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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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habido tamaña bendición para su familia como resultó <strong>de</strong>spués. José da honra a Dios cuando lo<br />

presentan al faraón. —Faraón había soñado que estaba a oril<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l río Nilo y vio unas vacas, gordas<br />

y luego f<strong>la</strong>cas, salir <strong>de</strong>l río. Egipto no tiene lluvias, pero <strong>la</strong> cosecha <strong>de</strong>l año <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> crecida <strong>de</strong>l<br />

río Nilo. Nótese cuántos caminos tiene <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia para dispensar sus dádivas; sin embargo,<br />

nuestra <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>la</strong> Primera Causa sigue siendo <strong>la</strong> misma, <strong>la</strong> cual hace que cada cosa creada<br />

sea lo que es para nosotros, sea lluvia o río. —Véase a qué cambios están sujetas <strong>la</strong>s comodida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

esta vida. No po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong> que mañana será como hoy día o que el año próximo sea<br />

como éste. Debemos apren<strong>de</strong>r a tener pobreza y a estar en abundancia. Nótese <strong>la</strong> bondad <strong>de</strong> Dios<br />

para mandar los siete años <strong>de</strong> abundancia antes que los <strong>de</strong> hambre, para que pudiera hacerse<br />

provisión. El producto <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra es, a veces más, y a veces menos, pero, tomados en conjunto, al<br />

que cosecha mucho no le sobra nada y a aquel que cosecha poco nada le falta, Éxodo xvi, 18. Y<br />

fíjese en <strong>la</strong> naturaleza perece<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> nuestros p<strong>la</strong>ceres mundanos. Las cosechas más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

años <strong>de</strong> abundancia se perdieron por completo siendo consumidas en los años <strong>de</strong> escasez y aquello<br />

que parecía mucho, solo sirvió para mantener viva a <strong>la</strong> gente. Hay pan que permanece para <strong>la</strong> vida<br />

eterna por el cual vale <strong>la</strong> pena trabajar. Los que hacen que <strong>la</strong>s cosas <strong>de</strong> este mundo sean su sumo<br />

bien, hal<strong>la</strong>rán poco p<strong>la</strong>cer al recordar que <strong>la</strong>s recibieron.<br />

Vv. 33—45. José dio un buen consejo al faraón. La buena advertencia siempre <strong>de</strong>be ir seguida<br />

por un buen consejo. Dios nos ha dicho en su pa<strong>la</strong>bra que hay un día <strong>de</strong> prueba para nosotros,<br />

cuando necesitaremos toda <strong>la</strong> gracia que podamos tener. Por tanto, ahora haga <strong>la</strong> provisión<br />

correspondiente. El faraón dio un testimonio honorable <strong>de</strong> José. Es un hombre en quien está el<br />

espíritu <strong>de</strong> Dios; y tales hombres <strong>de</strong>ben ser estimados. —El faraón pone en José señales <strong>de</strong> honor. Le<br />

dio un nombre que hab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong>l valor que para él tenía, Zafnat-panea, que significa ―reve<strong>la</strong>dor <strong>de</strong><br />

secretos‖. Este ascenso <strong>de</strong> José nos da ánimos a todos para confiar en Dios. El nuevo nombre <strong>de</strong> José<br />

algunos lo traducen como ―el salvador <strong>de</strong>l mundo‖. Las glorias más resp<strong>la</strong>n<strong>de</strong>cientes, aun <strong>de</strong>l mundo<br />

superior, están <strong>de</strong>positadas en Cristo, <strong>la</strong> mayor confianza ha sido <strong>de</strong>positada en su mano y todo el<br />

po<strong>de</strong>r en el cielo y <strong>la</strong> tierra le fueron dados.<br />

Vv. 46—57. José se apropió <strong>de</strong> <strong>la</strong> divina provi<strong>de</strong>ncia en los nombres <strong>de</strong> sus dos hijos, Manasés y<br />

Efraín. —1. Se le hizo olvidar su <strong>de</strong>sgracia. —2. Se le hizo fructífero en <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> su aflicción.<br />

Llegaron los siete años <strong>de</strong> abundancia y se terminaron. Tenemos que esperar el fin <strong>de</strong> los días tanto<br />

<strong>de</strong> nuestra prosperidad como <strong>de</strong> nuestra oportunidad. No <strong>de</strong>bemos sentirnos seguros <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

prosperidad ni ser perezosos para hacer buen uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> oportunidad. Los años <strong>de</strong> abundancia se<br />

acabarán; haz todo lo que te viniere a <strong>la</strong> mano para hacer; y siega en el tiempo <strong>de</strong> <strong>la</strong> cosecha. Llegó<br />

<strong>la</strong> escasez y el hambre se hizo sentir no sólo en Egipto sino también en otras tierras. José fue<br />

diligente para almacenar mientras duró <strong>la</strong> abundancia. Cuando llegó el hambre fue pru<strong>de</strong>nte y<br />

cuidadoso para dar. José estuvo <strong>de</strong>dicado a <strong>la</strong>bores útiles e importantes. Pero en medio <strong>de</strong> esta<br />

actividad suya fue que su padre Jacob dijo: ¡José no parece! ¡Cuán gran<strong>de</strong> sería <strong>la</strong> parte <strong>de</strong> nuestros<br />

problemas que se eliminaría si supiéramos toda <strong>la</strong> verdad! —Que estos sucesos nos conduzcan a<br />

Jesús. Hay hambre <strong>de</strong>l pan <strong>de</strong> vida en toda <strong>la</strong> tierra. Id a Jesús y haced lo que Él os pida. Escuchad<br />

Su voz, pedidle; Él abrirá sus tesoros y satisfará con bondad al alma hambrienta <strong>de</strong> toda época y<br />

nación, sin dinero y sin precio. Pero quienes no dan <strong>la</strong> <strong>de</strong>bida atención a esta provisión, <strong>de</strong>ben pasar<br />

hambre, y los enemigos <strong>de</strong> el<strong>la</strong> serán <strong>de</strong>struidos.<br />

CAPÍTULO XLII

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