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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 1—8. Tenemos en estos versículos a: —1. David orando. La oración es un bálsamo para toda<br />

herida y un alivio para el espíritu sometido a cualquier carga. —2. David llorando. Las penas son<br />

aminoradas en cierta medida, mientras aumentan <strong>la</strong>s <strong>de</strong> quienes no les dan salida. —3. David muy<br />

a<strong>la</strong>rmado. Bien po<strong>de</strong>mos suponer que él estuviera así, por <strong>la</strong> irrupción <strong>de</strong> <strong>la</strong> conspiración <strong>de</strong><br />

Absalón, y <strong>la</strong> <strong>de</strong>serción <strong>de</strong> <strong>la</strong> gente. El horror lo abrumó. Probablemente el recuerdo <strong>de</strong> su pecado en<br />

lo <strong>de</strong> Urías agregó mucho a su temor. Cuando tenemos una conciencia culpable <strong>de</strong>bemos llorar en<br />

nuestra queja; hasta los creyentes firmes han sido llenados <strong>de</strong> horror por un tiempo. Pero nadie fue<br />

tan abrumado como el santo Jesús, cuando plugo al Señor exponerlo al dolor, y hacer <strong>de</strong> su alma una<br />

ofrenda por nuestros pecados. En su agonía oró con más fervor, y fue oído y librado; confiando en Él<br />

y siguiéndole, nosotros seremos sostenidos y pasados por todas <strong>la</strong>s pruebas. —Véase cómo David<br />

estaba cansado <strong>de</strong> <strong>la</strong> traición y <strong>la</strong> ingratitud <strong>de</strong> los hombres, y <strong>de</strong> los cuidados y <strong>de</strong>silusiones <strong>de</strong> su<br />

alto puesto: él anhe<strong>la</strong>ba escon<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> <strong>la</strong> furia e inconstancia <strong>de</strong> su pueblo en algún <strong>de</strong>sierto. No<br />

apuntaba a <strong>la</strong> victoria sino al reposo; un <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong>so<strong>la</strong>do para po<strong>de</strong>r estar quieto. Los hombres más<br />

sabios y mejores ansían más fervientemente <strong>la</strong> paz y <strong>la</strong> tranquilidad, y más aún cuando son vejados y<br />

agotados con bullicio y c<strong>la</strong>mor. Esto hace que <strong>la</strong> muerte sea <strong>de</strong>seable para un hijo <strong>de</strong> Dios, porque es<br />

un escape final <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s tormentas y tempesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> este mundo, hacia el reposo perfecto y<br />

eterno.<br />

Vv. 9—15. Ninguna maldad perturba más al creyente que <strong>la</strong> que presencia en quienes profesan<br />

ser <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong> Dios. No nos sorprendamos por <strong>la</strong> corrupción y los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

tierra; anhelemos ver a <strong>la</strong> Nueva Jerusalén. —Se queja <strong>de</strong> uno que había sido muy diligente en su<br />

contra. A menudo Dios <strong>de</strong>struye a los enemigos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia dividiéndolos. Un interés dividido<br />

contra sí mismo no pue<strong>de</strong> permanecer. El cristiano verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>be esperar pruebas <strong>de</strong> parte <strong>de</strong><br />

quienes profesan ser amigos, <strong>de</strong> quienes han estado unidos con él; esto será muy doloroso, pero<br />

mirando a Jesús seremos capacitados para soportarlo. Cristo fue traicionado por un compañero, un<br />

discípulo, un apóstol, el cual recuerda a Ahitofel en sus crímenes y con<strong>de</strong>na. Ambos fueron muy<br />

rápidamente alcanzados por <strong>la</strong> venganza divina. Y esta oración es una profecía <strong>de</strong> <strong>la</strong> extrema ruina<br />

eterna <strong>de</strong> todos los que se oponen y se rebe<strong>la</strong>n contra el Mesías.<br />

Vv. 16—23. En toda tribu<strong>la</strong>ción c<strong>la</strong>memos al Señor, y Él nos salvará. Él nos oirá, y no nos<br />

culpará por ir a Él con <strong>de</strong>masiada frecuencia; mientras más frecuencia, más bienvenido. David había<br />

pensado que todos estaban contra él pero ahora ve que había muchos con él, más <strong>de</strong> lo que había<br />

supuesto; y <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> esto se <strong>la</strong> da a Dios pues Él es quien nos levanta amigos y los hace fieles a<br />

nosotros. Hay más cristianos verda<strong>de</strong>ros y los creyentes tienen más amigos reales <strong>de</strong> lo que suponen<br />

en sus horas sombrías. Sus enemigos serán tratados y <strong>de</strong>rribados; ellos no podían liberarse <strong>de</strong> sus<br />

miedos como pudo David, por fe en Dios. Los hombres mortales, aunque estén muy alto y sean muy<br />

fuertes, serán ap<strong>la</strong>stados fácilmente por el Dios eterno. Aquellos que no son rec<strong>la</strong>mados por <strong>la</strong> vara<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> aflicción ciertamente serán <strong>de</strong>rribados al foso <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción. —La carga <strong>de</strong> aflicciones es<br />

muy pesada, especialmente cuando va junta con <strong>la</strong>s tentaciones <strong>de</strong> Satanás, también está <strong>la</strong> carga <strong>de</strong>l<br />

pecado y <strong>la</strong> corrupción. El único alivio bajo el<strong>la</strong> es mirar a Cristo que <strong>la</strong> llevó. —Sea lo que sea que<br />

<strong>de</strong>sees que Dios te dé, déjale a Él que lo dé a Su manera y en Su tiempo. La ansiedad es una carga<br />

que <strong>de</strong>prime al corazón. Debemos encomendar nuestros caminos y obras al Señor; <strong>de</strong>jar que Él haga<br />

como bien le parezca y satisfacernos con eso. Echar nuestra carga sobre Dios es <strong>de</strong>scansar en Su<br />

provi<strong>de</strong>ncia y promesa. Y si lo hacemos así, Él nos llevará en brazos <strong>de</strong> Su po<strong>de</strong>r, como <strong>la</strong> niñera<br />

lleva al niño; y fortalecerá nuestros espíritus por Su Espíritu, <strong>de</strong> modo que ellos soporten <strong>la</strong> prueba.<br />

Él nunca tolerará que el justo sea zaran<strong>de</strong>ado; que sea tan remecido por cualesquiera problemas<br />

como para abandonar su <strong>de</strong>ber para con Dios o su consuelo en Él. Él no tolerará que ellos sean<br />

<strong>de</strong>rribados en forma exagerada. El que llevó <strong>la</strong> carga <strong>de</strong> nuestras penas, <strong>de</strong>sea que lo <strong>de</strong>jemos a Él<br />

llevar <strong>la</strong> carga <strong>de</strong> nuestras ansieda<strong>de</strong>s, para que Él pueda proveer <strong>de</strong> forma concordante pues Él sabe

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