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Macroeconomia. 7Ed. Parkin, 2007

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EXAMEN DE LAS IDEAS<br />

Revoluciones macroeconómicas<br />

“Las ideas de los<br />

economistas y<br />

los filósofos políticos,<br />

tanto cuando tienen<br />

razón como cuando<br />

están equivocados, son<br />

más poderosas de lo<br />

que comúnmente se<br />

cree. De hecho,<br />

el mundo se rige<br />

por muy pocas<br />

otras cosas más.”<br />

JOHN MAYNARD<br />

KEYNES<br />

La teoría general<br />

de la ocupación,<br />

el interés y el dinero<br />

EL ECONOMISTA<br />

John Maynard Keynes, nacido en<br />

Inglaterra en 1883, fue una de las mentes<br />

más sobresalientes del siglo XX. Keynes escribió<br />

sobre probabilidad y sobre economía, representó<br />

a Gran Bretaña en la conferencia de paz de<br />

Versalles al final de la Primera Guerra Mundial,<br />

fue un especulador magistral en los mercados<br />

financieros internacionales (una actividad que<br />

realizaba desde su cama cada mañana y con la<br />

que hizo y perdió varias fortunas) y desempeñó<br />

un papel destacado en la creación del Fondo<br />

Monetario Internacional.<br />

Fue miembro del grupo Bloomsbury,<br />

un círculo de artistas y escritores eminentes<br />

que incluían a E. M Forster, Bertrand Rusell<br />

y Virginia Woolf.<br />

Keynes fue una figura controvertida y de<br />

ingenio ágil. Un crítico se quejó en una ocasión<br />

de que Keynes había cambiado su opinión<br />

sobre cierto asunto, a lo que Keynes replicó:<br />

“Cuando descubro que estoy equivocado,<br />

cambio de opinión. ¿Qué hace usted?”<br />

190<br />

LOS TEMAS<br />

Durante la Revolución Industrial, conforme<br />

el cambio tecnológico creaba empleos nuevos<br />

y destruía los antiguos, la gente empezó a<br />

preguntarse si la economía podría crear<br />

suficientes empleos y suficiente demanda para<br />

comprar todas las cosas que la nueva economía<br />

industrial podría producir.<br />

Jean Baptiste Say argüía que la producción<br />

crea ingresos que son suficientes para comprar<br />

todo lo que se produce; es decir, que la oferta<br />

crea su propia demanda. Esta idea llegó a<br />

conocerse como la ley de Say.<br />

Say y Keynes habrían estado en desacuerdo<br />

en muchas cosas. Jean Baptiste Say, nacido en<br />

Lyon, Francia en 1767 (tenía nueve años<br />

cuando se publicó La riqueza de las naciones<br />

de Adam Smith), sufrió la furia de Napoleón<br />

por sus puntos de vista sobre el gobierno y<br />

la economía. En el mundo actual, Say encabezaría<br />

un ataque conservador extremista en pro<br />

de un gobierno más pequeño y “delgado”.<br />

Say fue el economista más famoso de su época<br />

en ambos lados del Atlántico. Su libro, Traite<br />

d'économie politique (Tratado sobre economía<br />

política), publicado en 1803, se convirtió en<br />

un libro de texto universitario de economía<br />

con éxito tanto en Europa como en América<br />

del Norte.<br />

Al volverse más severa y más prolongada la<br />

Gran Depresión de la década de 1930, la ley<br />

de Say se vio cada vez menos aplicable. John<br />

Maynard Keynes revolucionó el pensamiento<br />

macroeconómico al poner de cabeza la ley de<br />

Say, argumentando que la producción no depende<br />

de la oferta. En lugar de eso, depende<br />

de lo que la gente está dispuesta a comprar,<br />

es decir, de la demanda. O, como dijo Keynes,<br />

la producción depende de la demanda efectiva.<br />

Es posible, argumentó Keynes, que la gente se<br />

rehúse a gastar todos sus ingresos. Si los negocios<br />

no gastan lo mismo en capital nuevo que<br />

lo que la gente planea ahorrar, la demanda<br />

puede ser menor que la oferta. En esta situación,<br />

los recursos pueden quedar desempleados y<br />

permanecer desempleados indefinidamente.

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