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A. La corte de Alfonso VIII - Gonzalo de Berceo

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la ganancia"). Es <strong>de</strong>cir, el Cid usa su habilidad oratoria para <strong>de</strong>spertar la codicia <strong>de</strong> sus hombres,<br />

uno <strong>de</strong> los principales móviles que éstos tienen paa el combate. Se trata <strong>de</strong> un método muy en<br />

consonancia con el espíritu <strong>de</strong>l poema y, por consiguiente, muy efectivo. Por tanto, el poeta<br />

caracteriza como elocuente la forma que tiene el Cid <strong>de</strong> dirigirse a sus soldados antes <strong>de</strong>l<br />

combate. 113<br />

Estos discursos elocuentes <strong>de</strong> Rodrigo a sus hombres aparecen por toda la obra. Po<strong>de</strong>mos<br />

encontrar uno <strong>de</strong> ellos, por ejemplo, cuando las tropas <strong>de</strong> los moros <strong>de</strong> Valencia cercan a las<br />

huestes <strong>de</strong>l Cid en el castillo <strong>de</strong> Murviedro:<br />

"¡Oíd, mesnadas, sí el Criador vos salve!<br />

Después que nos partiemos <strong>de</strong> la linpia cristiandad<br />

(non fue a nuestro grado ni nós pudiemos más),<br />

grado a Dios, lo nuestro fue a<strong>de</strong>lant.<br />

Los <strong>de</strong> Valencia cercados nos han;<br />

si en estas tierras quisiéremos durar,<br />

firmemientre son éstos a escarmentar.<br />

Passe la noche e venga la mañana,<br />

aparejados me sed a cavallos e armas;<br />

iremos ver aquella su almofalla.<br />

Commo omnes exidos a tierra estraña,<br />

allí pareçrá el que merece la soldada". (1115-26)<br />

Esta vez, no hay ninguna sutileza especial en el discurso <strong>de</strong>l héroe. Sin embargo, su intervención<br />

es efectiva y elocuente. El Cid se limita a plantear la situación a sus hombres, pintándoles como<br />

absolutamente necesario<br />

<strong>de</strong>rrotar a los valencianos con el fin <strong>de</strong> sobrevivir ("si en estas tierras<br />

quisiéremos durar, / firmemientre son éstos a escarmentar"). De este modo,<br />

el héroe precisa que<br />

sus soldados no tienen la opción <strong>de</strong> huir. A continuación, el Cid da instrucciones militares a la<br />

tropa ("Passe la noche e venga la mañana, / aparejados me sed<br />

a cavallos e armas"). Por último,<br />

113<br />

<strong>La</strong> facundia <strong>de</strong> los discursos <strong>de</strong> Rodrigo a sus soldados también se resaltaba<br />

en la Historia Ro<strong>de</strong>rici. Por<br />

ejemplo, en cierta ocasión el héroe se dirige a los su yos con un discurso que el autor califica <strong>de</strong> "dulci parabola"<br />

(957), "dulce discurso". En otro pasaje parecido, el aut or <strong>de</strong> la Historia Ro<strong>de</strong>rici también <strong>de</strong>scribe al Cid animando<br />

a sus hombres antes<br />

<strong>de</strong>l combate:<br />

Ro<strong>de</strong>ricus uero solita cordis animositate se et suos uiriliter confortabat<br />

ac corroborabat [. . .].<br />

(959)<br />

Ciertamente, Rodrigo confortaba y animaba tanto a sí mismo como a los suyos virilmente, con su<br />

característica fortaleza <strong>de</strong> ánimo.

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