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A. La corte de Alfonso VIII - Gonzalo de Berceo

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alababa en su señor i<strong>de</strong>al. Por último, García <strong>de</strong>dica las líneas finales, característicamente, a<br />

repren<strong>de</strong>r com s contemporáneos, que, en su opinión, son totalmente impropios en un<br />

banquete cortés: la murmuración y el sarcasmo. 128<br />

portamiento<br />

V. A. 2-. d) vi. Clemencia.<br />

Otra <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s <strong>corte</strong>ses que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> Diego García es la piedad o clemencia. Sin<br />

lugar a dudas, la piedad es una cualidad especialmente apreciada en un eclesiástico, por tener<br />

mucho <strong>de</strong> virtud cristiana, y no solamente <strong>de</strong> adorno cortés. Por ello, el comportamiento <strong>de</strong>l<br />

obispo mal <strong>corte</strong>sano que <strong>de</strong>scribe García, usando una comparación probablemente sacada <strong>de</strong><br />

algún bestiario, resulta especialmente aberrante:<br />

Tanquam <strong>de</strong>lfinus inmisericorditer pisces <strong>de</strong>vorat inbecilles. (191)<br />

Como el <strong>de</strong>lfín, <strong>de</strong>vora sin misericordia a los peces débiles.<br />

Es <strong>de</strong>cir, al igual que este animal, el mal obispo se muestra inclemente con los suplicantes y los<br />

pobres. De nuevo, como se pue<strong>de</strong> observar, Diego García vuelve a usar su método favorito,<br />

consistente en usar un ejemplo a contrario.<br />

V. A. 2-.<br />

d) vii. Facundia.<br />

<strong>La</strong> última<br />

<strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s <strong>corte</strong>ses presentes en el Planeta que voy a tratar es la<br />

elocuencia. No cabe ninguna duda acerca <strong>de</strong> que Diego García ve con buenos ojos esta<br />

habilidad, siempre y cuando sea bien usada, y no se aproveche para adular o para murmurar <strong>de</strong>l<br />

prójimo. Prueba <strong>de</strong> este aprecio es el hecho <strong>de</strong> que García <strong>de</strong>clare, en dos ocasiones, que el<br />

mismísimo arcángel San Miguel usó <strong>de</strong> un lenguaje retórico al hablar con Lucifer:<br />

Puto autem quod non <strong>de</strong>sit rethorica michaeli: tunc luciferum <strong>de</strong>risorie vocavit <strong>de</strong>monem.<br />

(364)<br />

128 Reprensiones aparte, el banquete <strong>de</strong> Diego García recuerda enormemente la epístola 5 <strong>de</strong>l libro I <strong>de</strong> Quinto<br />

Horacio Flaco, en la que probablemente se inspira (248-49).

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