14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

siempre y cuando no <strong>de</strong>penda <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s. Ningún privilegio o profesión externo servirá para ser aceptos<br />

<strong>de</strong> Dios sin <strong>la</strong> fe sincera en nuestro Señor Jesús. La fe verda<strong>de</strong>ra es una gracia activa; obra por amor<br />

a Dios y a nuestros hermanos. Que estemos en el número <strong>de</strong> aquellos que, por el Espíritu, aguardan<br />

<strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> justicia por <strong>la</strong> fe. —El peligro <strong>de</strong> antes no estaba en cosas sin importancia en sí,<br />

como ahora son muchas formas y observancias. Pero sin <strong>la</strong> fe que obra por el amor, todo lo <strong>de</strong>más<br />

carece <strong>de</strong> valor, y comparado con ello <strong>la</strong>s otras cosas son <strong>de</strong> escaso valor.<br />

Vv. 7—12. La vida <strong>de</strong>l cristiano es una carrera en <strong>la</strong> cual <strong>de</strong>be correr y mantenerse si <strong>de</strong>sea<br />

obtener el premio. No basta con que profesemos el cristianismo; <strong>de</strong>bemos correr bien viviendo<br />

conforme a esa confesión. Muchos que empezaron bien en <strong>la</strong> religión son estorbados en su avance o<br />

se <strong>de</strong>svían <strong>de</strong>l camino. A los que empezaron a salirse <strong>de</strong>l camino o a cansarse les correspon<strong>de</strong><br />

preguntarse seriamente qué les estorba. —La opinión o <strong>la</strong> persuasión, versículo 8, sin duda, era <strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

mezc<strong>la</strong>r <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley con <strong>la</strong> fe en Cristo en cuanto a <strong>la</strong> justificación. El apóstol <strong>de</strong>ja que ellos<br />

juzguen <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> surgió, pero muestra lo suficiente para indicar que no se <strong>de</strong>be a nadie sino a<br />

Satanás. —Para <strong>la</strong>s iglesias cristianas es peligroso animar a los que siguen errores <strong>de</strong>structores, pero<br />

en especial a los que los difun<strong>de</strong>n. Al repren<strong>de</strong>r el pecado y el error, siempre <strong>de</strong>bemos distinguir<br />

entre los lí<strong>de</strong>res y los li<strong>de</strong>rados. Los judíos se ofendían porque se predicaba a Cristo como <strong>la</strong> única<br />

salvación para los pecadores. Si Pablo y los otros hubieran aceptado que <strong>la</strong> observancia <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley <strong>de</strong><br />

Moisés <strong>de</strong>bía unirse a <strong>la</strong> fe en Cristo, como necesaria para <strong>la</strong> salvación, entonces los creyentes<br />

hubieran podido evitar muchos <strong>de</strong> los sufrimientos que tuvieron. Hay que resistir los primeros<br />

indicios <strong>de</strong> esa levadura. Ciertamente los que persisten en perturbar a <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong>ben<br />

soportar su juicio.<br />

Vv. 13—15. El evangelio es una doctrina conforme a <strong>la</strong> piedad, 1 Timoteo vi, 3, y está lejos <strong>de</strong><br />

consentir con el menor pecado, que nos somete a <strong>la</strong> obligación más fuerte <strong>de</strong> evitarlo y vencerlo. El<br />

apóstol insiste en que toda <strong>la</strong> ley se cumple en una pa<strong>la</strong>bra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si<br />

se pelean los cristianos, que <strong>de</strong>ben ayudarse mutuamente y regocijarse unos en otros, ¿qué pue<strong>de</strong><br />

esperarse sino que el Dios <strong>de</strong> amor niegue su gracia, que el Espíritu <strong>de</strong> amor se vaya, y prevalezca el<br />

espíritu maligno que busca <strong>de</strong>struirlos? —Bueno fuera que los creyentes se pusieran en contra <strong>de</strong>l<br />

pecado en ellos mismos y en los lugares don<strong>de</strong> viven, en vez <strong>de</strong> mor<strong>de</strong>rse y <strong>de</strong>vorarse unos a otros<br />

con motivo <strong>de</strong> diversidad <strong>de</strong> opinión diferente.<br />

Vv. 16—26. Si fuéramos cuidadosos para actuar bajo <strong>la</strong> dirección y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu bendito,<br />

aunque no fuésemos liberados <strong>de</strong> los estímulos y <strong>de</strong> <strong>la</strong> oposición <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza corrupta que queda<br />

en nosotros, esta no tendría dominio sobre nosotros. Los creyentes están metidos en un conflicto en<br />

que <strong>de</strong>sean sinceramente esa gracia que pue<strong>de</strong> alcanzar <strong>la</strong> victoria plena y rápida. Los que <strong>de</strong>sean<br />

entregarse a <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong>l Espíritu Santo no están bajo <strong>la</strong> ley como pacto <strong>de</strong> obras, ni expuestos a<br />

su espantosa maldición. Su odio por el pecado, y su búsqueda <strong>de</strong> <strong>la</strong> santidad, muestran que tienen<br />

una parte en <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong>l evangelio. —Las obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne son muchas y manifiestas. Esos<br />

pecados excluirán <strong>de</strong>l cielo a los hombres. Pero, ¡cuánta gente que se dice cristiana vive así y dicen<br />

que esperan el cielo! —Se enumeran los frutos <strong>de</strong>l Espíritu, o <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza renovada, que<br />

tenemos que hacer. Y así como el apóstol había nombrado principalmente <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, no<br />

sólo dañinas para los mismos hombres, sino que tien<strong>de</strong>n a hacerlos mutuamente nocivos, así aquí el<br />

apóstol nota principalmente los frutos <strong>de</strong>l Espíritu, que tien<strong>de</strong>n a hacer mutuamente agradables a los<br />

cristianos, como asimismo a hacerlos felices. Los frutos <strong>de</strong>l Espíritu muestran evi<strong>de</strong>ntemente que<br />

ellos son guiados por el Espíritu. —La <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne y <strong>de</strong> los frutos <strong>de</strong>l<br />

Espíritu nos dice qué <strong>de</strong>bemos evitar y resistir y qué <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>sear y cultivar; y este es el afán y<br />

empresa sinceros <strong>de</strong> todos los cristianos reales. El pecado no reina ahora en sus cuerpos mortales, <strong>de</strong><br />

modo que le obe<strong>de</strong>zcan, Romanos vi, 12, pues ellos procuran <strong>de</strong>struirlo. Cristo nunca reconocerá a<br />

los que se rin<strong>de</strong>n a ser siervos <strong>de</strong>l pecado. Y no basta con que cesemos <strong>de</strong> hacer el mal sino que

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!