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Macroeconomia. 7Ed. Parkin, 2007

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de pronosticar con más precisión las consecuencias de<br />

sus acciones contempladas.<br />

“Seguir las normas no siempre significa<br />

hacer lo que parecería mejor en<br />

determinadas condiciones existentes.”<br />

Un funcionario del banco central a menudo es<br />

representado como el capitán de un barco económico,<br />

conduciendo con habilidad entre las rocas de la inflación<br />

y el desempleo en un mar picado. Pero un capitán de<br />

barco no necesita cuidar de cómo el océano interpretará<br />

sus acciones. Así que supongo que la analogía no es<br />

buena. En mi opinión, la función de un funcionario<br />

del banco central es más similar a la del juez que del<br />

capitán de un barco. Tanto los funcionarios de un<br />

banco central como los jueces cuidan mucho los efectos<br />

de sus decisiones en las expectativas de las personas<br />

cuyo comportamiento depende de las decisiones<br />

futuras esperadas.<br />

La norma de la que usted es partidario es diferente<br />

de la sugerida por Milton Friedman. ¿Qué tiene de<br />

malo la norma de Friedman?<br />

La norma de Friedman implica un objetivo para la<br />

tasa de crecimiento de alguna definición de la cantidad<br />

de dinero. No pienso que la mejor norma monetaria<br />

involucre un objetivo de alguna clase para la tasa de<br />

crecimiento de un agregado monetario. La norma<br />

de Friedman no es la peor clase de norma, entre las<br />

normas simples, pero podemos hacerlo mejor.<br />

Hace sólo un siglo, nadie tenía idea de cómo<br />

establecer un estándar monetario razonablemente<br />

previsible excepto al garantizar la convertibilidad del<br />

dinero en un metal precioso como el oro. No se tenía el<br />

sorprendente concepto moderno del índice de números<br />

y los índices de precios actuales calculados de manera<br />

rutinaria como el IPC que nos permite medir, en una<br />

aproximación aceptable, el poder de compra del dólar.<br />

Ahora entendemos que el valor establecido del<br />

dinero de algo como el oro es una solución del problema<br />

más ordinaria de lo necesario. No se necesita tomar<br />

como rehén el valor del dinero de acuerdo con los<br />

caprichos del mercado del oro simplemente para<br />

mantener la confianza de que un dólar significa algo.<br />

Friedman reconoce el valor del orden de una<br />

moneda bien manejada, pero supone que existe poca<br />

previsión del valor del dinero a menos que el banco<br />

central se comprometa a un objetivo fijo de crecimiento<br />

para la oferta monetaria. Pero eso, de nuevo es una<br />

solución indirecta al problema de mantener un valor<br />

monetario más estable y previsible de lo necesario.<br />

Y existe un costo potencial mayor de dicho enfoque<br />

rudimentario, cuando la relación entre nuestro agregado<br />

monetario favorito y el valor del dinero se desplace con<br />

el tiempo. Un enfoque en la estabilidad del agregado<br />

monetario significa menor estabilidad que de otra<br />

manera hubiera sido posible en el poder de compra<br />

del dinero.<br />

Entonces, ¿cuál sería una buena norma monetaria?<br />

En primer lugar, debe existir una meta claramente<br />

definida en términos de las variables que realmente<br />

les importe a los encargados de formular las políticas,<br />

como la tasa de inflación, en lugar de una “meta<br />

intermedia” como el agregado monetario. En segundo<br />

lugar, el banco central debe ser tan claro como sea<br />

posible sobre el proceso de toma de decisiones a través<br />

del cual se determina el nivel de tasas de interés que<br />

se cree es consistente para lograr la meta.<br />

La “meta explícita de inflación”, como se practica<br />

actualmente en el Reino Unido, Canadá y Nueva<br />

Zelanda, es un ejemplo del enfoque general que yo<br />

defendería. Pero creo que los bancos centrales de los<br />

países que tienen una meta explícita de inflación pueden<br />

realizar un mejor trabajo explicando los procedimientos<br />

utilizados para determinar la tasa de interés que se<br />

considera consistente con la meta de inflación: podrían<br />

ser más transparentes.<br />

Y todos estos países podrían explicar mejor al<br />

público las formas en las cuales las variables, que no<br />

sean la inflación, son también consideradas. No estoy<br />

seguro que un objetivo de inflación necesite ser más<br />

estricto, en el sentido de que las consideraciones, que<br />

no sean la inflación, deben ser desechadas más escrupulosamente.<br />

Pero creo que es conveniente hacerla<br />

más una norma.<br />

Uno de los temas más fascinantes en los que ha<br />

trabajado es la pregunta de qué determina el<br />

nivel de precios en una “economía sin efectivo”.<br />

¿Cómo se controlaría la inflación en dicho mundo?<br />

Una ventaja del enfoque de la política monetaria que<br />

acabo de mencionar es que la norma de política que es<br />

apropiada no necesita cambiar mucho si progresáramos<br />

a una “economía sin efectivo”. Mientras el banco central<br />

aún pueda controlar las tasas de interés de manera<br />

repentina (la tasa de fondos federales en Estados<br />

Unidos) la norma para ajustar la tasa de interés no<br />

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