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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Nehemías miró a Dios y se encomendó a Él con todos sus asuntos. Le agradaba pensar que había<br />

sido útil para revivir y sostener <strong>la</strong> religión en su patria. Aquí se refiere a Dios, no con orgullo, sino<br />

con una súplica humil<strong>de</strong> acerca <strong>de</strong> su intención honesta en todo lo que había hecho. Ora: ―Acuérdate<br />

<strong>de</strong> mí‖; no, ―recompénsame‖; ―no borres mis buenas obras‖; y no ―publíca<strong>la</strong>s o haz<strong>la</strong>s registrar‖.<br />

Pero fue recompensado y sus buenas obras quedaron escritas. Dios hace más <strong>de</strong> lo que somos<br />

capaces <strong>de</strong> pedir.<br />

Vv. 15—22. La santa observancia <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l Señor forma un objeto importante para <strong>la</strong> atención<br />

<strong>de</strong> quienes fomentan <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra piedad. La religión nunca prospera cuando se pisotean los días <strong>de</strong><br />

reposo. No es <strong>de</strong> maravil<strong>la</strong>rse que hubiera una <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia general <strong>de</strong> <strong>la</strong> fe, y una corrupción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

costumbres <strong>de</strong> los judíos, cuando abandonaron el santuario y profanaron el día <strong>de</strong> reposo. Los que<br />

profanan el día <strong>de</strong> reposo poco consi<strong>de</strong>ran cuánto mal hacen. Debemos respon<strong>de</strong>r por los pecados<br />

que otros cometen llevados por nuestro ejemplo. Nehemías los culpa a ellos como cosa ma<strong>la</strong>, porque<br />

proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sprecio a Dios y a nuestras propias almas. Él muestra que quebrantar el día <strong>de</strong> reposo<br />

fue uno <strong>de</strong> los pecados por los cuales Dios trajo juicios contra ellos; y que si no recibían <strong>la</strong><br />

advertencia, sino que volvían a los mismos pecados, tenían que esperar más juicios. El valor, el celo<br />

y <strong>la</strong> pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Nehemías en este asunto quedan registrados para que nosotros hagamos lo mismo;<br />

y tenemos razón para pensar que <strong>la</strong> cura que él trajo fue dura<strong>de</strong>ra. Él se sintió y se confesó pecador,<br />

que nada podía pedir <strong>de</strong> Dios en justicia, cuando así c<strong>la</strong>ma a Él pidiendo misericordia.<br />

Vv. 23—31. Si cada padre es impío y <strong>de</strong> naturaleza corrupta, inclinará a los hijos a seguir su<br />

ejemplo; esto es una razón fuerte por <strong>la</strong> cual los cristianos no <strong>de</strong>ben unirse en yugo <strong>de</strong>sigual. Debe<br />

darse sumo cuidado a <strong>la</strong> educación <strong>de</strong> los hijos en cuanto al cuidado <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua para que no<br />

aprendan el lenguaje <strong>de</strong> Asdod, ni <strong>la</strong> conversación impura o impía ni <strong>la</strong> comunicación corrompida.<br />

—Nehemías mostró lo malo <strong>de</strong> estos matrimonios. A algunos, más obstinados que el resto, los azotó,<br />

esto es, mandó que fueran azotados por los oficiales conforme a <strong>la</strong> ley, Deuteronomio xxv, 2, 3. —<br />

Aquí están <strong>la</strong>s oraciones <strong>de</strong> Nehemías en esta ocasión. Él suplica: ―Acuérdate <strong>de</strong> ellos, Dios mío‖.<br />

Señor, convéncelos <strong>de</strong> pecado y conviértelos; pon en sus mentes lo que <strong>de</strong>ben ser y hacer. Los<br />

mejores servicios para el público han sido olvidados por aquellos para quienes se hicieron, por tanto,<br />

Nehemías se encomienda a Dios para que lo recompense. Esto bien pue<strong>de</strong> ser el resumen <strong>de</strong> nuestras<br />

peticiones; no necesitamos más que esto para hacernos felices: Acuérdate <strong>de</strong> mí, Dios mío, para<br />

bien. Po<strong>de</strong>mos esperar humil<strong>de</strong>mente que el Señor se acuer<strong>de</strong> <strong>de</strong> nosotros y <strong>de</strong> nuestros servicios<br />

aunque, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> vidas <strong>de</strong> inagotable actividad y utilidad, aun veremos causa para aborrecernos y<br />

arrepentirnos con polvo y cenizas y c<strong>la</strong>mar con Nehemías: ¡Sálvame Dios mío conforme a <strong>la</strong><br />

gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> tu misericordia!<br />

ESTER<br />

En este libro encontramos que hasta los judíos diseminados en <strong>la</strong>s provincias <strong>de</strong> los paganos,<br />

fueron cuidados y maravillosamente preservados cuando fueron amenazados por <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción.<br />

Aunque el nombre <strong>de</strong> Dios no se menciona en este libro, el <strong>de</strong>do <strong>de</strong> Dios se advierte en los sucesos<br />

mínimos que ocasionan <strong>la</strong> liberación <strong>de</strong> su pueblo. Esta historia se ubica entre los capítulos vi y vii<br />

<strong>de</strong> Esdras.<br />

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