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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 1—5. Los que están muy alejados aún pue<strong>de</strong>n reunirse ante el trono <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia; y los que no<br />

pue<strong>de</strong>n hacer ni recibir ninguna otra bondad, <strong>de</strong> este modo pue<strong>de</strong>n hacer y recibir una bondad real y<br />

muy gran<strong>de</strong>. Los enemigos <strong>de</strong> <strong>la</strong> predicación <strong>de</strong>l evangelio, y los perseguidores <strong>de</strong> los predicadores<br />

fieles son hombres impíos e irracionales. Muchos no creen el evangelio; y no es <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>rse si no<br />

tienen quietud y muestran malicia en <strong>la</strong>s acciones emprendidas para resistirlo. El mal <strong>de</strong>l pecado es<br />

el mal más gran<strong>de</strong>, pero hay otros males <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>bemos ser preservados, y se nos exhorta que<br />

<strong>de</strong>pendamos <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios. Una vez que <strong>la</strong> promesa es hecha, su cumplimiento es seguro y<br />

cierto. —El apóstol tenía confianza en ellos, pero se funda en su confianza en Dios; porque <strong>de</strong> otro<br />

modo no hay confianza en el hombre. —Ora por ellos pidiendo bendiciones espirituales. Nuestro<br />

pecado y nuestra miseria es que <strong>de</strong>positamos nuestros afectos en los objetos equivocados. No hay<br />

verda<strong>de</strong>ro amor <strong>de</strong> Dios sin fe en Jesucristo. Si por <strong>la</strong> gracia especial <strong>de</strong> Dios tenemos esa fe, que<br />

multitu<strong>de</strong>s no tienen, <strong>de</strong>bemos orar fervorosamente que seamos capacitados sin reservas para<br />

obe<strong>de</strong>cer sus mandamientos y que el Señor Espíritu pueda dirigir nuestros corazones al amor <strong>de</strong> Dios<br />

y a <strong>la</strong> paciencia <strong>de</strong> Cristo.<br />

Vv. 6—15. Los que han recibido el evangelio tienen que vivir en forma coherente con el<br />

evangelio. Los que pue<strong>de</strong>n trabajar, y no lo hacen, no tienen que mantenerse ociosos. El cristianismo<br />

no <strong>de</strong>be tolerar <strong>la</strong> pereza que consume lo que pue<strong>de</strong> dar ánimo al <strong>la</strong>borioso y para sustentar al<br />

enfermo y afligido. El trabajo en nuestra vocación <strong>de</strong> hombres es <strong>de</strong>ber requerido por nuestro<br />

l<strong>la</strong>mamiento cristiano. Pero algunos esperaban ser mantenidos en <strong>la</strong> ociosidad y se consentían un<br />

temperamento curioso y soberbio. Ellos se entrometían en <strong>la</strong>s preocupaciones ajenas y hacían mucho<br />

daño. Gran error y abuso <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión es hacer<strong>la</strong> manto <strong>de</strong> <strong>la</strong> pereza o <strong>de</strong> cualquier otro pecado. El<br />

siervo que espera <strong>la</strong> pronta llegada <strong>de</strong> su Señor, <strong>de</strong>be estar trabajando como manda su Señor. Si<br />

estamos ociosos, el diablo y el corazón corrupto pronto nos darán algo que hacer. La mente <strong>de</strong>l<br />

hombre es dada a ocuparse; si no se <strong>la</strong> emplea en hacer el bien, estará haciendo el mal. —Es una<br />

unión excelente aunque rara <strong>la</strong> <strong>de</strong> estar activo en nuestro propio negocio, pero tranquilo en cuanto al<br />

<strong>de</strong> otros. Si alguien rehusa trabajar con tranquilidad, se le tiene que censurar y separarlo <strong>de</strong> su<br />

compañía, pero se tiene que buscar su bien con amonestaciones hechas con amor. —El Señor está<br />

contigo mientras tú estés con Él. Mantén tu camino y sosténte hasta el final. Nunca <strong>de</strong>bemos<br />

rendirnos ni cansarnos en nuestro trabajo. Habrá suficiente tiempo para reposar cuando lleguemos al<br />

cielo.<br />

Vv. 16—18. El apóstol ora por los tesalonicenses. Deseemos <strong>la</strong>s mismas bendiciones para<br />

nosotros y para nuestros amigos. Paz con Dios. Se les <strong>de</strong>sea esta paz siempre o en todo. Paz por<br />

todos los medios; en toda forma para que, al disfrutar <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> gracia, puedan usar todos los<br />

métodos para asegurar <strong>la</strong> paz. Para sentirnos seguros y felices no necesitamos, ni po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>sear<br />

algo mejor para nosotros y nuestros amigos, que tener por gracia <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> Dios con nosotros y<br />

con ellos. No importa dón<strong>de</strong> estemos si Dios está con nosotros; ni quien está ausente si Dios está<br />

presente. Por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo esperamos tener paz con Dios y<br />

disfrutar <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> Dios. Esta gracia es todo lo que nos hace felices; aunque <strong>la</strong> <strong>de</strong>seemos<br />

mucho para otras personas, es suficiente para nosotros.<br />

PRIMERA DE TIMOTEO

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