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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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<strong>de</strong>sean vivir <strong>de</strong>scontro<strong>la</strong>damente en conformidad con sus concupiscencias! Que todos los<br />

favorecidos con <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios, <strong>la</strong> miren para usar provechosamente sus ventajas. Espantosa será<br />

<strong>la</strong> con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> quienes rechazan al Hijo y <strong>de</strong> quienes profesan reverenciarle, pero no dan los frutos a<br />

su <strong>de</strong>bido tiempo. —Aunque no podían sino reconocer tal pecado, el castigo era justo, aunque ellos<br />

no pudieron tolerar escucharlo. La necedad <strong>de</strong> los pecadores es que perseveran en los caminos<br />

pecaminosos aunque teman <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción al final <strong>de</strong> esos caminos.<br />

Vv. 20—26. Los que son muy astutos en sus <strong>de</strong>signios contra Cristo y su evangelio no pue<strong>de</strong>n<br />

ocultarlo. No dio respuesta directa, pero los reprendió por ofrecer imponerse sobre Él; y no pudieron<br />

hal<strong>la</strong>r nada con que incitar al gobernador o al pueblo en su contra. La sabiduría que es <strong>de</strong> lo alto<br />

dirigirá a todos los que enseñan verda<strong>de</strong>ramente el camino <strong>de</strong> Dios para que eviten <strong>la</strong>s trampas<br />

tendidas contra ellos por los hombres impíos; y enseñarán nuestro <strong>de</strong>ber a Dios, a nuestros<br />

gobernantes y a todos los hombres tan c<strong>la</strong>ramente que los opositores no tendrán nada malo que <strong>de</strong>cir<br />

<strong>de</strong> nosotros.<br />

Vv. 27—38. Corriente es que los que conciben el saboteo <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> Dios, <strong>la</strong> carguen con<br />

dificulta<strong>de</strong>s. Nos equivocamos y dañamos <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> Cristo cuando formamos nuestras i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l<br />

mundo <strong>de</strong> los espíritus por el mundo <strong>de</strong> los sentidos. Hay más mundos que el mundo visible actual y<br />

el mundo invisible futuro; que todos comparen este mundo y ese mundo y <strong>de</strong>n preferencia, en sus<br />

pensamientos e intereses, al que los merezca. —Los creyentes tendrán <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> los<br />

muertos; esa es <strong>la</strong> resurrección bendita. No po<strong>de</strong>mos expresar ni concebir cuál será el estado dichoso<br />

<strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> ese mundo, 1 Corintios ii, 9. Quienes entran en el gozo <strong>de</strong> su Señor, están<br />

totalmente arrobados con eso; cuando sea perfecta <strong>la</strong> santidad, no habrá ocasión para <strong>la</strong>s previsiones<br />

contra el pecado. Cuando Dios se dice Dios <strong>de</strong> los patriarcas, quiere <strong>de</strong>cir que fue el Dios<br />

absolutamente suficiente para ellos, Génesis xvii, 1; el excelente ga<strong>la</strong>rdón <strong>de</strong> ellos. Génesis xv, 1. Él<br />

nunca hizo eso por ellos en este mundo, lo cual respondía a <strong>la</strong> plena magnitud <strong>de</strong> su esfuerzo; por<br />

tanto, <strong>de</strong>be haber otra vida en que Él hará eso por ellos, que cumplirá completamente <strong>la</strong> promesa.<br />

Vv. 39—47. Los escribas elogiaron <strong>la</strong> respuesta <strong>de</strong> Cristo a los saduceos sobre <strong>la</strong> resurrección,<br />

pero fueron silenciados por una pregunta sobre el Mesías. Cristo, como Dios, era el Señor <strong>de</strong> David,<br />

pero Cristo, como hombre, era Hijo <strong>de</strong> David. —Los escribas recibieron el juicio más severo por<br />

engañar a <strong>la</strong>s viudas pobres y por abusar <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión, en particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración, que usaban como<br />

pretexto para ejecutar p<strong>la</strong>nes impíos y mundanos. La piedad fingida es doble pecado. Entonces,<br />

roguemos a Dios que nos impida el orgullo, <strong>la</strong> ambición, <strong>la</strong> codicia, y toda cosa ma<strong>la</strong>; y que nos<br />

enseñe a buscar ese honor que sólo viene <strong>de</strong> Él.<br />

CAPÍTULO XXI<br />

Versículos 1—4. Cristo elogia a una viuda pobre. 5—28. Su profecía. 29—38. Cristo exhorta a<br />

estar alertas.<br />

Vv. 1—4. De <strong>la</strong> ofrenda <strong>de</strong> esta viuda pobre aprendamos que lo que damos en justicia para ayuda <strong>de</strong>l<br />

pobre, y para el sostenimiento <strong>de</strong>l culto a Dios, se da a Dios; y que nuestro Salvador ve con agrado<br />

lo que tenemos en nuestros corazones cuando damos para ayuda <strong>de</strong> sus miembros o para su servicio.<br />

¡Bendito Señor! El más pobre <strong>de</strong> tus siervos tiene dos centavos, ellos tienen un alma y un cuerpo;<br />

convéncenos y capacítanos para ofrecerte ambos a Ti; ¡cuán dichosos seremos si los aceptas!

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