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Macroeconomia. 7Ed. Parkin, 2007

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382 CAPÍTULO 14 C ICLO ECONÓMICO<br />

cumple los requisitos para recibir el seguro del desempleo<br />

y apoyo de los programas de seguridad social.<br />

En consecuencia, aunque el ingreso disponible disminuye,<br />

la extensión de la disminución se modera por<br />

la existencia de dichos programas. A su vez, el gasto de<br />

consumo no disminuye tanto como lo haría en la ausencia<br />

de esos programas gubernamentales. La menor<br />

disminución del gasto de consumo limita aún más<br />

la disminución general del gasto agregado, lo que<br />

limita la magnitud del descenso económico.<br />

Familias con múltiples ingresos En la época de<br />

la Gran Depresión, las familias con más de un asalariado<br />

eran mucho menos comunes de lo que lo son en la actualidad.<br />

La tasa de participación de la fuerza laboral en<br />

el año 1929 era de alrededor del 55 por ciento. Actualmente,<br />

es del 67 por ciento. Así que, incluso si la tasa de<br />

desempleo aumentara hoy a alrededor del 25 por ciento,<br />

cerca del 50 por ciento de la población adulta todavía<br />

tendría empleo. Durante la Gran Depresión, menos<br />

del 40 por ciento de la población adulta tenía empleo.<br />

Las familias con múltiples ingresos tienen una mayor<br />

seguridad que las familias con un solo ingreso. La probabilidad<br />

de que ambos (o todos) los asalariados de una<br />

familia pierdan simultáneamente sus empleos es mucho<br />

más baja que la probabilidad de que un solo asalariado<br />

pierda su trabajo. Con una mayor seguridad en el ingreso<br />

familiar, es probable que el consumo de la familia sea<br />

menos sensible a las fluctuaciones temporales del ingreso<br />

familiar. De ese modo, cuando el ingreso agregado cae,<br />

esto no necesariamente induce recortes en el consumo.<br />

Por ejemplo, durante la recesión de la OPEP, al caer<br />

el PIB real, el gasto individual de consumo aumentó.<br />

Y durante la recesión del año 2001, cuando el PIB real<br />

disminuyó en 53 mil millones de dólares, el gasto de<br />

consumo aumentó en 79 mil millones de dólares.<br />

Por las cuatro razones que se acaban de examinar,<br />

la economía actual parece tener mejores características<br />

amortiguadoras de las que tenía en las décadas de 1920<br />

y 1930. Incluso si hubiera un desplome de la confianza<br />

que condujera a una caída de la inversión, es posible<br />

que los amortiguadores actuales no permitieran que<br />

ese choque inicial se trasladara a una caída grande y<br />

prolongada del PIB real y a un alza del desempleo<br />

como la que ocurrió hace más de 70 años.<br />

Debido a que la economía es ahora más inmune a<br />

una recesión severa de lo que era en la década de 1930,<br />

el desplome del mercado de valores del año 1987 apenas<br />

tuvo efectos perceptibles sobre el gasto. Un desplome<br />

de una magnitud similar en el año 1929 provocó prácticamente<br />

un derrumbe de la inversión en vivienda y<br />

de las compras de bienes de consumo duraderos. En el<br />

periodo posterior al desplome del mercado de valores<br />

del año 1987, la inversión y el gasto en bienes duraderos<br />

apenas cambiaron. Nada de esto significa que no podría<br />

ocurrir otra recesión profunda, o incluso una Gran<br />

Depresión, en el siglo XXI. Sin embargo, se necesitaría<br />

un choque muy severo para desencadenarla.<br />

Dos grandes depresiones<br />

en América Latina<br />

EN LADÉCADA DE 1920, DESPUÉS DE LA PRIMERA<br />

Guerra Mundial, los países de América Latina estaban<br />

más interesados en restaurar las condiciones económicas<br />

previas a esta conflagración mundial. Antes de la guerra,<br />

el crecimiento económico de América Latina se centraba<br />

en el auge de las exportaciones de la región, pero una vez<br />

que se inició el conflicto bélico, el flujo de las mercancías<br />

se interrumpió, lo que originó una desviación en<br />

la tasa de crecimiento económico.<br />

Durante la Primera Guerra Mundial, América Latina<br />

estrechó sus relaciones financieras y comerciales con Estados<br />

Unidos, quien sustituyó a Gran Bretaña. Este país era<br />

el principal socio, al ser el destino preferido de las exportaciones<br />

de los productos de América Latina, así como el<br />

origen de los flujos de capital y las importaciones.<br />

La década de 1920 se destacó por los vaivenes<br />

drásticos en los precios internacionales de los productos<br />

básicos y agrícolas, debido a la poca estabilidad en la<br />

demanda internacional de los mismos.<br />

Mientras Estados Unidos demostraba su poderío<br />

económico y los precios internacionales fluctuaban erráticamente,<br />

los países de América Latina seguían buscando<br />

la estabilidad. Nuevamente se basó el crecimiento en las<br />

exportaciones de productos primarios. Por ejemplo, en<br />

el caso de Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador,<br />

Honduras y Guatemala, contaban con un solo producto,<br />

el cual significaba más del 50 por ciento de los ingresos<br />

de exportación. Asimismo, el resto de los países descansaban<br />

sus ingresos de exportación en sólo tres productos.<br />

Adicionalmente, había otra problemática: la alta concentración<br />

en los países destino.<br />

Ante esta situación y dada la fuerte caída en los precios<br />

internacionales, los ingresos de las exportaciones se<br />

vieron mermados; fue así como para 1929, ante la caída<br />

en la Bolsa de Valores de Nueva York, la fuerte disminución<br />

en la demanda de materias primas, sólo agravó la<br />

situación ya crítica de depresión en los precios de las mismas.<br />

Por ello, las economías de América Latina entraron<br />

en una recesión, sufriendo algo similar a lo ocurrido en<br />

los Estados Unidos, al enfrentarse a un desplazamiento<br />

de la curva de oferta agregada de corto plazo parecido<br />

a lo que se observó en la figura 14.11.<br />

Cabe señalar que la Gran Depresión tuvo repercusiones<br />

importantes a lo largo de la región y sus efectos<br />

se vieron marcados por la propia estructura económica

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