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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Versículos 1—4. El estado floreciente <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> Cristo. 5—10. Los privilegios <strong>de</strong> Su pueblo.<br />

Vv. 1—4. Ju<strong>de</strong>a era próspera en <strong>la</strong> época <strong>de</strong> Ezequías, pero el reino <strong>de</strong> Cristo es el propósito <strong>de</strong>l gran<br />

tema. La gracia que convierte hace que el alma, que era un <strong>de</strong>sierto, se regocije con gozo y canto, y<br />

florezca abundantemente. —El débil y pusilánime es animado. Este es el <strong>de</strong>signio <strong>de</strong>l evangelio. El<br />

miedo <strong>de</strong>bilita; mientras más luchamos en su contra, más fuertes somos, para hacer y sufrir; y él que<br />

nos diga: Sé fuerte, es darnos <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong> Uno que es po<strong>de</strong>roso. Se da <strong>la</strong> seguridad <strong>de</strong>l acercamiento<br />

<strong>de</strong>l Mesías para vengarse <strong>de</strong> <strong>la</strong>s potesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s, para recompensar con abundante<br />

consuelo a los que se <strong>la</strong>mentan en Sion; Él vendrá y salvará. Vendrá <strong>de</strong> nuevo al final <strong>de</strong>l tiempo<br />

para castigar a los que han trastornado a su pueblo; y para dar <strong>de</strong>scanso a quienes fueron<br />

perturbados, lo que será una recompensa plena por todos sus problemas.<br />

Vv. 5—10. Cuando Cristo venga a establecer su reino en el mundo, entonces, maravil<strong>la</strong>s y<br />

gran<strong>de</strong>s prodigios, serán obradas en el alma <strong>de</strong> los hombres. Por <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y el Espíritu <strong>de</strong> Cristo<br />

fueron iluminados los ciegos espirituales; los sordos a los l<strong>la</strong>mados <strong>de</strong> Dios, lo oyeron con prontitud.<br />

Los incapaces <strong>de</strong> hacer algo bueno, por <strong>la</strong> gracia divina fueron hechos activos. Los que no sabían<br />

hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> Dios o a Dios, vieron sus <strong>la</strong>bios abiertos para manifestar su a<strong>la</strong>banza. Cuando el Espíritu<br />

Santo <strong>de</strong>scendió a los gentiles que oyeron <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, entonces fue abierta <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> vida. —La<br />

mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra es aún un <strong>de</strong>sierto; en el<strong>la</strong> no se encuentran medios <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia, adoradores<br />

espirituales ni frutos <strong>de</strong> santidad. Pero el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión y <strong>la</strong> santidad será abierto. El camino<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> santidad es el camino <strong>de</strong>l mandamiento <strong>de</strong> Dios; es el buen camino antiguo. El camino al cielo<br />

es un camino c<strong>la</strong>ro. Se evitará que los que sólo saben un poco, y los indoctos, pierdan el camino.<br />

Será un camino seguro; nada pue<strong>de</strong> hacerles verda<strong>de</strong>ro daño. Cristo, el camino a Dios, será dado a<br />

conocer c<strong>la</strong>ramente; el camino <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l creyente será c<strong>la</strong>ramente <strong>de</strong>lineado. Entonces, sigamos<br />

a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte alegremente, seguros <strong>de</strong> que el final <strong>de</strong>l camino será gozo eterno y reposo para el alma. —<br />

Los que por fe son ciudadanos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Sion <strong>de</strong>l evangelio, se regocijan en Cristo Jesús; y sus penas y<br />

suspiros huyen ante el consuelo divino. Así concluyen estas profecías. Nuestra esperanza <strong>de</strong> gozo y<br />

perspectiva <strong>de</strong> vida eterna <strong>de</strong>be tragarse todas <strong>la</strong>s penas y todos los goces <strong>de</strong>l presente. Pero, ¿<strong>de</strong> qué<br />

sirve admirar <strong>la</strong> excelencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> Dios a menos que podamos l<strong>la</strong>mar nuestras sus preciosas<br />

promesas? ¿Amamos a Dios no sólo como nuestro Creador, sino porque dio a su Hijo unigénito para<br />

morir por nosotros? ¿Estamos andando en el camino <strong>de</strong> santidad? Probémonos a nosotros mismos<br />

con estas sencil<strong>la</strong>s preguntas en vez <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r tiempo en cosas que pue<strong>de</strong>n ser curiosas y<br />

entretenidas, pero nada provechosas.<br />

CAPÍTULO XXXVI<br />

Vea 2 Reyes xviii, 17–37 y su correspondiente comentario.<br />

Este capítulo es igual que 2 Reyes xix.<br />

CAPÍTULO XXXVII<br />

CAPÍTULO XXXVIII

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