14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Versículos 1—5. La Iglesia ora que se manifieste el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios. 6—12. Confesión <strong>de</strong> pecado y<br />

<strong>la</strong>mento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aflicciones.<br />

Vv. 1—5. Ellos <strong>de</strong>sean que Dios se manifieste a ellos y por ellos para que todos lo vean. Esto es<br />

aplicable a <strong>la</strong> segunda venida <strong>de</strong> Cristo, cuando el mismo Señor <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong>l cielo. Pi<strong>de</strong>n lo que<br />

Dios solía hacer y su propósito <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rado <strong>de</strong> gracia <strong>de</strong> hacerlo su pueblo. No tienen que temer<br />

<strong>de</strong>silusionarse <strong>de</strong> eso, porque es seguro; ni <strong>de</strong>silusionarse en eso, porque es suficiente. —La<br />

felicidad <strong>de</strong> su pueblo está unida a lo que Dios ha <strong>de</strong>stinado y está preparando para ellos, y para lo<br />

cual los prepara a ellos. ¿Po<strong>de</strong>mos creer esto, y luego pensar que cualquier cosa es <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong><br />

para esperar <strong>de</strong> su verdad, po<strong>de</strong>r y amor? Es espiritual y no pue<strong>de</strong> ser comprendido por <strong>la</strong><br />

inteligencia humana. Está siempre preparado. Véase qué comunión hay entre un Dios <strong>de</strong> gracia y un<br />

alma que recibe <strong>la</strong> gracia. Debemos tomar conciencia <strong>de</strong> cumplir nuestro <strong>de</strong>ber en todo lo que<br />

requiere el Señor nuestro Dios. Tú lo encontraste; esto hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> su libertad y disposición para<br />

hacerles bien. Aunque Dios ha estado enojado con nosotros por nuestros pecados, y con justicia, su<br />

ira ha terminado pronto; pero en su favor hay vida que sigue y continúa y en eso confiamos para<br />

nuestra salvación.<br />

Vv. 6—12. El pueblo <strong>de</strong> Dios, en aflicción, confiesa y <strong>la</strong>menta sus pecados, y se reconoce<br />

indigno <strong>de</strong> su misericordia. El pecado es eso abominable que el Señor odia. Nuestras obras, no<br />

importa lo que parezcan ser, si pensamos que tienen mérito <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> Dios, son como harapos, y no<br />

nos cubrirán; trapos inmundos que sólo nos contaminarán. Hasta nuestras pocas buenas obras en que<br />

hay verda<strong>de</strong>ra excelencia, como fruto <strong>de</strong>l Espíritu, son tan <strong>de</strong>fectuosas y contaminadas por ser<br />

hechas por nosotros, que <strong>de</strong>ben ser <strong>la</strong>vadas en <strong>la</strong> fuente abierta para el pecado y <strong>la</strong> inmundicia. —<br />

Malo es cuando se retiene <strong>la</strong> oración. Orar es aferrarse por fe <strong>de</strong> <strong>la</strong>s promesas que el Señor nos ha<br />

hecho por su buena voluntad y presentar<strong>la</strong>s como argumento; aferrarse <strong>de</strong> Él, y rogarle<br />

fervorosamente que no nos abandone; o solicitar su retorno. —Ellos se acarrearon los problemas por<br />

su propia necedad. Los pecadores son <strong>de</strong>struidos y, luego, llevados por el viento <strong>de</strong> su propia<br />

iniquidad; los marchita y luego los <strong>de</strong>struye. Cuando se hicieron como cosa inmunda, no asombró<br />

que Dios los aborreciera. —Necios y negligentes como somos, pobres y <strong>de</strong>spreciados, todavía eres<br />

nuestro Padre. Es por estar sometidos a <strong>la</strong> ira <strong>de</strong> un Padre que seremos reconciliados; y el alivio que<br />

requiere nuestro caso lo esperamos sólo <strong>de</strong> Él. Se encomiendan a Dios. No dicen: ―Señor, no nos<br />

reprendas‖, porque eso podría ser necesario, sino ―No te enojes‖. Ellos expresan su <strong>la</strong>mentable<br />

estado. Véase qué ruina acarrea el pecado a <strong>la</strong> gente; y que <strong>la</strong> profesión externa <strong>de</strong> santidad no será<br />

<strong>de</strong>fensa contra eso. El pueblo <strong>de</strong> Dios no preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle lo que Él dirá, pero su oración es: Hab<strong>la</strong><br />

para el consuelo y alivio <strong>de</strong> tu pueblo. ¡Qué pocos son los que invocan al Señor con todo su corazón<br />

o que se animan a aferrarse a Él! —Dios pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>morar <strong>la</strong> respuesta a nuestras oraciones por un<br />

tiempo, pero al final, respon<strong>de</strong>rá a los que invocaron su nombre y esperan en su misericordia.<br />

CAPÍTULO LXV<br />

Versículos 1—7. El l<strong>la</strong>mamiento a los gentiles y el rechazo <strong>de</strong> los judíos. 8—10. El Señor preserva<br />

un remanente. 11—16. Los juicios <strong>de</strong>l impío. 17—25. El feliz y floreciente estado futuro <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

Iglesia.<br />

Vv. 1—7. Los gentiles vinieron a buscar a Dios y lo hal<strong>la</strong>ron porque primero Él los buscó y los<br />

halló. Él suele encontrar a bur<strong>la</strong>dores que no piensan o a un enemigo disoluto y le dice: Heme aquí;<br />

y ocurre un rápido cambio. —Cristo esperó todo el día <strong>de</strong>l evangelio para mostrar su gracia. Los<br />

judíos fueron invitados pero no acudieron. No es sin causa que Dios los rechaza. Quisieron hacer lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!