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A. La corte de Alfonso VIII - Gonzalo de Berceo

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el con<strong>de</strong> don Demóstenes que en esso los miso<br />

fuera, si non por poco, duramente repriso. (211)<br />

Fue, quando vio la seña [<strong>de</strong> Alexandre], represo el conçejo [ateniense],<br />

reptavan a Demóstenes que les dio el consejo,<br />

por poco le ovieran fecho muy mal trebejo,<br />

mas prisieron acuerdo mejor un poquillejo. (213)<br />

Es <strong>de</strong>cir, Cleor sabe bien lo que hace: el Libro <strong>de</strong> Alexandre le presenta como un consumado<br />

argumentista. Por ello, su siguiente razonamiento también trata <strong>de</strong> asemejar Tebas a Atenas:<br />

ombres d' aquí salieron, que te sabré contar,<br />

por que al terretorio <strong>de</strong>ves tú perdonar. (237cd)<br />

Tras <strong>de</strong>cir esto, Cleor pasa a enumerar una serie <strong>de</strong> hombres ilustres según él proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

Tebas: Hércules, Diome<strong>de</strong>s, Aquiles, y Baco. De nuevo, el argumento es extraño, porque el<br />

único hombre ilustre famoso en la Antigüedad que nació en Tebas fue el poeta Píndaro, cuya<br />

casa fue el único edificio que mandó respetar el Alejandro Magno histórico cuando <strong>de</strong>struyó<br />

Tebas, aunque este dato no aparece en el Libro <strong>de</strong> Alexandre. <strong>La</strong> ciudad<br />

caracterizada por su<br />

brillante historia no era Tebas, sino Atenas, cuyo recuerdo vuelve a evocar Cleor <strong>de</strong> este modo.<br />

A continuación, el juglar recurre a un argumento<br />

más, éste <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n político: si<br />

Alexandre respeta Tebas, le irá bien en sus campañas. Evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

Cleor está, una vez más,<br />

recordando el caso ateniense, puesto que, como señalamos anteriormente, el Libro <strong>de</strong> Alexandre<br />

sugiere que Alexandre respetó Atenas por motivos políticos. Por consiguiente, el discurso <strong>de</strong><br />

Cleor es una obra maestra, en perfecta consonancia con las artes retóricas medievales,<br />

que<br />

preten<strong>de</strong> presentar el caso <strong>de</strong> Tebas a Alexandre como similar al <strong>de</strong> Atenas, y como una<br />

situación en la que se <strong>de</strong>be aplicar el consejo <strong>de</strong> Aristóteles. Sin embargo, la perorata <strong>de</strong>l juglar<br />

no surte efecto alguno:<br />

Cleor finó su cántica, el rey fue su pagado,<br />

dióle quanto él quiso <strong>de</strong> aver monedado;<br />

mas perdonar non quiso<br />

a Tebas el pecado:<br />

mandó que le pusiessen fuego <strong>de</strong> cab' a cabo.<br />

(242)<br />

Es <strong>de</strong>cir, Alexandre se compor ta <strong>de</strong> manera alegre y liberal con el juglar,<br />

pero sin embargo<br />

<strong>de</strong>satien<strong>de</strong> su súplica y le pega fuego a Tebas. El contraste entre la suerte <strong>de</strong> Atenas y la <strong>de</strong><br />

Tebas se halla en todas las fuentes que relatan la campaña griega <strong>de</strong> Alejandro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Quinto

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