14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

incapacitados que se levanten y an<strong>de</strong>n en el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> santidad por fe en Él. ¡Qué dulce para<br />

nuestra alma es pensar que el nombre <strong>de</strong> Jesucristo <strong>de</strong> Nazaret pue<strong>de</strong> hacernos íntegros, respecto <strong>de</strong><br />

todas <strong>la</strong>s faculta<strong>de</strong>s paralizadas <strong>de</strong> nuestra naturaleza caída! ¡Con cuánto gozo y arrobamiento santo<br />

andaremos por los atrios santos cuando Dios Espíritu nos haga entrar en ellos por su po<strong>de</strong>r!<br />

Vv. 12—18. Nótese <strong>la</strong> diferencia en el modo <strong>de</strong> hacer los mi<strong>la</strong>gros. Nuestro Señor siempre hab<strong>la</strong><br />

como teniendo po<strong>de</strong>r omnipotente, sin vaci<strong>la</strong>r jamás para recibir <strong>la</strong> honra más gran<strong>de</strong> que le fue<br />

conferida por sus mi<strong>la</strong>gros divinos. Pero los apóstoles referían todo al Señor y se negaban a recibir<br />

honra, salvo como sus instrumentos sin méritos. Esto muestra que Jesús era uno con el Padre, e igual<br />

con Él; mientras los apóstoles sabían que eran hombres débiles y pecadores, <strong>de</strong>pendientes en todo <strong>de</strong><br />

Jesús, cuyo po<strong>de</strong>r era el que curaba. Los hombres útiles <strong>de</strong>ben ser muy humil<strong>de</strong>s. No a nosotros, oh<br />

Señor, no a nosotros, sino a tu nombre gloria. Toda corona <strong>de</strong>be ser puesta a los pies <strong>de</strong> Cristo. —El<br />

apóstol muestra a los judíos <strong>la</strong> enormidad <strong>de</strong> su <strong>de</strong>lito, pero sin querer enojarlos ni <strong>de</strong>sesperarlos.<br />

Con toda seguridad los que rechazan, rehusan o niegan a Cristo lo hacen por ignorancia, pero eso no<br />

se pue<strong>de</strong> presentar como excusa en ningún caso.<br />

Vv. 19—21. La absoluta necesidad <strong>de</strong>l arrepentimiento <strong>de</strong>be cargarse solemnemente en <strong>la</strong><br />

conciencia <strong>de</strong> todos los que <strong>de</strong>sean que sus pecados sean borrados y que puedan tener parte en el<br />

refrigerio que nada pue<strong>de</strong> dar, sino el sentido <strong>de</strong>l amor perdonador <strong>de</strong> Cristo. Bienaventurados los<br />

que han sentido esto. No era necesario que el Espíritu Santo diera a conocer los tiempos y <strong>la</strong>s<br />

sazones <strong>de</strong> esta dispensación. Estos temas aún quedan oscuros, pero cuando los pecadores tengan<br />

convicción <strong>de</strong> sus pecados, c<strong>la</strong>marán perdón al Señor; y al penitente convertido y creyente le<br />

llegarán tiempos <strong>de</strong> refrigerio <strong>de</strong> <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong>l Señor. En un estado <strong>de</strong> tribu<strong>la</strong>ción y prueba el<br />

glorioso Re<strong>de</strong>ntor estará fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> vista, porque <strong>de</strong>bemos vivir por fe en Él.<br />

Vv. 22—26. He aquí un discurso fuerte para advertir a los judíos <strong>la</strong>s consecuencias temibles <strong>de</strong><br />

su incredulidad, con <strong>la</strong>s mismas pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> Moisés, su profeta preferido, dado el celo fingido <strong>de</strong><br />

quienes estaban listos para rechazar el cristianismo y tratar <strong>de</strong> <strong>de</strong>struirlo. Cristo vino al mundo a<br />

traer una bendición consigo y envió a su Espíritu para que fuera <strong>la</strong> gran bendición. Cristo vino a<br />

ben<strong>de</strong>cirnos convirtiéndonos <strong>de</strong> nuestras iniquida<strong>de</strong>s y salvándonos <strong>de</strong> nuestros pecados. Por<br />

naturaleza nosotros nos aferramos al pecado; el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia divina es hacernos volver <strong>de</strong><br />

eso para que no sólo podamos abandonarlo, sino odiarlo. Que nadie piense que pue<strong>de</strong> ser feliz<br />

continuando en pecado cuando Dios <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ra que <strong>la</strong> bendición está en apartarse <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> iniquidad.<br />

Que nadie piense que entien<strong>de</strong> o cree el evangelio si sólo busca liberación <strong>de</strong>l castigo <strong>de</strong>l pecado,<br />

pero no espera felicidad al ser liberado <strong>de</strong>l pecado mismo. Nadie espere ser apartado <strong>de</strong> su pecado a<br />

no ser que crea en Cristo el Hijo <strong>de</strong> Dios, y lo reciba como sabiduría, justicia, santificación y<br />

re<strong>de</strong>nción.<br />

CAPÍTULO IV<br />

Versículos 1—4. Pedro y Juan encarce<strong>la</strong>dos. 5—14. Los apóstoles testifican <strong>de</strong> Cristo con <strong>de</strong>nuedo.<br />

15—22. Pedro y Juan rehúsan cal<strong>la</strong>rse. 23—31. Los creyentes se unen en oración y a<strong>la</strong>banza.<br />

32—37. La caridad santa <strong>de</strong> los cristianos.<br />

Vv. 1—4. Los apóstoles predicaron <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> los muertos por medio <strong>de</strong> Jesús. Incluye toda<br />

<strong>la</strong> dicha <strong>de</strong>l estado futuro; ellos predicaron esto a través <strong>de</strong> Jesucristo, porque sólo por medio <strong>de</strong> Él<br />

se pue<strong>de</strong> obtener. Miserable es el caso <strong>de</strong> aquellos para quienes es un dolor <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong><br />

Cristo, porque dado que <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> ese reino es eterna, el dolor <strong>de</strong> ellos también será eterno. —Los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!