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Sentencia C-355/06 EXCEPCION DE PLEITO PENDIENTE-No ...

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<strong>No</strong> existe para una persona esfera o zona más íntima que la de su propio cuerpo<br />

y correlativamente no existe may severa intromisión en su privacidad o intimidad<br />

que penetrar su cuerpo sin su consentimiento u obligarla a portar dentro de el<br />

algo que rechaza.<br />

Derecho a la igualdad<br />

La penalización del aborto viola el derecho a la igualdad de varias maneras:<br />

A los hombres nunca se les ha negado el acceso a la salud en los casos en que se<br />

trata de procedimientos quirúrgicos o medicamentos que solo ellos necesitan<br />

(intervenciones en la próstata o viagra). Como solo las mujeres pueden quedar<br />

embarazadas, al penalizar el aborto se les esta negando el acceso a la salud a las<br />

mujeres cuando la opción reproductiva se ejerce de manera negativa con la<br />

elección de interrumpir el embarazo no deseado.<br />

a) Al darle a los hombres toda la atención medica que ellos requieren para<br />

conservar su salud y su vida y no dársele a las mujeres se les está discriminando.<br />

b) Imponerle a la mujer el rol, de ser, exclusivamente reproductivo constituye una<br />

discriminación y en consecuencia su derecho a la igualdad. Penalizar el aborto<br />

consentido por la mujer es considerarla solo como maquina reproductora,<br />

olvidando que ella puede querer y decidir otras cosas para su vida. Obligarla a<br />

llevar un embarazo sin su consentimiento es imponerle un proyecto de vida que<br />

puede sacrificar todas sus expectativas.<br />

“Las Leyes que prohíben el aborto, o dificultan o encarecen su obtención,<br />

privan a las mujeres embarazadas de una libertad u oportunidad que para muchas<br />

ellas resulta crucial. Una mujer que, al no poder acceder a un aborto temprano y<br />

seguro, es forzada a dar a luz a un niño que no desea, no goza ya del dominio<br />

sobre su propio cuerpo: la ley la somete a una especie de esclavitud. Sin<br />

embargo, esto es solo el comienzo. Para muchas mujeres, dar a luz a niños no<br />

deseados significa la destrucción de sus propias vidas: o porque ellas mismas<br />

son todavía niñas, o porque ya no les será posible trabajar o estudiar más, o vivir<br />

de una manera que les resulte significativa porque no puedan mantener a sus<br />

hijos. (Por supuesto, estos diferentes tipos de perjuicios se multiplican e<br />

intensifican si el embarazo tiene su origen en una violación o incesto, o si el niño<br />

nace con serios impedimentos físicos o psíquicos.) La adopción, incluso cuando<br />

es posible, no elimina estos perjuicios, pues muchas mujeres sufrirán un grave<br />

dolor emocional durante muchos años si entregaran su hijo a otras personas para<br />

que lo criaran y amaran. (Una de las mujeres entrevistadas en el estudio sobre el<br />

aborto que realizó Carol Gilligan y que describí anteriormente –una enfermera<br />

católica- ya había entregado a un hijo suyo para que fuera adoptado, y dijo que<br />

no sería capaz de volverlo a hacer, incluso aunque la única alternativa fuera el<br />

aborto. , dijo ella,

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