereza <strong>de</strong>l gobierno<br />

constitucional, apoyado en razón y justicia, la cooperación <strong>de</strong> algunas ciuda<strong>de</strong>s y la imprenta,<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que son los cuerpos con que hemos sacado hasta ahora triunfante la causa <strong>de</strong> la<br />

libertad” 40 .<br />

Nueve años en que Santan<strong>de</strong>r, como lo confiesa a su íntimo amigo, estaba emboscado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

gobierno, parapetado <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los aparatos <strong>de</strong> represión y propaganda, y reconocido como jefe<br />

supremo por una nutrida clientela <strong>de</strong> politiqueros. <strong>Bolívar</strong>, ciertamente, tenía al pueblo <strong>de</strong> su parte.<br />

Pero Santan<strong>de</strong>r disponía <strong>de</strong> la máquina, y ganada. <strong>El</strong> escepticismo <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong> fue tal, que privó <strong>de</strong><br />

39 DE SUCRE Antonio José. Intervención ante el Congreso <strong>de</strong> Bolivia, él 2 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />

1828.<br />

40 LIÉVANO AGUIRRE, Indalecio. <strong>Bolívar</strong>, p. 470.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!