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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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valor para el pueblo <strong>de</strong> Dios. Probablemente los que van a crecer para distinguirse por su fe,<br />

empiecen a veces a ejercer<strong>la</strong> como Samuel. La fe capacitará al hombre para servir a Dios y a su<br />

generación en toda forma en que pudiera ser empleada. —Los intereses y los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> los reyes y<br />

los reinos suelen oponerse a Dios y a su pueblo, pero Dios pue<strong>de</strong> someter fácilmente a todos los que<br />

se pongan en contra. Obrar justicia es honor y dicha más gran<strong>de</strong> que hacer mi<strong>la</strong>gros. Por fe tenemos<br />

el consuelo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s promesas y por fe somos preparados a esperar <strong>la</strong>s promesas y a recibir<strong>la</strong>s a su<br />

<strong>de</strong>bido tiempo. Aunque no esperemos ver que nuestros parientes o amigos muertos son restaurados a<br />

<strong>la</strong> vida en este mundo, <strong>de</strong> todos modos <strong>la</strong> fe nos sostendrá al per<strong>de</strong>rlos y nos dirigirá a <strong>la</strong> esperanza<br />

<strong>de</strong> una resurrección mejor. —¿Nos sorpren<strong>de</strong>remos más por <strong>la</strong> maldad <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza humana que<br />

es capaz <strong>de</strong> cruelda<strong>de</strong>s tan espantosas con sus congéneres, o con <strong>la</strong> excelencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia divina que<br />

es capaz <strong>de</strong> sostener al fiel sometido a esas cruelda<strong>de</strong>s y hacerlos pasar a salvo por todas el<strong>la</strong>s? ¡Qué<br />

diferencia hay entre el juicio <strong>de</strong> Dios a un santo y el <strong>de</strong>l hombre! El mundo no es digno <strong>de</strong> los santos<br />

perseguidos e injuriados a quienes sus perseguidores reconocieron como indignos <strong>de</strong> vivir. No son<br />

dignos <strong>de</strong> su compañía, ejemplo, consejo y otros beneficios. Porque ellos no sabían qué es un santo<br />

ni el valor <strong>de</strong> un santo, ni cómo usarlo; ellos odian y echan lejos a los tales, como hace con <strong>la</strong><br />

ofrenda <strong>de</strong> Cristo y su gracia.<br />

Vv. 39, 40. El mundo consi<strong>de</strong>ra que los justos no son dignos <strong>de</strong> vivir en el mundo y Dios <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ra<br />

que el mundo no es digno <strong>de</strong> ellos. Aunque el justo y el mundo difieran ampliamente en su juicio,<br />

concuerdan en esto: que no es apropiado que los hombres buenos tengan reposo en este mundo. Por<br />

tanto, Dios los recibe fuera <strong>de</strong> este. El apóstol dice a los hebreos que Dios proveyó cosas mejores<br />

para ellos, por tanto, <strong>de</strong>ben estar seguros que él esperaba cosas buenas <strong>de</strong> ellos. Como nuestras<br />

ventajas, con <strong>la</strong>s cosas mejores que Dios ha provisto para nosotros, están mucho más allá <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong><br />

ellos, así <strong>de</strong>be ser más gran<strong>de</strong> nuestra obediencia por fe, nuestra paciencia esperanzada y nuestro<br />

trabajo <strong>de</strong> amor. A menos que tengamos una fe verda<strong>de</strong>ra como tenían estos creyentes, ellos se<br />

levantarán para con<strong>de</strong>narnos en el día postrero. Entonces, oremos continuamente por el aumento <strong>de</strong><br />

nuestra fe, para que podamos seguir estos ejemplos bril<strong>la</strong>ntes y con ellos ser, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga,<br />

perfeccionados en santidad y felicidad, y bril<strong>la</strong>r como el sol en el reino <strong>de</strong> nuestro Padre para<br />

siempre jamás.<br />

CAPÍTULO XII<br />

Versículos 1—11. Exhortación a ser constante y perseverar—Se presenta el ejemplo <strong>de</strong> Cristo, y el<br />

<strong>de</strong>signio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios en todos los sufrimientos que soportan los creyentes. 12—17. Se<br />

recomiendan <strong>la</strong> paz y <strong>la</strong> santidad con advertencia contra el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bendiciones<br />

espirituales. 18—29. La dispensación <strong>de</strong>l Nuevo Testamento es <strong>de</strong>mostrada como más excelente<br />

que <strong>la</strong> <strong>de</strong>l Antiguo Testamento.<br />

Vv. 1—11. La obediencia perseverante por fe en Cristo era <strong>la</strong> carrera puesta ante los hebreos en <strong>la</strong><br />

cual <strong>de</strong>bían ganar <strong>la</strong> corona <strong>de</strong> gloria o tener <strong>la</strong> miseria eterna como su porción; se nos expone. Por<br />

el pecado que tan fácilmente nos asedia, entendamos que el pecado es a lo que más nos inclinamos, a<br />

lo cual estamos más expuestos, por costumbre, edad o circunstancias. Esta es una exhortación <strong>de</strong><br />

suma importancia, porque mientras permanezca sin ser subyugado el pecado favorito, sea cual sea,<br />

<strong>de</strong> un hombre, le impedirá correr <strong>la</strong> carrera cristiana, porque le quita toda motivación para correr y<br />

da entrada al <strong>de</strong>saliento más completo. —Cuando estén agotados y débiles en sus mentes, recuer<strong>de</strong>n<br />

que el santo Jesús sufrió para salvarlos <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia eterna. Mirando fijamente a Jesús, sus<br />

pensamientos fortalecerán santos afectos y subyugarán los <strong>de</strong>seos carnales; entonces, pensemos<br />

frecuentemente en Él. ¿Qué son nuestras pequeñas pruebas comparadas con sus agonías o siquiera

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