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A. La corte de Alfonso VIII - Gonzalo de Berceo

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<strong>corte</strong> inglesa <strong>de</strong> Enrique II y Leonor <strong>de</strong> Aquitania. Ya he aludido a la <strong>corte</strong> <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> doña<br />

Leonor <strong>de</strong> Castilla como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>corte</strong>sía y refinamiento, pero es necesario indicar que<br />

también tenemos<br />

indicios <strong>de</strong> que en ese mismo contexto se aplaudían entretenimientos <strong>de</strong> más<br />

bajo carácter.<br />

Así, Ruth Harvey menciona un documento por el que Enrique II dona a un tal<br />

Roland le Pettour<br />

("Rolando el Pedorro"), su ioculator ("juglar"), treinta acres <strong>de</strong> tierra, en<br />

recompensa por<br />

haberle entretenido cada Navidad con un "saltum, siffletum et pettum" ("un<br />

63<br />

salto, un silbidillo, y un pedo") (227). Es bien conocido, especialmente tras la difusión <strong>de</strong> las<br />

teorías <strong>de</strong> Mikhail Bakhtin sobre el carnaval, que fechas como la Navidad estaban <strong>de</strong>dicadas a<br />

espectáculos carnavalescos, que hoy nos parecerían altamente impropios, pero que eran<br />

habituales en la Edad Media. <strong>La</strong>s grotescas hazañas <strong>de</strong> Roland le Pettour <strong>de</strong>ben ser estudiados<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este contexto carnavalesco. Sin embargo, esto no contradice la afirmación que me<br />

interesa en este momento: la <strong>corte</strong> no separaba espectáculos altos y bajos al modo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>coro<br />

actual. Por ello, me parece plausible que los juglares hicieran otro tanto.<br />

No me cabe duda <strong>de</strong> que estas dos clases <strong>de</strong> espectáculos (los que incluían refinadas<br />

piezas literarias y los que se componían <strong>de</strong> bufonadas) no se mezclaban a menudo, sino que cada<br />

uno se <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> <strong>de</strong>stinar a una situación concreta, <strong>de</strong>pendiendo, <strong>de</strong> seguro, <strong>de</strong>l humor <strong>de</strong>l<br />

público: en ocasiones la representación se limitaría a un material elevado, y en otras a uno bajo.<br />

Es durante éstas cuando los juglares podían rebuznar, saltar, disfrazarse, e intentar emular al<br />

egregio Roland le Pettour. Asimismo, es sin duda durante estos momentos en los que el público<br />

apetecía bufonadas cuando se podía mezclar la interpretación <strong>de</strong> una canción <strong>de</strong>licada con la<br />

grotesca apariencia o actuación <strong>de</strong>l intérprete, o con un contexto burlesco. En cualquier caso, lo<br />

importante es que resulta muy complicado encasillar a los juglares en un espectáculo<br />

<strong>de</strong>terminado, puesto que lo más<br />

probable es que tuvieran un repertorio caracterizado,<br />

precisamente, por una increíble variedad.<br />

II. C. 4-. Trovador vs. juglar.<br />

63 Sospecho que el mérito <strong>de</strong> Roland le Pettour estaba en llevar a cabo estos tres actos a un tiempo.

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