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UNESCO. General Conference; 30th; Records ... - unesdoc - Unesco

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40.1 Sr. VARGAS SALAZAR (Costa Rica):<br />

Señor Presidente de la Conferencia <strong>General</strong>, señor Presidente del Consejo Ejecutivo, señor<br />

representante del Director <strong>General</strong>, Excmos. Señores ministros, ministras y jefes de delegación, damas y<br />

caballeros: Costa Rica desea expresar su gratitud imperecedera al Dr. Federico Mayor por su apasionada lucha<br />

por la paz y la educación en el mundo y hace votos por que la labor del nuevo Director <strong>General</strong>, a la que aporta<br />

su apoyo entusiasta y permanente, sea plena de éxitos.<br />

40.2 Vengo de un pequeño país ubicado en el corazón del continente americano, bañado por dos océanos,<br />

sembrado de volcanes y bendecido por una naturaleza exuberante, pródiga y diversa que se guarda como el más<br />

caro de nuestro tesoros. Vengo de una tierra pequeña y feraz, cuna de un pueblo de labriegos que muestra al<br />

mundo con orgullo su historia de más de un siglo de inalterada vida democrática, de un pueblo pobre, trabajador<br />

y sencillo que le ha declarado la guerra a la guerra, que abolió constitucionalmente el ejército hace más de medio<br />

siglo, que cerró los cuarteles para transformarlos en museos, centros de arte y de cultura y que –cincuenta años<br />

atrás- emprendió decidido la gigantesca reforma social que desterró de nuestro suelo el germen de las luchas<br />

fraticidas, al universalizar la atención de servicios de salud pública, al extender sobre los trabajadores una<br />

legislación laboral que es coraza protectora contra la explotación y la injusticia, al elevar a rango constitucional<br />

las garantías sociales y al erigir, en suma, los sólidos pilares sobre los que se asienta, serena y segura, la paz de<br />

que gozamos todos los costarricenses.<br />

40.3 Vengo de un pueblo profundamente comprometido con la educación, cuyos primeros gobernantes,<br />

maestros por vocación y profesión, trazaron con claridad y firmeza las sendas hacia las elevadas metas educativas<br />

cuya consecución ha exigido que los costarricenses, pese a nuestra histórica y angustiosa pobreza económica,<br />

hayamos relegado o pospuesto cualesquiera otros intereses, para destinar el máximo de nuestros exiguos recursos<br />

al desarrollo de una educación de excelencia y de equidad para todos nuestros niños y niñas, para nuestros<br />

jóvenes y para nuestros hombres y mujeres trabajadores. Por ello, porque nuestra opción prioritaria ha sido la<br />

educación, no hemos construido cuarteles ni trincheras bélicas y así –pese a nuestra pobreza económica- todo<br />

niño y niña costarricense tiene una escuela a una distancia no mayor de tres kilómetros de su casa.<br />

40.4 Porque no gastamos absurdamente nuestro dinero en la compra de ametralladoras, aviones de guerra u<br />

otros innobles instrumentos de muerte y destrucción, hemos podido encauzar nuestros recursos económicos –<br />

siempre escasos- a la construcción de una vida más próspera y plena para nuestro pueblo. Así, como resultado de<br />

grandes sacrificios, hemos alcanzado una cobertura de un 83% de la población en edad preescolar; una tasa bruta<br />

de escolaridad del 112% en la escuela primaria y un índice nacional de alfabetización superior al 95%.<br />

40.5 Porque nos negamos a derrochar torpe y vanamente nuestros recursos en mantener un ejército de<br />

militares, de esos que no pocas veces en la historia de nuestra América han mancillado la democracia y han<br />

ensangrentado sus manos con el dolor de los hermanos más humildes; porque nos negamos invariantemente a<br />

ello, hemos constituido un invencible ejército de paz, un ejército de maestros y profesores sólidamente formados<br />

en el ámbito universitario y permanentemente actualizados en sus disciplinas y estrategias didácticas, que<br />

distribuidos por todos los repliegues de la geografía patria, construyen y recrean –con nuestros niños y nuestros<br />

jóvenes- el conocimiento científico, la tecnología, la técnica y el arte.<br />

40.6 Atrincherado en las aulas y sin otro armamento que las pizarras, los laboratorios, los cuadernos y los<br />

libros, mi pueblo ha librado una ingente batalla hasta lograr que uno de cada dos niños costarricenses tenga<br />

acceso real y efectivo a la informática educativa, concebida ésta como instrumento para la construcción activa,<br />

creativa y crítica del conocimiento, y que el 90% de nuestros colegios cuente hoy con laboratorios de informática<br />

en donde los jóvenes, más que usuarios pasivos de programas predefinidos, son arquitectos de un nuevo<br />

pensamiento que se forja en la programación y la robótica. Sin embargo, este logro singular, del que estamos tan<br />

justamente orgullosos, no fue obtenido gratuitamente; antes bien, su consecución es el producto de un esfuerzo<br />

económico ciclópeo del gobierno nacional y de una participación activa de los padres y madres que reunieron los<br />

recursos para que sus hijos fuesen armados caballeros de la tecnología y el conocimiento en los laboratorios<br />

escolares de informática y pudiesen enfrentar con mayor seguridad y éxito los retos del siglo venidero. Para<br />

lograr esta meta tuvimos incluso que enfrentarnos a la arrogante irresponsabilidad de la empresa extranjera<br />

proveedora de los equipos informáticos, a su desdén por los compromisos contractuales contraídos y al coro de<br />

acólitos que hacen eco a su soberbia.<br />

40.7 Por eso en el atardecer de este milenio –cuando la incertidumbre, la ansiedad, la paradoja y la esperanza<br />

brotan de la vorágine de cambio acelerado y del inusitado crecimiento científico y tecnológico que caracterizan<br />

nuestro tiempo– los costarricenses renovamos nuestra fe en la educación como sendero anchuroso y privilegiado<br />

para alcanzar la meta esencial de desarrollo pleno de la persona humana, con preeminencia sobre cualquier otro<br />

valor social. Por ello, empeñamos hoy nuestro mejor esfuerzo en la universalización del modelo de “escuelas<br />

líderes” que surge en Costa Rica, gracias a la generosidad de los Países Bajos y la sabia ejecución técnica de la<br />

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