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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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<strong>de</strong>positan confianza. Dios les preguntará <strong>de</strong> los pecados <strong>de</strong> que son culpables en sus casas, <strong>la</strong>s cosas<br />

robadas que han almacenado y el lujo con que han vivido. La pompa y el p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> <strong>la</strong>s casas <strong>de</strong> los<br />

hombres no fortifican contra los juicios <strong>de</strong> Dios; hacen más penosos e insultantes los sufrimientos.<br />

Pero un remanente, conforme a <strong>la</strong> elección <strong>de</strong> gracia, será arrebatado por nuestro gran y buen Pastor,<br />

como <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mandíbu<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción en los peores tiempos.<br />

CAPÍTULO IV<br />

Versículos 1—5. Israel reprobado. 6—13. Demostración <strong>de</strong> su impenitencia.<br />

Vv. 1—5. Lo que se logra por extorsión suele usarse para proveer para <strong>la</strong> carne y satisfacer sus<br />

concupiscencias. Lo que se logra por opresión no pue<strong>de</strong> ser disfrutado con satisfacción. ¡Qué<br />

miserables son aquellos cuya confianza en <strong>la</strong>s observancias no bíblicas sólo prueba que creen <strong>la</strong><br />

mentira! Veamos que nuestra fe, esperanza y adoración estén respaldados por <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra divina.<br />

Vv. 6—13. Véase <strong>la</strong> necedad <strong>de</strong> los corazones carnales: <strong>de</strong>ambu<strong>la</strong>n <strong>de</strong> una a otra criatura<br />

buscando algo para satisfacerse y se esfuerzan por lo que no satisface; pero, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, no<br />

inclinarán su oído a aquel en quien pue<strong>de</strong>n hal<strong>la</strong>r todo lo que pue<strong>de</strong>n querer. Predicar el evangelio es<br />

como <strong>la</strong> lluvia y todo se marchita don<strong>de</strong> falta lluvia. Bueno sería si <strong>la</strong> gente fuera tan sabia con sus<br />

almas como lo son con sus cuerpos; y, cuando no tuvieran cerca esta lluvia, fueran y buscaran don<strong>de</strong><br />

está para tener<strong>la</strong>. —Como los israelitas persistieron en rebeldía y ido<strong>la</strong>tría, el Señor vino contra ellos<br />

como adversario. No antes <strong>de</strong> mucho <strong>de</strong>bemos encontrar a nuestro Dios en juicio y no seremos<br />

capaces <strong>de</strong> estar <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> Él si nos trata conforme a nuestras obras. Si <strong>de</strong>seamos prepararnos para<br />

encontrarnos con nuestro Dios con tranquilidad, en el período aterrador <strong>de</strong> su venida, ahora <strong>de</strong>bemos<br />

encontrarlo en Cristo Jesús, el eterno Hijo <strong>de</strong>l Padre, que vino a salvar a los pecadores perdidos.<br />

Debemos buscarlo mientras pueda ser hal<strong>la</strong>do.<br />

CAPÍTULO V<br />

Versículos 1—6. Israel l<strong>la</strong>mado a buscar al Señor. 7—17. Fervorosas exhortaciones al<br />

arrepentimiento. 18—27. Amenazas acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> ido<strong>la</strong>tría.<br />

Vv. 1—6. La pa<strong>la</strong>bra que acusa y vivifica <strong>de</strong>be ser oída y obe<strong>de</strong>cida, como también <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong><br />

consuelo y paz, porque sea que oigamos o no, <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios tendrá efecto. El Señor todavía<br />

proc<strong>la</strong>ma misericordia a los hombres, pero a menudo ellos esperan liberación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s formas que se<br />

inventaron ellos mismos y que hacen segura su con<strong>de</strong>nación. Mientras rehusen ir y buscar<br />

misericordia en Cristo y por Él, para que puedan vivir, el fuego <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira divina cae sobre ellos. Los<br />

hombres pue<strong>de</strong>n hacer un ídolo <strong>de</strong>l mundo, pero hal<strong>la</strong>rán que no pue<strong>de</strong> proteger.<br />

Vv. 7—17. La misma omnipotencia, para los pecadores arrepentidos, pue<strong>de</strong> volver <strong>la</strong> aflicción y<br />

<strong>la</strong> pena en prosperidad y gozo, y con igual facilidad volver <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong> los pecadores<br />

insolentes en profundas tinieb<strong>la</strong>s. Los malos tiempos no producirán trato c<strong>la</strong>ro; esto es, los hombres<br />

malos no. Indudablemente eran malos estos hombres cuando los sabios y buenos pensaron que era en<br />

vano hasta hab<strong>la</strong>rles. —Quienes busquen y amen lo que es bueno pue<strong>de</strong>n ayudar a salvar <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> ruina. Nos correspon<strong>de</strong> suplicar a Dios <strong>la</strong>s promesas espirituales, rogarle que cree en nosotros un

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