08.05.2013 Views

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

espon<strong>de</strong>r a usted en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> mi tragedia (...). Cuando yo <strong>de</strong>diqué en La Habana algunos ratos <strong>de</strong><br />

la noche al ensayo <strong>de</strong> 'Atala', y <strong>de</strong>spués al <strong>de</strong> 'Guatimoc' estaba enteramente preocupado en favor<br />

<strong>de</strong>l nuevo sistema trágico italiano, que quiere que la acción sea simplísima, que no haya intrigas,<br />

inci<strong>de</strong>ntes y en fin, que todo el efecto <strong>de</strong> la tragedia haya <strong>de</strong> <strong>de</strong>berse por <strong>de</strong>cirlo así, a la fuerza <strong>de</strong>l<br />

diálogo. Ítem, yo me figuré que sería profanar la majestad <strong>de</strong> la historia el mezclar con ella alguna<br />

fábula, y pretendí, en consecuencia, formar una tragedia <strong>de</strong> un asunto, que aunque trágico no era<br />

tragediable, y que sólo me ofrecía por héroes una víctima maniatada y unos cuantos verdugos por el<br />

estilo <strong>de</strong> Boves y Morales: ¡Qué personajes tan dignos <strong>de</strong> Melpómene... 22<br />

Años <strong>de</strong>spués, en 1870, Pedro Fernán<strong>de</strong>z Madrid, escribió sobre lo anterior: “Esta nota merecería<br />

calificarse <strong>de</strong> excesivamente larga y aun <strong>de</strong> pueril, si solo se atendiese al valor o <strong>de</strong>mérito <strong>de</strong>l<br />

'Guatimoc'; pero consi<strong>de</strong>rada como medio <strong>de</strong> dar a conocer la ingenuidad con que se trataban el<br />

Libertador y el doctor Fernán<strong>de</strong>z Madrid, y como testimonio <strong>de</strong> la exactitud con que aquél juzgaba<br />

hasta en las materias más extrañas a su vocación, podrá estimarse no sólo excusable, sino (...) digna<br />

<strong>de</strong> alguna atención” 23 .<br />

Extasiémonos con el <strong>Bolívar</strong> filósofo y poeta en su Delirio sobre el Chimborazo:<br />

“Yo venía envuelto con el manto <strong>de</strong> Iris, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios<br />

<strong>de</strong> las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas, y quise subir al atalaya <strong>de</strong>l<br />

Universo. Busqué las huellas <strong>de</strong> La Condamine y <strong>de</strong> Humboldt seguílas audaz, nada me <strong>de</strong>tuvo;<br />

llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la<br />

corona diamantina que pusieron las manos <strong>de</strong> la Eternidad sobre las sienes excelsas <strong>de</strong>l dominador<br />

<strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s. Yo me dije: este manto <strong>de</strong> Iris que me ha servido <strong>de</strong> estandarte ha recorrido en mis<br />

manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los hombros<br />

gigantescos <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s; la tierra se ha allanado a los pies <strong>de</strong> Colombia, y el tiempo no ha podido<br />

<strong>de</strong>tener la marcha <strong>de</strong> la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor <strong>de</strong><br />

Iris, ¿y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos <strong>de</strong>l gigante <strong>de</strong> la tierra? ¡Sí podré! y<br />

arrebatado por la violencia <strong>de</strong> un espíritu <strong>de</strong>sconocido para mí, que me parecía divino, <strong>de</strong>jé atrás las<br />

huellas <strong>de</strong> Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como<br />

impulsado por el genio que me animaba, y <strong>de</strong>sfallezco al tocar con mi cabeza la copa <strong>de</strong>l<br />

firmamento: tenía a mis pies los umbrales <strong>de</strong>l abismo.<br />

“Un <strong>de</strong>lirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior.<br />

Era el Dios <strong>de</strong> Colombia que me poseía.<br />

“Yo soy el padre <strong>de</strong> los siglos, soy el arcano <strong>de</strong> la fama y <strong>de</strong>l secreto, mi madre fue la eternidad; los<br />

límites <strong>de</strong> mi imperio los señala el infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más po<strong>de</strong>roso que<br />

la muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces,<br />

niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees que es algo tu universo? ¿Que levantaros sobre un átomo <strong>de</strong> la<br />

creación, es elevaros? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pue<strong>de</strong>n servir <strong>de</strong> medida a mis<br />

arcanos? ¿Imagináis que habéis visto la santa verdad? ¿Suponéis locamente que vuestras acciones<br />

tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia <strong>de</strong>l Infinito que es mi<br />

hermano'.<br />

“Sobrecogido <strong>de</strong> un terror sagrado, ¿cómo, ¡oh Tiempo! -respondí- no ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>svanecerse el mísero<br />

mortal que ha subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado<br />

sobre la cabeza <strong>de</strong> todos. Yo domino la tierra con mis plantas; llego al eterno con mis manos; siento<br />

22 FERNÁNDEZ MADRID, José. Carta a <strong>Bolívar</strong>. Londres, 13 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1828.<br />

23 BOLÍVAR , Simón. Obras Completas. Edición citada. T. III, p. 526.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!