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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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para <strong>la</strong> pobreza y el <strong>de</strong>sprecio. Sea lo que sea lo que sufran los discípulos <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los<br />

hombres, <strong>de</strong>ben seguir el ejemplo y cumplir los preceptos y <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> su Señor. Deben estar<br />

contentos con Él y por Él, por ser sometidos a <strong>de</strong>sprecios y abusos. Mucho mejor es ser rechazado,<br />

<strong>de</strong>spreciado y soportar abusos, como fue San Pablo, que tener <strong>la</strong> buena opinión y el favor <strong>de</strong>l mundo.<br />

Aunque seamos <strong>de</strong>sechados <strong>de</strong>l mundo por viles, aun así, seamos preciosos para Dios, reunidos con<br />

su propia mano y puestos en su trono.<br />

Vv. 14—21. Al repren<strong>de</strong>r el pecado <strong>de</strong>bemos distinguir entre los pecadores y sus pecados. Los<br />

reproches que se hacen con bondad y afecto, pue<strong>de</strong>n reformar. Aunque el apóstol hab<strong>la</strong>ba con<br />

autoridad <strong>de</strong> padre, prefería rogarles con amor. Como los ministros, tienen que dar el ejemplo, los<br />

otros <strong>de</strong>ben seguirlo mientras sigan a Cristo en fe y práctica. Los cristianos pue<strong>de</strong>n errar y diferir en<br />

sus puntos <strong>de</strong> vista, pero Cristo y <strong>la</strong> verdad cristiana son los mismos ayer, hoy y por siempre. —<br />

Don<strong>de</strong>quiera que el evangelio sea eficaz, no sólo va <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bra, sino también con po<strong>de</strong>r, por el<br />

Espíritu Santo, reviviendo pecadores muertos, librando a <strong>la</strong>s personas <strong>de</strong> <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud <strong>de</strong>l pecado y<br />

<strong>de</strong> Satanás, renovándolos por <strong>de</strong>ntro y por fuera, y conso<strong>la</strong>ndo, fortaleciendo y confirmando a los<br />

santos, lo que no pue<strong>de</strong> hacerse con pa<strong>la</strong>bras persuasivas <strong>de</strong> los hombres, sino por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios.<br />

Y es una condición feliz que un espíritu <strong>de</strong> amor y mansedumbre lleve <strong>la</strong> vara, pero manteniendo<br />

una justa autoridad.<br />

CAPÍTULO V<br />

Versículos 1—8. El apóstol culpa a los corintios <strong>de</strong> complicidad con una persona incestuosa, 9—<br />

13. y da ór<strong>de</strong>nes en cuanto a <strong>la</strong> conducta hacia los culpables <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos escandalosos.<br />

Vv. 1—8. El apóstol nota un abuso f<strong>la</strong>grante, ante el cual los corintios hacían <strong>la</strong> vista gorda. El<br />

espíritu festivo y <strong>la</strong> falsa noción <strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad cristiana parecen haber salvado al hechor <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

censura. Sin duda es penoso que a veces, los que profesan el evangelio cometan <strong>de</strong>litos <strong>de</strong> los cuales<br />

se avergonzarían hasta los paganos. El orgullo espiritual y <strong>la</strong>s falsas doctrinas tien<strong>de</strong>n a introducir y<br />

a diseminar tales escándalos. ¡Cuán temibles son los efectos <strong>de</strong>l pecado! El diablo reina don<strong>de</strong> Cristo<br />

no reina. El hombre está en el reino y bajo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Satanás cuando no está en Cristo. —El mal<br />

ejemplo <strong>de</strong> un hombre influyente es muy dañino: se disemina por todas partes. Los principios y<br />

ejemplos corruptos dañan a toda <strong>la</strong> iglesia si no se corrigen. Los creyentes <strong>de</strong>ben tener nuevos<br />

corazones y llevar vidas nuevas. La conversación corriente <strong>de</strong> ellos y sus obras religiosas <strong>de</strong>ben ser<br />

santas. Tan lejos está el sacrificio <strong>de</strong> Cristo, nuestra Pascua, por nosotros <strong>de</strong> hacer innecesaria <strong>la</strong><br />

santidad personal y <strong>la</strong> pública, que da po<strong>de</strong>rosas razones y motivos para el<strong>la</strong>. Sin santidad no<br />

po<strong>de</strong>mos vivir por fe en Él, ni unirnos a sus or<strong>de</strong>nanzas con consuelo y provecho.<br />

Vv. 9—13. Los cristianos tienen que evitar <strong>la</strong> familiaridad con los que <strong>de</strong>sprestigian el nombre<br />

cristiano. Los tales son compañía apta para sus hermanos <strong>de</strong> pecado, y en esa compañía <strong>de</strong>ben ser<br />

<strong>de</strong>jados, cada vez que sea posible hacerlo. ¡Ay, que haya muchos l<strong>la</strong>mados cristianos cuya<br />

conversación es más peligrosa que <strong>la</strong> <strong>de</strong> los paganos!<br />

CAPÍTULO VI

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