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Biodiversidad_Colima_2016

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ESTUDIO DE CASO<br />

PROTECCIÓN Y CONSERVACIÓN<br />

DE LA TORTUGA MARINA<br />

Sergio Aguilar-Olguín I Armando Hernández-Corona<br />

Laura Y. Hernández-Jiménez I María del Carmen Jiménez-Quiroz I René Márquez Millán<br />

Zitlalli Pérez Contreras I María de la Cruz Rivera Rodríguez<br />

Sonia I. Quijano-Scheggia I Heriberto Santana-Hernández I Juan Javier-Valdez-Flores*<br />

Descripción<br />

En Colima, como en el resto del país, hasta antes<br />

de los años sesenta, las tortugas marinas fueron<br />

explotadas en las playas casi sin restricciones,<br />

mientras que en el mar eran capturadas en pequeñas<br />

cantidades. Entonces la captura experimentó<br />

un incremento sustancial (Márquez et al. 1976,<br />

1996). Así, mientras la producción registrada de<br />

carne de tortuga tuvo un promedio anual menor<br />

a 50 toneladas, en los dos decenios previos, entre<br />

1960 y 1967, ésta fue cuatro veces mayor, alcanzando<br />

un máximo de 482 t en 1968. De manera<br />

similar, en 1964 la cantidad reportada de aceite de<br />

tortuga fue de 900 kg, después de que entre 1946<br />

y 1958 había sido menor a 100 kg (Montoya 1967,<br />

Márquez 1976). La especie más abundante y con<br />

mayor demanda para su explotación fue la tortuga<br />

golfina (Lepidochelys olivacea) (más del 90%)<br />

y en menor cantidad lo fueron la negra (Chelonia<br />

mydas) y la carey (Eretmochelys imbricata) (Márquez<br />

1965, Márquez et al. 1976). En Colima la pesquería<br />

no tuvo la relevancia que alcanzó en otros<br />

estados; sin embargo, también se aplicaron las<br />

medidas de regulación decretadas por el gobierno<br />

federal (Márquez 1996) incluyendo la veda total a<br />

la explotación de tortugas marinas (sedue 1990).<br />

En los años sesenta el Instituto Nacional de Investigaciones<br />

Biológico-Pesqueras (hoy Instituto<br />

Nacional de Pesca), inició la prospección de las<br />

playas mexicanas para identificar las áreas de anidación<br />

y captura (Solórzano 1963, Montoya 1966).<br />

De esta manera se reconoció la importancia de las<br />

playas de Boca de Pascuales, Boca de Apiza y El<br />

Paraíso, en el municipio de Tecomán, así como las<br />

playas de Campos y Playa de Oro en el municipio<br />

de Manzanillo (Márquez 1965). En las dos primeras<br />

playas se instalaron campamentos que operaron<br />

intermitentemente (Márquez et al. 1990),<br />

hasta que en 1987 se estableció el campamento<br />

Chupadero (playa Boca de Apiza-Tecuanillo),<br />

dependiente de la Secretaría de Desarrollo Urbano<br />

y Ecología (sedue), actualmente Secretaría de<br />

Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat),<br />

campamento que desde entonces ha trabajado<br />

de forma ininterrumpida.<br />

Durante los años ochenta y noventa, personal<br />

del Instituto Nacional de Ecología (ine) protegió<br />

las playas de Tepalcates, Campos, Puerta del<br />

* El orden de presentación de los autores es alfabético.<br />

Aguilar-Olguín, S., A. Hernández-Corona, L.Y. Hernández-Jiménez, et al. 2016. Protección y conservación de la tortuga<br />

marina. En: La Biodiversidad en Colima. Estudio de Estado. conabio. México, pp. 647-651.<br />

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