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A. La corte de Alfonso VIII - Gonzalo de Berceo

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su narración en términos jurídicos" (El Poema 96). Por otra parte, Milija N. Pavlovic y Roger M.<br />

Walker, en otro <strong>de</strong> los mejores estudios jurídicos <strong>de</strong>l Poema <strong>de</strong> mio Cid, también admiten la<br />

existencia <strong>de</strong> un tono claramente legal en el poema ("Money" 197). Concretamente, Pavlovic y<br />

Walker afirman que el poeta representa al Cid usando la ley <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> una manera muy sutil<br />

y habilidosa ("Money" 205).<br />

Otros muchos estudiosos, entre los que <strong>de</strong>stacan Diego Catalán (50), Deyermond (El<br />

Cantar 50), <strong>La</strong>carra (El Poema 97), Juan Portera (251-52), el propio Colin Smith (Estudios 66;<br />

72; The Making 85-86), Ruth House Weber (86), y Anthony Zahareas (162-63), han coincidido<br />

en señalar que el Poema <strong>de</strong> mio Cid presenta un mensaje legal muy concreto: la exaltación <strong>de</strong> la<br />

venganza pública,<br />

por medio <strong>de</strong> procesos jurídicos, y el rechazo <strong>de</strong> la venganza privada. El<br />

análisis <strong>de</strong>l texto confirma esta<br />

opinión <strong>de</strong> los críticos:<br />

" D'ella e d'ella part en paz seamos oy;<br />

juro par Sant Esidro, el que bolviere mi cort<br />

quitarme á el reino, per<strong>de</strong>rá mi amor.<br />

Con el que toviere <strong>de</strong>recho, yo d'essa parte me só". (3139-42)<br />

"Aved vuestro <strong>de</strong>recho, tuerto non quera<strong>de</strong>s vós,<br />

ca qui tuerto quisiere fazer, mal ge lo vedaré yo,<br />

en todo mio reino non avrá buena sabor". (3600-02)<br />

En ambos casos, el rey <strong>Alfonso</strong> VI subraya su empeño en solventar los problemas entre ambas<br />

partes (el Cid y sus hombres frente a los Vani-Gómez), <strong>de</strong> una manera acor<strong>de</strong> con las leyes<br />

("Con el que toviere <strong>de</strong>recho, yo d'essa parte me só"; "Aved vuestro <strong>de</strong>recho, tuerto non<br />

quera<strong>de</strong>s vós"). A<strong>de</strong>más, en términos muy parecidos, <strong>Alfonso</strong> VI prohíbe expresamente<br />

cualquier violación <strong>de</strong> esta ley, y cualquier intento <strong>de</strong><br />

tomar la justicia en las manos <strong>de</strong> los<br />

particulares ("D'ella e d'ella part en paz seamos oy; / juro par Sant Esidro, el que bolviere mi cort<br />

/ quitarme á el reino, per<strong>de</strong>rá mi amor"; "ca qui tuerto quisiere fazer, mal ge lo vedaré yo, / en<br />

todo mio reino non avrá buena sabor").<br />

No obstante, la cuestión en disputa es si estos conocimientos e inclinaciones legales<br />

suponen o no que el autor <strong>de</strong>l Poema <strong>de</strong> mio Cid fuera un letrado. <strong>La</strong> mayoría <strong>de</strong> los estudiosos<br />

contesta afirmativamente:<br />

el poeta cidiano tuvo que haber pasado por el sistema educativo<br />

medieval. Uno <strong>de</strong> los medievalistas que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n esta tesis es Burke, quien sostiene que, en la

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