08.05.2013 Views

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

Bolívar: El Hombre de América - Academia Nacional de Medicina

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Reverend anota que “Días <strong>de</strong>spués, ya muy grave el enfermo, el escribano notario <strong>de</strong> Santa Marta<br />

vino a la quinta y se puso en medio <strong>de</strong> un círculo formado por los generales Montilla, Carreño,<br />

Silva y los señores Joaquín <strong>de</strong> Mier, Ujueta y otras personas respetables, para leer la alocución<br />

dirigida por <strong>Bolívar</strong> a los colombianos. Apenas pudo llegar a la mitad, su emoción no le permitió<br />

continuar, y le fue preciso ce<strong>de</strong>r el puesto al doctor Recuero, auditor <strong>de</strong> Guerra, quien concluyó la<br />

lectura; pero al acabar <strong>de</strong> pronunciar las últimas palabras yo bajaré tranquilo al sepulcro, <strong>Bolívar</strong><br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la butaca don<strong>de</strong> estaba sentado, dijo con voz ronca: sí, al sepulcro, es lo que me han<br />

proporcionado mis conciudadanos” pero yo los perdono, ¡Ojalá que yo pudiera llevar conmigo el<br />

Consuelo <strong>de</strong> que permanezcan unidos! Al oír estas palabras, que parecían salir <strong>de</strong> la tumba, se me<br />

oprimió el corazón, y al ver la consternación pintada en el rostro <strong>de</strong> los circunstantes, a cuyos ojos<br />

asomaban las lágrimas, tuve que apartarme <strong>de</strong>l círculo para ocultar las mías, que no me habían<br />

arrancado cuadros más patéticos...” 59 .<br />

Peru De Lacroix no fue capaz <strong>de</strong> ver a <strong>Bolívar</strong> moribundo. Se trasladó a Cartagena y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, un<br />

día antes <strong>de</strong> que <strong>Bolívar</strong> expirara, le escribió esta emocionante y dolorosa carta a Manuela:<br />

“A mi señora doña Manuela Sáenz.<br />

“Mi respetable y <strong>de</strong>sgraciada señora:<br />

“He prometido escribir a usted y hablarle con verdad. Voy a cumplir este encargo, y empezaré por<br />

darle la más fatal noticia... Permanecí en San Pedro (Alejandrino) hasta el 16, que partí para esta<br />

ciudad, <strong>de</strong>jando a Su Excelencia en estado <strong>de</strong> agonía que hacía llorar a todos los amigos que lo<br />

ro<strong>de</strong>aban. A su lado estaban los generales Montilla, Silva, Portocarrero, Carreño, Infante y yo, y los<br />

coroneles Cruz Pare<strong>de</strong>s y Wilson, capitán Ibarra, teniente Fernando <strong>Bolívar</strong>, y algunos otros<br />

amigos; Sí, mi <strong>de</strong>sgraciada señora, el gran<strong>de</strong> hombre estaba para <strong>de</strong>jar esta tierra <strong>de</strong> la ingratitud y<br />

pasar a la mansión <strong>de</strong> los muertos a tomar asiento en el templo <strong>de</strong> la posteridad y <strong>de</strong> la inmortalidad,<br />

al lado <strong>de</strong> los héroes que más han figurado en esta tierra <strong>de</strong> miseria. Le repito a usted, con el<br />

sentimiento <strong>de</strong>l más vivo dolor, con el corazón lleno <strong>de</strong> amarguras y heridas, <strong>de</strong>jé al Libertador en<br />

brazos <strong>de</strong> la muerte, en una agonía tranquila, pero que no podía durar mucho. Por momentos estoy<br />

aguardando la fatal noticia, y mientras tanto, lleno <strong>de</strong> agitación, <strong>de</strong> tristeza, lloro ya la muerte <strong>de</strong>l<br />

Padre <strong>de</strong> la Patria, <strong>de</strong>l infeliz y gran<strong>de</strong> <strong>Bolívar</strong>, matado por la perversidad y por la ingratitud <strong>de</strong> los<br />

que a él todo lo <strong>de</strong>bían, que todo lo habían recibido <strong>de</strong> su generosidad<br />

“Tal es la triste y fatal noticia que me veo en la dura necesidad <strong>de</strong> dar a usted. Ojalá el cielo, más<br />

justo que los hombres, echase una ojeada sobre la pobre Colombia, que viese la necesidad que hay<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>volverle a <strong>Bolívar</strong>... Permítame usted, mi respetada señora, llorar Con usted la pérdida<br />

inmensa que ya habremos hecho, y que habrá sufrido toda la República y prepárese usted a recibir<br />

la última y fatal noticia.<br />

L. Peru De Lacroix” 60 .<br />

“Llegó el 17 <strong>de</strong> diciembre -dice Reverend-. Eran las nueve <strong>de</strong> la mañana, cuando me preguntó el<br />

general Montilla por el estado <strong>de</strong>l Libertador. Le contesté que a mi parecer no pasaría el día. Al oír<br />

estas palabras, el general se dio una palmada en la frente echando una formidable blasfemia, al<br />

mismo tiempo que las lágrimas se asomaban a sus ojos...<br />

59 59. PRÓSPERO REVEREND, A. Boletín, 10 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1830.<br />

60 60. DE LACROIX, L. Perú. Carta a Manuela Sáenz. Cartagena, 16 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1830.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!