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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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fe en Él como el verda<strong>de</strong>ro Mesías, y estimule nuestro amor por Él como nuestro mejor amigo, que<br />

nos amó y sufrió todo esto por nosotros. —En su agonía Cristo oró, oró fervorosamente que <strong>la</strong> copa<br />

pudiese pasar <strong>de</strong> Él. Cuando no po<strong>de</strong>mos regocijarnos en Dios como nuestro cántico,<br />

permanezcamos en Él como nuestra fortaleza; y recibamos consuelo <strong>de</strong> los apoyos espirituales,<br />

cuando no po<strong>de</strong>mos tener <strong>de</strong>leites espirituales. —Pi<strong>de</strong> ser librado <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira divina. Él que ha librado,<br />

<strong>de</strong>be librar y librará. Debemos pensar en los sufrimientos y <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> Cristo hasta que<br />

sintamos en nuestra alma el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su resurrección y <strong>la</strong> participación en sus pa<strong>de</strong>cimientos.<br />

Vv. 22—31. Ahora el Salvador hab<strong>la</strong> como resucitado <strong>de</strong> entre los muertos. Las primeras<br />

pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> <strong>la</strong> queja <strong>la</strong>s usó Cristo mismo en <strong>la</strong> cruz; <strong>la</strong>s primeras pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> triunfo se aplican<br />

expresamente a Él, Hebreos ii, 12. Todas nuestras a<strong>la</strong>banzas <strong>de</strong>ben referirse a <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> re<strong>de</strong>nción.<br />

El sufrimiento <strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>ntor fue aceptado por gracia como completa satisfacción por el pecado.<br />

Aunque fue ofrecido por pecadores, el Padre no lo <strong>de</strong>spreció ni lo aborreció, por amor a nosotros.<br />

Esto <strong>de</strong>biera ser el tema <strong>de</strong> nuestra acción <strong>de</strong> gracias. Toda alma humil<strong>de</strong>, bondadosa, <strong>de</strong>be tener su<br />

satisfacción y felicidad completa en Él. Los que tienen hambre y sed <strong>de</strong> justicia en Cristo, no<br />

trabajarán por lo que no sacia. Los que oran mucho, ofrecerán muchas acciones <strong>de</strong> gracias. Quienes<br />

se vuelven a Dios tomarán conciencia <strong>de</strong> estar adorando <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> Él. Que toda lengua confiese que<br />

Él es el Señor. Altos y bajos, ricos y pobres, esc<strong>la</strong>vos y libres, se reúnen en Cristo. —Viendo que no<br />

po<strong>de</strong>mos mantener viva nuestra alma, es sabiduría nuestra, por fe obediente, encomendar<strong>la</strong> a Cristo,<br />

que es capaz <strong>de</strong> salvar<strong>la</strong> y mantener<strong>la</strong> viva por siempre. —Una semil<strong>la</strong> le servirá. Dios tendrá una<br />

iglesia en el mundo hasta el fin <strong>de</strong>l tiempo. Los creyentes le serán contados como su generación; Él<br />

será para ellos el mismo que fue para los que pasaron antes que ellos. Dec<strong>la</strong>rarán que su justicia, y<br />

no <strong>la</strong> propia, es el fundamento <strong>de</strong> todas sus esperanzas y <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> todos sus goces. La re<strong>de</strong>nción<br />

por Cristo es un hecho <strong>de</strong>l Señor mismo. —Aquí vemos el amor y <strong>la</strong> compasión gratuitos <strong>de</strong> Dios<br />

Padre y <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo por nosotros, miserables pecadores, como fuente <strong>de</strong> toda gracia<br />

y consuelo; el ejemplo que tenemos que seguir; el trato que tenemos que esperar como cristianos, y<br />

<strong>la</strong> conducta que tenemos que adoptar sometidos a ello. Aquí se pue<strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r toda lección que<br />

aproveche al alma humil<strong>la</strong>da. Los que procuran establecer su propia justicia, pregunten, ¿por qué<br />

<strong>de</strong>bía sufrir así el amado Hijo <strong>de</strong> Dios si sus obras podían expiar el pecado? Que el profesante impío<br />

consi<strong>de</strong>re si el Salvador obe<strong>de</strong>ció así <strong>la</strong> ley divina, para que tuviera el privilegio <strong>de</strong> <strong>de</strong>spreciar<strong>la</strong>. Que<br />

el negligente se cui<strong>de</strong> <strong>de</strong> huir <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira veni<strong>de</strong>ra, y que el tembloroso apoye sus esperanzas sobre este<br />

Re<strong>de</strong>ntor misericordioso. Que el creyente tentado y angustiado espere gozosamente el final feliz <strong>de</strong><br />

toda prueba.<br />

SALMO XXIII<br />

Confianza en <strong>la</strong> gracia y el cuidado <strong>de</strong> Dios.<br />

“Jehová es mi pastor”. Estas pa<strong>la</strong>bras enseñan al creyente a experimentar satisfacción por el<br />

cuidado <strong>de</strong>l gran Pastor <strong>de</strong>l universo, el Re<strong>de</strong>ntor y Preservador <strong>de</strong> los hombres. Con gozo reflexiona<br />

que tiene un pastor y ese pastor es Jehová. —Un rebaño <strong>de</strong> ovejas, dulces e inofensivas, que se<br />

alimenta en pastos ver<strong>de</strong>s al cuidado <strong>de</strong> un pastor tierno, diestro y vigi<strong>la</strong>nte, constituye un emblema<br />

<strong>de</strong> los creyentes traídos <strong>de</strong> vuelta al Pastor <strong>de</strong> sus almas. —La mayor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s abundancias sólo es una<br />

pastura seca para el impío, que se <strong>de</strong>leita sólo en lo que comp<strong>la</strong>ce a los sentidos, pero para el santo,<br />

que por fe saborea <strong>la</strong> bondad <strong>de</strong> Dios en todo lo que disfruta, aunque tiene poco <strong>de</strong>l mundo, es pasto<br />

ver<strong>de</strong>. El Señor da quietud y contentamiento mental, cualquiera sea <strong>la</strong> suerte. Somos ben<strong>de</strong>cidos con<br />

los ver<strong>de</strong>s pastos <strong>de</strong> los mandamientos; no pensemos que basta con pasar por ellos; permanezcamos<br />

en ellos. —Las conso<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong>l Espíritu Santo son <strong>la</strong>s aguas <strong>de</strong> reposo a <strong>la</strong>s cuales son conducidos

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