14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

poseído jamás. Toda verda<strong>de</strong>ra bienaventuranza en el mundo ahora o que alguna vez llegue a tener,<br />

se <strong>de</strong>be a Abram y su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Por medio <strong>de</strong> ellos tenemos una <strong>Biblia</strong>, un Salvador y un<br />

evangelio. Ellos son <strong>la</strong> cepa sobre <strong>la</strong> cual ha sido injertada <strong>la</strong> iglesia cristiana.<br />

Abram creyó que <strong>la</strong> bendición <strong>de</strong>l Todopo<strong>de</strong>roso supliría todo lo que él pudiera per<strong>de</strong>r o <strong>de</strong>jar<br />

atrás, satisfaría todas sus carencias y respon<strong>de</strong>ría, más aun, sobrepasaría todos sus <strong>de</strong>seos, y sabía<br />

que nada sino <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia seguiría a <strong>la</strong> <strong>de</strong>sobediencia. Este tipo <strong>de</strong> creyentes, justificados por fe en<br />

Cristo, tienen paz con Dios. —Ellos siguen en su camino a Canaán. No se <strong>de</strong>salientan por <strong>la</strong>s<br />

dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l camino ni son arrastrados fuera <strong>de</strong>l camino por los <strong>de</strong>leites que encuentran. Los que<br />

se dirigen al cielo <strong>de</strong>ben perseverar hasta el fin. Los que empren<strong>de</strong>mos el camino en obe<strong>de</strong>ciencia a<br />

<strong>la</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Dios y atendiendo humil<strong>de</strong>mente su provi<strong>de</strong>ncia, ciertamente triunfaremos y finalmente<br />

tendremos consuelo. Canaán no era, como otras tierras, una simple posesión externa, sino un tipo <strong>de</strong>l<br />

cielo y, en este sentido, los patriarcas <strong>la</strong> apreciaban fervientemente.<br />

Vv. 6—9. Abram halló <strong>la</strong> tierra pob<strong>la</strong>da por cananeos que eran malos vecinos. Él viajó, y siguió<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte aún. A veces <strong>la</strong> suerte <strong>de</strong> los hombres buenos es no estar establecidos y, a menudo, cambiar<br />

a diversos estados. Los creyentes <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse como peregrinos y extranjeros en este mundo,<br />

Hebreos xi, 8, 13, 14. Pero observe cuánto consuelo tenía Abram en Dios. Cuando tuvo escasa<br />

satisfacción en sus contactos con los cananeos que allí encontró, tuvo abundante p<strong>la</strong>cer en <strong>la</strong><br />

comunión con aquel Dios que lo había llevado hasta ahí, y que no lo <strong>de</strong>samparó. La comunión con<br />

Dios se mantiene por <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y <strong>la</strong> oración. Dios se reve<strong>la</strong> Él mismo y sus favores en forma gradual<br />

a su pueblo; antes había prometido mostrarle a Abram <strong>la</strong> tierra; ahora, promete dárse<strong>la</strong>: a medida que<br />

crece <strong>la</strong> gracia, crece el consuelo. Pareciera que Abram lo entendió también como <strong>la</strong> concesión <strong>de</strong><br />

una tierra mejor, <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual esta era tipo, porque esperaba un país celestial, Hebreos xi, 16. —Abram<br />

se estableció tan pronto como llegó a Canaán, y aunque no era sino extranjero y peregrino ahí,<br />

mantuvo <strong>la</strong> adoración <strong>de</strong> Dios en su familia. No sólo se preocupó <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte ceremonial <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

religión, <strong>la</strong> presentación <strong>de</strong> sacrificios, sino tomó conciencia <strong>de</strong> buscar a Dios e invocar su nombre,<br />

el sacrificio espiritual con el cual se agrada Dios. Predicaba sobre el nombre <strong>de</strong>l Señor; enseñó a su<br />

familia y a sus vecinos el conocimiento <strong>de</strong>l Dios verda<strong>de</strong>ro y <strong>de</strong> su santa religión. La adoración<br />

familiar es un buen camino antiguo, nada nuevo, sino <strong>la</strong> antigua costumbre <strong>de</strong> los santos. Abram era<br />

rico y tuvo una familia numerosa, aun no estaba establecido, y estaba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> enemigos; sin<br />

embargo, doquiera levantara su campamento, edificaba un altar: don<strong>de</strong> quiera que vayamos no<br />

<strong>de</strong>jemos <strong>de</strong> llevar nuestra religión con nosotros.<br />

Vv. 10—20. No hay en <strong>la</strong> tierra una situación libre <strong>de</strong> pruebas, ni personaje libre <strong>de</strong> <strong>de</strong>fectos.<br />

Hubo hambruna en Canaán, <strong>la</strong> más gloriosa <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s tierras, como hubo incredulidad, en Abram<br />

el padre <strong>de</strong> los fieles, con los males que siempre conlleva. La felicidad perfecta y <strong>la</strong> pureza perfecta<br />

están so<strong>la</strong>mente en el cielo. Abram, cuando <strong>de</strong>be <strong>de</strong>jar Canaán por un tiempo, va a Egipto, con <strong>la</strong><br />

intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>morarse allí no más <strong>de</strong> lo necesario, para que no pareciera que mira hacia atrás. —<br />

Ahí Abram oculta su re<strong>la</strong>ción con Sarai, equivocado, y pi<strong>de</strong> a su esposa y a sus siervos que hagan lo<br />

mismo. Él ocultó una verdad como un modo <strong>de</strong> negar<strong>la</strong> efectivamente, y por ello, expone al pecado<br />

tanto a su esposa como a los egipcios. La gracia por <strong>la</strong> cual más se <strong>de</strong>stacaba Abram era <strong>la</strong> fe; sin<br />

embargo, así cayó por <strong>la</strong> incredulidad y <strong>de</strong>sconfianza en <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia divina, aun <strong>de</strong>spués que Dios<br />

le había aparecido dos veces. ¡Ay, qué será <strong>de</strong> una fe débil cuando <strong>la</strong> fe firme se ve así remecida!<br />

Muchas veces, si Dios no nos librara <strong>de</strong> <strong>la</strong>s angustias e inquietu<strong>de</strong>s en que nos metemos nosotros<br />

mismos, por nuestro propio pecado y necedad, estaríamos <strong>de</strong>struidos. Él no nos trata conforme a lo<br />

que merecemos. —Son castigos felices aquellos que nos impi<strong>de</strong>n ir por el camino <strong>de</strong>l pecado y nos<br />

lleva a cumplir nuestro <strong>de</strong>ber, particu<strong>la</strong>rmente el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> hacer reparación por lo que hemos tomado<br />

o conservado in<strong>de</strong>bidamente. —La reprensión <strong>de</strong> faraón para Abram fue muy justa: ―¿Qué es esto<br />

que has hecho conmigo?‖ ¡Cuán inapropiado <strong>de</strong> un hombre sabio y bueno! Si quienes profesan <strong>la</strong> fe

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!