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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Versículos 1—7. El viaje <strong>de</strong> Pablo a Jerusalén. 8—18. Pablo en Cesarea. La profecía <strong>de</strong> Agabo.—<br />

Pablo en Jerusalén. 19—26. Convencido para cumplir con <strong>la</strong>s ceremonias. 27—40. Peligrando<br />

a causa <strong>de</strong> los judíos, es rescatado por los romanos.<br />

Vv. 1—7. Debemos reconocer <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia cuando nos salen bien <strong>la</strong>s cosas. Don<strong>de</strong>quiera que<br />

fuera Pablo, preguntaba cuántos discípulos había ahí y los buscaba. Previendo sus problemas, por<br />

amor a él, y preocupación por <strong>la</strong> iglesia, ellos pensaron, equivocadamente, que sería más para <strong>la</strong><br />

gloria <strong>de</strong> Dios que siguiera libre, pero su celo para disuadirlo volvió más ilustre su santa resolución.<br />

Él nos ha enseñado con el ejemplo y por <strong>la</strong> reg<strong>la</strong>, a orar sin cesar. El último adiós <strong>de</strong> ellos fue<br />

endulzado con oración.<br />

Vv. 8—18. Pablo había sido expresamente advertido <strong>de</strong> sus problemas para que, cuando<br />

llegaran, no fueran sorpresa ni terror para él. Debemos darle el mismo uso a <strong>la</strong> noticia general que se<br />

nos da <strong>de</strong> que <strong>de</strong>bemos entrar al reino <strong>de</strong> Dios a través <strong>de</strong> mucha tribu<strong>la</strong>ción. El l<strong>la</strong>nto <strong>de</strong> ellos<br />

empezó a <strong>de</strong>bilitar y <strong>de</strong>sanimar <strong>la</strong> resolución <strong>de</strong> ellos. ¿No nos dijo nuestro Maestro que tomemos<br />

nuestra cruz? Para él fue un problema que ellos lo presionaran con tanta insistencia para hacer<br />

aquello con que no podía satisfacerlos sin dañar su propia conciencia. Cuando vemos que se acercan<br />

problemas no sólo nos correspon<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>be cumplirse <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong>l Señor, y no hay más<br />

remedio, sino que se cump<strong>la</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong>l Señor, porque su voluntad es su sabiduría y Él hace todo<br />

conforme a su consejo. Debe apaciguar nuestro pesar que se cumple <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong>l Señor cuando<br />

llega un problema; <strong>de</strong>be silenciar nuestros temores cuando lo vemos venir que se cumplirá <strong>la</strong><br />

voluntad <strong>de</strong>l Señor, y <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cir: Amén, que se cump<strong>la</strong>. —Honroso es ser un discípulo viejo <strong>de</strong><br />

Jesucristo, haber sido capacitado por <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios para seguir por <strong>la</strong>rgo tiempo en el curso <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>ber, constante en <strong>la</strong> fe, creciendo más y más experimentado a una buena vejez. Uno <strong>de</strong>biera optar<br />

por habitar con estos discípulos viejos, porque <strong>la</strong> multitud <strong>de</strong> sus años enseñará sabiduría. —Muchos<br />

hermanos <strong>de</strong> Jerusalén recibieron alegremente a Pablo. Pensamos que, quizá si lo tuviéramos con<br />

nosotros, lo recibiríamos con gozo, pero no lo haríamos si, teniendo su doctrina, no <strong>la</strong> recibimos con<br />

gozo.<br />

Vv. 19—26. Pablo atribuye todo su éxito a Dios y a Dios da <strong>la</strong> a<strong>la</strong>banza. Dios le había honrado<br />

más que a ninguno <strong>de</strong> los apóstoles, aunque ellos no lo envidiaban, pero por el contrario,<br />

glorificaban al Señor. Ellos no podían hacer más que exhortar a Pablo para que siguiera alegremente<br />

en su obra. Santiago y los ancianos <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia <strong>de</strong> Jerusalén, le pidieron a Pablo que satisficiera a<br />

los judíos creyentes con el cumplimiento <strong>de</strong> algún requisito <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley ceremonial. Ellos pensaron que<br />

era pru<strong>de</strong>nte que se conformara hasta ese punto. Fue una gran <strong>de</strong>bilidad querer tanto <strong>la</strong> sombra<br />

cuando había llegado <strong>la</strong> sustancia. —La religión que Pablo predicaba no tendía a <strong>de</strong>struir <strong>la</strong> ley, sino<br />

a cumplir<strong>la</strong>. Él predicaba a Cristo, el fin <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley por <strong>la</strong> justicia, el arrepentimiento y <strong>la</strong> fe, con que<br />

tenemos que usar mucho <strong>la</strong> ley. La <strong>de</strong>bilidad y <strong>la</strong> maldad <strong>de</strong>l corazón humano aparecen fuertemente<br />

cuando consi<strong>de</strong>ramos cuántos, siendo discípulos <strong>de</strong> Cristo, no tuvieron <strong>de</strong>bida consi<strong>de</strong>ración hacia el<br />

ministro más eminente que haya vivido jamás. La excelencia <strong>de</strong> su carácter ni el éxito con que Dios<br />

bendijo sus <strong>la</strong>bores no pudieron ganarle <strong>la</strong> estima y el afecto <strong>de</strong> ellos, que veían que él no rendía el<br />

mismo respeto que ellos a <strong>la</strong>s observancias ceremoniales. ¡Cuán cuidadosos <strong>de</strong>bemos ser con los<br />

prejuicios! Los apóstoles no estuvieron libres <strong>de</strong> culpa en todo lo que hicieron, y sería difícil<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r a Pablo <strong>de</strong> <strong>la</strong> acusación <strong>de</strong> ce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>masiado en esta materia. Vano es tratar <strong>de</strong> conseguir el<br />

favor <strong>de</strong> los zelotes o fanáticos <strong>de</strong> un partido. Este cumplimiento <strong>de</strong> Pablo no sirvió, por lo mismo<br />

con que esperaba apaciguar a los judíos, los provocó y lo metió en problemas, pero el Dios<br />

omnisciente pasó por alto el consejo <strong>de</strong> ellos y el cumplimiento <strong>de</strong> Pablo, para servir un propósito<br />

mejor <strong>de</strong> lo que se pensaba. Era vano tratar <strong>de</strong> comp<strong>la</strong>cer a los hombres que no se agradarían con<br />

nada sino <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l cristianismo. Es más probable que <strong>la</strong> integridad y <strong>la</strong> rectitud nos

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