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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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caída. Cuando éramos completamente débiles, como este pobre hombre, Él mandó su pa<strong>la</strong>bra para<br />

sanarnos. Pedro no preten<strong>de</strong> sanar por po<strong>de</strong>r propio, pero dirige a Eneas a que mire a Cristo en busca<br />

<strong>de</strong> ayuda. Nadie diga que por cuanto es Cristo el que por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su gracia, obra todas nuestras<br />

obras en nosotros, no tenemos obra que hacer, ni <strong>de</strong>ber que cumplir; porque, aunque Jesucristo te<br />

haga íntegro, tú <strong>de</strong>bes levantarte, y usar el po<strong>de</strong>r que Él te da.<br />

Vv. 36—43. Muchos <strong>de</strong> los que están llenos <strong>de</strong> buenas pa<strong>la</strong>bras están vacíos y estériles <strong>de</strong><br />

buenas obras; pero Tabita era una gran hechora, no una gran conversadora. Los cristianos que no<br />

tienen propiedad para dar como caridad pue<strong>de</strong>n, aún, ser capaces <strong>de</strong> hacer obras <strong>de</strong> caridad,<br />

trabajando con sus manos o yendo con sus pies para el bien <strong>de</strong>l prójimo. Son ciertamente mejor<br />

elogiados aquellos cuyas obras los elogian, sea que <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más lo hagan o no. Sin duda<br />

son ingratos los que no reconocen el bien que se les hace mostrando <strong>la</strong> bondad hecha a ellos.<br />

Mientras vivimos <strong>de</strong> <strong>la</strong> plenitud <strong>de</strong> Cristo para nuestra plena salvación, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>sear estar llenos<br />

<strong>de</strong> buenas obras para gloria <strong>de</strong> su nombre y para beneficio <strong>de</strong> sus santos. Caracteres como Dorcas<br />

son útiles don<strong>de</strong> moren, porque muestran <strong>la</strong> excelencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> verdad por medio <strong>de</strong> sus<br />

vidas. ¡Qué viles son, entonces, <strong>la</strong>s preocupaciones <strong>de</strong> tantas mujeres que no buscan distinción, sino<br />

en el ornamento externo, y <strong>de</strong>sperdician sus vidas en <strong>la</strong> frívo<strong>la</strong> búsqueda <strong>de</strong> vestidos y vanida<strong>de</strong>s! —<br />

El po<strong>de</strong>r se unió a <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y Dorcas volvió a <strong>la</strong> vida. Así es en <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> <strong>la</strong>s almas<br />

muertas a <strong>la</strong> vida espiritual: <strong>la</strong> primera señal <strong>de</strong> vida es abrir los ojos <strong>de</strong> <strong>la</strong> mente. Aquí vemos que el<br />

Señor pue<strong>de</strong> compensar toda pérdida; que Él gobierna cada hecho para el bien <strong>de</strong> quienes confían en<br />

Él, y para gloria <strong>de</strong> su nombre.<br />

CAPÍTULO X<br />

Versículos 1—8. Cornelio recibe or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> mandar a buscar a Pedro. 9—18. La visión <strong>de</strong> Pedro.<br />

19—33. Va a casa <strong>de</strong> Cornelio. 34—43. Su sermón a Cornelio. 44—48. Derramamiento <strong>de</strong><br />

dones <strong>de</strong>l Espíritu Santo.<br />

Vv. 1—8. Hasta ahora nadie había sido bautizado en <strong>la</strong> Iglesia cristiana salvo judíos, samaritanos y<br />

los prosélitos que habían sido circuncidados, y observaban <strong>la</strong> ley ceremonial; pero, ahora, los<br />

gentiles eran l<strong>la</strong>mados a participar <strong>de</strong> todos los privilegios <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Dios sin tener que hacerse<br />

judíos primero. —La religión pura y sin contaminación se hal<strong>la</strong>, a veces, don<strong>de</strong> menos <strong>la</strong> esperamos.<br />

Don<strong>de</strong>quiera que el temor <strong>de</strong> Dios reine en el corazón, se manifestará en obras <strong>de</strong> caridad y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

piedad sin que una sea excusa <strong>de</strong> <strong>la</strong> otra. Era indudable que Cornelio tenía fe verda<strong>de</strong>ra en <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra<br />

<strong>de</strong> Dios, en <strong>la</strong> medida que <strong>la</strong> entendía, aunque aún no tenía una fe c<strong>la</strong>ra en Cristo. Esta fue <strong>la</strong> obra<br />

<strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, por <strong>la</strong> mediación <strong>de</strong> Jesús, aun antes que Cornelio lo conociera, como ocurre<br />

con todos nosotros, que antes estábamos muertos en pecado, cuando somos vivificados. Por medio<br />

<strong>de</strong> Cristo también fueron aceptadas sus oraciones y limosnas que, <strong>de</strong> otro modo, hubieran sido<br />

rechazadas. Cornelio fue obediente, sin <strong>de</strong>bate ni <strong>de</strong>mora, a <strong>la</strong> visión celestial. No perdamos tiempo<br />

en los asuntos <strong>de</strong> nuestras almas.<br />

Vv. 9—18. Los prejuicios <strong>de</strong> Pedro contra los gentiles le hubieran impedido ir a casa <strong>de</strong> Cornelio<br />

si el Señor no lo hubiera preparado para este servicio. Decir a un judío que Dios había or<strong>de</strong>nado que<br />

esos animales fueran reconocidos como limpios, cuando hasta ahora eran consi<strong>de</strong>rados inmundos,<br />

era <strong>de</strong>cir efectivamente que <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> Moisés estaba terminada. Pronto se dio a conocer a Pedro su<br />

significado. Dios sabe qué servicios tenemos por <strong>de</strong><strong>la</strong>nte y sabe prepararnos, y nosotros<br />

enten<strong>de</strong>remos el significado <strong>de</strong> lo que nos ha enseñado, cuando hallemos <strong>la</strong> ocasión para usarlo.

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