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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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hombres no apren<strong>de</strong>rán más a guerrear. —El principado está sobre Él, que llevará esa carga. Cosas<br />

gloriosas se dicen <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Cristo. No hay final para el aumento <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz, porque <strong>la</strong> felicidad<br />

<strong>de</strong> los súbditos durará para siempre. —La plena armonía <strong>de</strong> esta profecía con <strong>la</strong> doctrina <strong>de</strong>l Nuevo<br />

Testamento, <strong>de</strong>muestra que los profetas judíos y los maestros cristianos tenían el mismo punto <strong>de</strong><br />

vista <strong>de</strong> <strong>la</strong> persona y <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong>l Mesías. ¿A cuál rey o reino terrenal se pue<strong>de</strong>n aplicar estas<br />

pa<strong>la</strong>bras? Entonces, oh Señor, date a conocer a tu pueblo por todo nombre <strong>de</strong> amor y en todo<br />

carácter glorioso. Da aumento <strong>de</strong> gracia en todo corazón <strong>de</strong> tus redimidos <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra.<br />

Vv. 8—21. Maduran rápidamente para su ruina aquellos cuyos corazones no se humil<strong>la</strong>n cuando<br />

están bajo provi<strong>de</strong>ncias humil<strong>la</strong>ntes. Porque lo que Dios se propone al golpearnos es que nos<br />

volvamos a Él; si esto no se logra por juicios menores, pue<strong>de</strong>n esperarse juicios mayores. Los<br />

dirigentes <strong>de</strong>l pueblo lo guiaron mal. Tenemos razón para temer a los que hab<strong>la</strong>n bien <strong>de</strong> nosotros,<br />

cuando hacemos mal. La maldad era universal, todos estaban infectados con el<strong>la</strong>. Tienen problemas<br />

y no ven salida; y cuando los caminos <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong>sagradan al Señor, Él hace que hasta sus<br />

amigos se pongan en guerra con ellos. Dios quitará aun aquellos <strong>de</strong> quienes ellos esperaban tener<br />

ayuda. Sus reyes eran <strong>la</strong> cabeza. Sus falsos profetas eran <strong>la</strong> co<strong>la</strong>, y <strong>la</strong> caña, lo más <strong>de</strong>spreciable <strong>de</strong>l<br />

pueblo. —En estas confrontaciones civiles los hombres hacían presa <strong>de</strong> los parientes cercanos que<br />

eran como su propia carne. El pueblo no se volvió al que los golpeaba, por tanto, Él siguió<br />

golpeando: porque cuando Dios juzga, vence; y el pecador más recio y orgulloso será dob<strong>la</strong>do o<br />

quebrantado.<br />

CAPÍTULO X<br />

Versículos 1—4. Ayes contra los orgullosos opresores. 5—19. El asirio no es sino instrumento en <strong>la</strong><br />

mano <strong>de</strong> Dios para el castigo <strong>de</strong> su pueblo. 20—34. Su liberación.<br />

Vv. 1—4. Estos versículos <strong>de</strong>ben unirse al capítulo anterior. ¡Ay <strong>de</strong> <strong>la</strong>s potesta<strong>de</strong>s superiores que<br />

conciben y <strong>de</strong>cretan normas injustas! ¡Ay <strong>de</strong> los oficiales inferiores que les dan vigencia y los<br />

registran! Pero, ¿qué harán los pecadores? ¿Adón<strong>de</strong> huirán?<br />

Vv. 5—19. Véase qué cambio hizo el pecado. El rey <strong>de</strong> Asiria, en su orgullo, pensó que actuaba<br />

por su propia voluntad. Los tiranos <strong>de</strong>l mundo son instrumentos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Provi<strong>de</strong>ncia. Dios tiene el<br />

<strong>de</strong>signio <strong>de</strong> corregir a su pueblo <strong>de</strong> su hipocresía y los acerca más a Él, pero, ¿ese es el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong><br />

Senaquerib? No; su propósito es gratificar su codicia y ambición. —El asirio se jacta <strong>de</strong> <strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s<br />

cosas que ha hecho a otras naciones por su propia política y po<strong>de</strong>r. No sabe que es Dios quien le ha<br />

hecho lo que es, y pone el cetro en su mano. Ha hecho todo esto con facilidad; ninguno aleteó ni<br />

gritó como <strong>la</strong>s aves cuando les <strong>de</strong>strozan sus nidos. Como conquistó Samaria, piensa que, por cierto,<br />

caerá Jerusalén. Lamentable era que Jerusalén adorara imágenes <strong>de</strong> tal<strong>la</strong>, y no po<strong>de</strong>mos<br />

maravil<strong>la</strong>rnos que fuese superada en el<strong>la</strong>s por los paganos. Pero, ¿no es igualmente necio que los<br />

cristianos emulen a <strong>la</strong> gente <strong>de</strong>l mundo en sus vanida<strong>de</strong>s en lugar <strong>de</strong> mantenerse en <strong>la</strong>s cosas que son<br />

su honra especial? Porque no sería más fuera <strong>de</strong> lugar que una herramienta se jacte o que luche<br />

contra el que <strong>la</strong> formó, que Senaquerib se envanezca contra el Señor. —Cuando Dios mete en<br />

problemas a su pueblo, es para traer el pecado a su memoria y humil<strong>la</strong>rlos y <strong>de</strong>spertarlos al sentido<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber; este <strong>de</strong>be ser el fruto: quitar el pecado. Cuando se ganan estos puntos por aflicción, será<br />

quitada por misericordia. Este intento contra Jerusalén y Sion <strong>de</strong>bía llegar a nada. Dios será como<br />

fuego consumidor para los hacedores <strong>de</strong> iniquidad, tanto en cuerpo como en alma. La <strong>de</strong>so<strong>la</strong>ción<br />

será cuando el portador <strong>de</strong>l estandarte <strong>de</strong>sfallezca y los que siguen sean confundidos. ¿Quién es<br />

capaz <strong>de</strong> resistir ante este gran y santo Señor Dios?

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