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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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suce<strong>de</strong> que el rebel<strong>de</strong> atrevido es llevado al arrepentimiento y llega a ser siervo <strong>de</strong>l Señor, mientras<br />

el formalista se endurece en orgullo y enemistad.<br />

Vv. 33—46. Esta parábo<strong>la</strong> expresa c<strong>la</strong>ramente el pecado y <strong>la</strong> ruina <strong>de</strong> <strong>la</strong> nación judía; y lo que se<br />

dice para acusarles, se dice para advertir a todos los que gozan los privilegios <strong>de</strong> <strong>la</strong> iglesia externa.<br />

Así como los hombres tratan al pueblo <strong>de</strong> Dios, tratarían al mismo Cristo si estuviera con ellos.<br />

¡Cómo po<strong>de</strong>mos, si somos fieles a su causa, esperar una recepción favorable <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> un mundo<br />

impío o <strong>de</strong> los impíos que profesan el cristianismo! Preguntémonos si nosotros que tenemos <strong>la</strong> viña y<br />

todas sus ventajas damos fruto en <strong>la</strong> temporada <strong>de</strong>bida, como pueblo, familia o individuos. Nuestro<br />

Salvador <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ra, en su pregunta, que el Señor <strong>de</strong> <strong>la</strong> viña vendrá, y que cuando venga <strong>de</strong>struirá a los<br />

malos con toda seguridad. —Los sumos sacerdotes y los ancianos eran los constructores y no<br />

reconocían su doctrina ni su leyes; lo <strong>de</strong>secharon como piedra <strong>de</strong>spreciada. Pero el que fue<br />

<strong>de</strong>sechado por los judíos, fue abrazado por los gentiles. Cristo sabe quién dará frutos <strong>de</strong>l evangelio<br />

en el uso <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong>l evangelio. La incredulidad <strong>de</strong> los pecadores será su ruina, aunque Dios<br />

tienen muchas maneras <strong>de</strong> refrenar los remanentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira, como los tiene para hacer que eso que<br />

quebranta redun<strong>de</strong> en a<strong>la</strong>banza suya. Que Cristo llegue a ser más y más precioso para nuestras<br />

almas, como firme Fundamento y Piedra angu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> su Iglesia. Sigámosle aunque seamos odiados y<br />

<strong>de</strong>spreciados por amor a Él.<br />

CAPÍTULO XXII<br />

Versículos 1—14. La parábo<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> fiesta <strong>de</strong> bodas. 15—22. Los fariseos preguntan a Jesús sobre<br />

el impuesto. 23—33. La pregunta <strong>de</strong> los saduceos sobre <strong>la</strong> resurrección. 34—40. La esencia <strong>de</strong><br />

los mandamientos. 41—46. Jesús interroga a los fariseos.<br />

Vv. 1—14. La provisión hecha para <strong>la</strong>s almas perece<strong>de</strong>ras en el evangelio, está representada por una<br />

fiesta real hecha por un rey, con prodigalidad oriental, en ocasión <strong>de</strong>l matrimonio <strong>de</strong> su hijo. Nuestro<br />

Dios misericordioso no sólo ha provisto el alimento, sino un festejo real para <strong>la</strong>s almas que perecen<br />

<strong>de</strong> sus rebel<strong>de</strong>s criaturas. En <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong> su Hijo Jesucristo hay suficiente y <strong>de</strong> sobra <strong>de</strong> todo lo<br />

que se pueda agregar a nuestro consuelo presente y dicha eterna. —Los primeros invitados fueron<br />

los judíos. Cuando los profetas <strong>de</strong>l Antiguo Testamento no prevalecieron, ni Juan el Bautista, ni el<br />

mismo Cristo, que les dijo que el reino <strong>de</strong> Dios estaba cerca, fueron enviados los apóstoles y<br />

ministros <strong>de</strong>l evangelio, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> Cristo, a <strong>de</strong>cirles que iba a venir y<br />

persuadirlos para que aceptaran <strong>la</strong> oferta. La razón <strong>de</strong>l por qué los pecadores no van a Cristo y a <strong>la</strong><br />

salvación por Él no es que no puedan, sino que no quieren. Tomarse a <strong>la</strong> ligera a Cristo y <strong>la</strong> gran<br />

salvación obrada por Él, es el pecado que con<strong>de</strong>na al mundo. Ellos fueron indiferentes. Las<br />

multitu<strong>de</strong>s perecen para siempre por pura indiferencia sin mostrar aversión directa, pero son<br />

negligentes acerca <strong>de</strong> sus almas. A<strong>de</strong>más, <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s y el provecho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ocupaciones<br />

mundanas estorban a muchos para cerrar trato con el Salvador. Campesinos y merca<strong>de</strong>res <strong>de</strong>ben ser<br />

diligentes, pero cualquiera sea <strong>la</strong> cosa <strong>de</strong>l mundo que tengamos en nuestras manos, <strong>de</strong>bemos poner<br />

cuidado en mantener<strong>la</strong> fuera <strong>de</strong> nuestros corazones, no sea que se interponga entre nosotros y Cristo.<br />

—La extrema ruina sobrevenida a <strong>la</strong> iglesia y a <strong>la</strong> nación judía está representada aquí. La<br />

persecución <strong>de</strong> los fieles ministros <strong>de</strong> Cristo llena <strong>la</strong> medida <strong>de</strong> <strong>la</strong> culpa <strong>de</strong> todo pueblo. No se<br />

esperaba <strong>la</strong> oferta <strong>de</strong> Cristo y <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong> los gentiles; fue tanta sorpresa como sería que se<br />

invitara a una fiesta <strong>de</strong> boda real al caminante. El <strong>de</strong>signio <strong>de</strong>l evangelio es recoger almas para<br />

Cristo; a todos los hijos <strong>de</strong> Dios esparcidos por todos <strong>la</strong>dos, Juan x, 16; xi, 52. —El ejemplo <strong>de</strong> los<br />

hipócritas está representado por el invitado que no tenía traje <strong>de</strong> boda. Nos concierne a todos<br />

prepararnos para el juicio; y los que, y sólo los que se vistan <strong>de</strong>l Señor Jesús, que tengan el

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