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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 23—28. Las dolencias corporales <strong>de</strong>bilitan prontamente nuestra fuerza, entonces, ¿qué<br />

po<strong>de</strong>mos esperar sino que nuestros meses sean cortados en <strong>la</strong> mitad? ¿Qué haremos, sino proveer<br />

a<strong>de</strong>cuadamente? Debemos reconocer <strong>la</strong> mano <strong>de</strong> Dios en ello; y tenemos que reconciliar esto con su<br />

amor, porque, a menudo, los que han usado bien su fuerza <strong>la</strong> ven <strong>de</strong>bilitada; y aquellos que, como<br />

según pensamos, difícilmente son pasados por alto, ven acortados sus días. Muy conso<strong>la</strong>dor es,<br />

respecto <strong>de</strong> todos los cambios y peligros <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia, recordar que Jesucristo es el mismo ayer, hoy<br />

y por los siglos. Respecto a <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> nuestros cuerpos y <strong>la</strong> partida <strong>de</strong> amigos, consue<strong>la</strong> recordar<br />

que Dios es el Dios eterno. —No pasemos por alto <strong>la</strong> seguridad contenida en este salmo sobre el<br />

final feliz <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s pruebas <strong>de</strong>l creyente. Aunque todas <strong>la</strong>s cosas estén cambiando, muriendo,<br />

pereciendo, como una vestimenta que se muda y rápidamente se <strong>de</strong>teriora, no obstante, Jesús vive y<br />

todo está seguro, porque dijo: Porque yo vivo vosotros también viviréis.<br />

SALMO CIII<br />

Versículos 1—5. Exhortación a ben<strong>de</strong>cir a Dios por su misericordia. 6—14. A <strong>la</strong> iglesia y a todos<br />

los hombres. 15—18. Por <strong>la</strong> constancia <strong>de</strong> su misericordia. 19—22. Por el gobierno <strong>de</strong>l mundo.<br />

Vv. 1—5. Por el perdón <strong>de</strong> pecado es quitado lo que nos impedía tener lo bueno, y somos<br />

restaurados al favor <strong>de</strong> Dios, que nos conce<strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas buenas. Piénsese en <strong>la</strong> provocación; era<br />

pecado y, sin embargo, fue perdonado; ¡cuántas provocaciones, sin embargo, son todas perdonadas!<br />

Dios sigue perdonando, porque nosotros seguimos pecando y arrepintiéndonos. —El cuerpo<br />

encuentra <strong>la</strong>s tristes consecuencias <strong>de</strong>l pecado <strong>de</strong> Adán; está sujeto a muchas enfermeda<strong>de</strong>s y<br />

también el alma. Sólo Cristo perdona todos nuestros pecados; Él solo es quien cura todas nuestras<br />

enfermeda<strong>de</strong>s. Y <strong>la</strong> persona que hal<strong>la</strong> curado su pecado, tiene bien cimentada <strong>la</strong> seguridad <strong>de</strong> que es<br />

perdonada. Cuando Dios, por <strong>la</strong> gracia y conso<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> su Espíritu, restaura a su pueblo <strong>de</strong> sus<br />

corrupciones, y lo llena <strong>de</strong> nuevo con vida y gozo, lo cual es para ellos una primicia <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y<br />

gozo eterno, se pue<strong>de</strong> entonces <strong>de</strong>cir que regresan a los días <strong>de</strong> su juventud, Job xxxiii, 25.<br />

Vv. 6—14. Dios es verda<strong>de</strong>ramente bueno con todos; <strong>de</strong> manera especial es bueno con Israel. Se<br />

ha reve<strong>la</strong>do a sí mismo y su gracia. Por sus caminos po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r sus preceptos, los caminos en<br />

que nos pi<strong>de</strong> que an<strong>de</strong>mos; sus promesas y propósitos. Siempre ha estado lleno <strong>de</strong> compasión. ¡Cuán<br />

diferentes <strong>de</strong> Dios son los que aprovechan toda ocasión para repren<strong>de</strong>r o <strong>la</strong>mentarse sin saber cuando<br />

terminar! ¿Qué sería <strong>de</strong> nosotros si Dios nos tratara <strong>de</strong> esa manera? —La Escritura dice mucho <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misericordia <strong>de</strong> Dios, y todos <strong>la</strong> hemos experimentado. El padre compa<strong>de</strong>ce a sus hijos que son<br />

débiles <strong>de</strong> conocimiento y les enseña; los compa<strong>de</strong>ce cuando son perversos y los soporta; los<br />

compa<strong>de</strong>ce cuando están enfermos y los consue<strong>la</strong>; los compa<strong>de</strong>ce cuando están caídos y les ayuda a<br />

levantarse; los compa<strong>de</strong>ce cuando han ofendido, y por su sometimiento, los perdona; los compa<strong>de</strong>ce<br />

cuando les hacen daño y los en<strong>de</strong>reza: así compa<strong>de</strong>ce el Señor a quienes le temen. Véase por qué Él<br />

compa<strong>de</strong>ce. Consi<strong>de</strong>ra <strong>la</strong> fragilidad <strong>de</strong> nuestros cuerpos y <strong>la</strong> necedad <strong>de</strong> nuestra alma, cuán poco<br />

po<strong>de</strong>mos hacer, cuán poco po<strong>de</strong>mos soportar; en todo eso se manifiesta su compasión.<br />

Vv. 15—18. ¡Qué corta e incierta es <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l hombre! La flor <strong>de</strong>l jardín es corrientemente <strong>de</strong><br />

mejor calidad y durará más por estar amparada por el muro <strong>de</strong>l jardín y al cuidado <strong>de</strong>l jardinero, pero<br />

<strong>la</strong> flor <strong>de</strong>l campo, a <strong>la</strong> cual se compara aquí <strong>la</strong> vida, no sólo se marchita so<strong>la</strong>, sino que está expuesta<br />

a los fríos vientos y pue<strong>de</strong> ser pisoteada por <strong>la</strong>s bestias <strong>de</strong>l campo. Así es el hombre. Dios consi<strong>de</strong>ra<br />

esto y lo compa<strong>de</strong>ce; que consi<strong>de</strong>re esto. <strong>la</strong> misericordia <strong>de</strong> Dios es mejor que <strong>la</strong> vida, porque <strong>la</strong><br />

sobrevivirá. Su justicia, <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> su promesa, serán para los hijos <strong>de</strong> los hijos que siguen <strong>la</strong>s<br />

piadosas huel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> sus antepasados. Entonces les será preservada <strong>la</strong> misericordia.

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