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Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

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<strong>El</strong> poeta francés Martín Maillefer, amigo <strong>de</strong> Lafayette, conoció a <strong>Bolívar</strong> en Caracas. a su regreso<br />

<strong>de</strong>l Perú, y nos <strong>de</strong>jó esta <strong>de</strong>scripción:<br />

“Sus expresivos ojos brillaban como dos diamantes negros, bajo una frente ancha que ha<br />

obscurecido el sol <strong>de</strong>l Ecuador y arrugado el pensamiento. Todo en él es meridional: fisonomía,<br />

lenguaje, mezcla singular <strong>de</strong> indolencia y energía, dominio <strong>de</strong> sí mismo e impetuosidad. Familiar<br />

con gracia, reservado sin altanería, bueno sin <strong>de</strong>bilidad, siempre está bien en su puesto, en el vivac<br />

como en los palacios,”a la mesa y aun, según se dice, en el buldoir, pues no ha sido la gloria su sola<br />

querida, y pue<strong>de</strong> perdonársele a un filántropo tan práctico el que no <strong>de</strong>sprecie la mitad más hermosa<br />

<strong>de</strong>l género humano” 8 .<br />

Es que <strong>Bolívar</strong> era fuego puro y amaba con pasión y sin misterios. Leamos esta carta que le envía a<br />

Manuelita Sáenz:<br />

“Mi adorada:<br />

¿Conque tú no me contestas claramente sobre tu terrible viaje a Londres? ¡Vamos! No te vengas<br />

con enigmas misteriosos. Diga usted la verdad, y no se vaya usted a ninguna parte: yo lo quiero<br />

resueltamente.<br />

“Respon<strong>de</strong> a lo que te escribí el otro día <strong>de</strong> un modo que yo pueda saber con certeza tu<br />

<strong>de</strong>terminación.<br />

“Tú quieres verme, siquiera con los ojos. Yo también quiero verte, y reverte y tocarte y sentirte y<br />

saborearte y unirte a mí por todos los contactos. ¿A que tú no quieres tanto como yo? Pues bien,<br />

ésta es la más pura y la más cordial verdad. Apren<strong>de</strong> a amar y no te vayas ni aun con Dios mismo.<br />

A la mujer Única. Tuyo” 9 . (Subrayas <strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>).<br />

¡Y Manuela era un volcán! Siendo muy joven la habían casado con un médico inglés <strong>de</strong> apellido<br />

Thorne, que la amó siempre, a pesar <strong>de</strong> que era <strong>de</strong> conocimiento general el romance <strong>de</strong> su mujer<br />

con el Libertador. En repetidas ocasiones le escribió insistiéndole en que regresara a su lado,<br />

diciéndole que le perdonaba sus extravíos con <strong>Bolívar</strong>. Pero Manuela <strong>de</strong>spreció siempre el dinero y<br />

los regalos que su dolido esposo le hacía. Leamos esta carta <strong>de</strong> ruptura <strong>de</strong> Manuela con Thorne:<br />

“¡No, no, no, no más, hombre, por Dios! ¿Por qué hacerme usted escribir faltando a mi resolución?<br />

Vamos, ¿qué a<strong>de</strong>lanta usted, sino hacerme pasar por el dolor <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a usted, mil veces, no? Señor,<br />

usted es excelente, es inimitable, jamás diré otra cosa sino lo que es usted; pero mi amigo, <strong>de</strong>jar a<br />

usted por el General <strong>Bolívar</strong>, es algo: <strong>de</strong>jar a otro marido sin las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> usted, sería nada.<br />

“Y usted cree que yo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ser la predilecta <strong>de</strong> este General, por siete años, y con la seguridad<br />

<strong>de</strong> poseer su corazón, prefiera ser la mujer <strong>de</strong>l Padre, <strong>de</strong>l Hijo y <strong>de</strong>l Espíritu Santo. ¡He! ¡Ni <strong>de</strong> la<br />

Santísima Trinidad! Si algo siento es que no haya sido usted algo mejor para haberlo <strong>de</strong>jado. Yo sé<br />

muy bien que nada pue<strong>de</strong> unirme a él bajo los auspicios <strong>de</strong> lo que usted llama honor. ¿Me cree<br />

usted menos honrada por ser él mi amante y no mi marido? ¡Ah! yo no vivo <strong>de</strong> las preocupaciones<br />

sociales, inventadas para atormentarse mutuamente.<br />

8 I<strong>de</strong>m., p. 194.<br />

9 I<strong>de</strong>m., p. 207.

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