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Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

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“Hacía algún tiempo que el General Córdoba me había comunicado <strong>de</strong> Popayán su enemistad al<br />

gobierno <strong>de</strong> Vuestra Excelencia, y aunque no me indicó jamás <strong>de</strong> una manera positiva su intento<br />

revolucionario, no me fue difícil presentir que este sería el término a que <strong>de</strong>berían conducirlo las<br />

i<strong>de</strong>as que había abrazado con el calor y la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> su carácter. Yo me esforcé entonces en<br />

combatir su pensamiento y no excusé razón alguna, ni oposición <strong>de</strong> ningún género, para hacerlo<br />

<strong>de</strong>sistir <strong>de</strong> su empresa. Creía haberlo conseguido cuando se presenta en esta ciudad, y con tanta<br />

sorpresa como dolor <strong>de</strong> mi alma, le oigo hablar <strong>de</strong>l movimiento que proyectaba ejecutar... Mi falta,<br />

excelentísimo señor es forzoso que... me permita que lo diga, consiste en que no tuve el valor<br />

necesario para colocar la cabeza <strong>de</strong> mi hermano y <strong>de</strong> mi bienhechor bajo el hacha <strong>de</strong> la ley: yo lo<br />

amaba <strong>de</strong> una manera in<strong>de</strong>cible, lo miraba como la honra y el apoyo <strong>de</strong> mi familia, le era <strong>de</strong>udor <strong>de</strong><br />

una amistad perfecta y <strong>de</strong> bonda<strong>de</strong>s repetidas; estaba habituado a obe<strong>de</strong>cer su autoridad y respetar<br />

su impertérrito valor; y estos sentimientos, contrabalanceando mi adhesión constante a la persona <strong>de</strong><br />

Vuestra Excelencia, mi opinión política y mi fi<strong>de</strong>lidad al gobierno nacional, me empeñaron en la<br />

causa que me ha <strong>de</strong>jado por herencia el luto, el infortunio y el dolor.<br />

“Vuestra Excelencia, tan hábil guerrero como buen filósofo, acostumbrado a dirigir a los hombres<br />

por el conocimiento <strong>de</strong> sus pasiones, a son<strong>de</strong>ar el corazón humano y a calcular las fuerzas que lo<br />

impelen a obrar, pue<strong>de</strong> estimar hasta qué punto fue embarazosa y difícil mi situación y cuál el grado<br />

<strong>de</strong> mi culpabilidad por haber escuchado el grito po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong> la naturaleza, <strong>de</strong>sgraciadamente en<br />

contradicción con mis <strong>de</strong>beres públicos” 67 .<br />

<strong>El</strong> Libertador recibió a Salvador Córdoba en Cartago y lo abrazó con emoción y respeto,<br />

manifestándole sus sentimientos por el <strong>de</strong>sventurado fin <strong>de</strong> su heroico hermano. Concedió una<br />

amnistía amplia para él, para su cuñado Jaramillo y para los que no habían sido cobijados por la<br />

amnistía ofrecida por OLeary, y eximió a Antioquia <strong>de</strong> la contribución económica que se le había<br />

impuesto como in<strong>de</strong>mnización.<br />

<strong>Bolívar</strong> solía recordar, como principio ético que guiaba su conducta, “que mientras tuviese bienes<br />

que hacer a la humanidad, el hombre que se quedaba en la inacción era culpable” 68 .<br />

William Henry Harrison, que había llegado a Colombia como coronel, regresaba a los Ibi<strong>de</strong>m como<br />

general, siendo, a<strong>de</strong>más, premiado con la Primera Magistratura <strong>de</strong> su nación, y, como anota Pividal,<br />

“Luego <strong>de</strong> prestar juramento <strong>de</strong> su cargo, marchó a caballo, con la cabeza <strong>de</strong>scubierta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

Congreso hasta la Casa Blanca. Acción tan valerosa y recorrido ¡tan impru<strong>de</strong>nte! en los precisos<br />

instantes en que caía una fuerte nevada, le ganaron una pulmonía que puso fin a su vida, sin apenas<br />

haberse sentado en la silla presi<strong>de</strong>ncial” 69 .<br />

Sobre conspiradores <strong>de</strong> esta calaña conviene recordar las palabras <strong>de</strong> José Martí: “Los que pelean<br />

por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otro<br />

pueblo sus tierras, no son héroes sino criminales” 70 .<br />

Hemos visto que las soterradas maniobras <strong>de</strong> agresión por parte <strong>de</strong> los Ibi<strong>de</strong>m , fueron el centro <strong>de</strong><br />

acción <strong>de</strong> todos los sucesos que ferozmente fueron urdidos para <strong>de</strong>struir la política unitaria,<br />

<strong>de</strong>mocrática, popular e internacionalista <strong>de</strong> Simón <strong>Bolívar</strong>, para combatir y frustrar la unidad<br />

continental <strong>de</strong> las naciones hispanoamericanas que se expresaban en el proyectado Congreso<br />

67 67. DE MOSQUERA, Tomás Cipriano. Op. cit.<br />

68 68. BOLÍVAR, Simón. Carta al general La Mar. Lima, 17 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1825.<br />

69 69. PIVIDAL, Francisco. Op. cit., p. 190.<br />

70 70. Antología mfnima <strong>de</strong> José Martf, T. !I, p. 2.

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