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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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voluntarios. Cuando Dios tiene obra que hacer, encontrará a los hombres o los hará aptos para el<strong>la</strong>.<br />

Cada uno ayudó como era su habilidad; y esto hicieron con respeto al Señor su Dios.— Los que han<br />

perdido tiempo, tienen que redimirlo; y mientras más tiempo hemos saqueado con necedad, más<br />

apresurados <strong>de</strong>bemos estar. Dios los encontró en el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> misericordia. Los que trabajan para<br />

Él, lo tienen a Él consigo; y si Él está por nosotros, ¿quién pue<strong>de</strong> estar contra nosotros? Esto <strong>de</strong>biera<br />

alentarnos a ser diligentes.<br />

CAPÍTULO II<br />

Versículos 1—9. Mayor gloria se promete al segundo templo que al primero. 10—19. Sus pecados<br />

obstaculizaron <strong>la</strong> obra. 20—23. El reino <strong>de</strong> Cristo predicho.<br />

Vv. 1—9. Los que ponen su corazón al servicio <strong>de</strong>l Señor recibirán aliento para proce<strong>de</strong>r. Pero<br />

entonces no pudieron edificar un templo como el que edificó Salomón. Aunque nuestro gracioso<br />

Dios se comp<strong>la</strong>ce si hacemos lo mejor que po<strong>de</strong>mos a su servicio, nuestros corazones orgullosos, no<br />

obstante, no nos <strong>de</strong>jarán comp<strong>la</strong>cernos a menos que hagamos tan bien como otros, cuyas habilida<strong>de</strong>s<br />

superan con mucho a <strong>la</strong>s nuestras.— Se da aliento a los judíos para que, sin embargo, sigan en <strong>la</strong><br />

obra. Tienen a Dios consigo, su Espíritu y su presencia especial. Aunque castiga transgresiones, su<br />

fi<strong>de</strong>lidad no fal<strong>la</strong>. El Espíritu aún permanecía entre ellos. Tendrán al Mesías entre ellos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

poco tiempo más: ―El que vendrá‖. —Las convulsiones y los cambios tendrán lugar en <strong>la</strong> iglesia<br />

judía y el estado judío, pero primero <strong>de</strong>be haber gran<strong>de</strong>s revoluciones y conmociones entre <strong>la</strong>s<br />

naciones. —Él vendrá como el Deseado <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s naciones; <strong>de</strong>seable para todas <strong>la</strong>s naciones,<br />

porque en Él será ben<strong>de</strong>cida toda <strong>la</strong> tierra con <strong>la</strong> mejor <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bendiciones; <strong>la</strong>rgamente esperado y<br />

<strong>de</strong>seado por todos los creyentes. La casa que estaban construyendo <strong>de</strong>berá llenarse <strong>de</strong> una gloria<br />

mucho mayor que <strong>la</strong> <strong>de</strong>l templo <strong>de</strong> Salomón. Esta casa será llena con gloria <strong>de</strong> otra naturaleza. Si<br />

tenemos p<strong>la</strong>ta y oro, <strong>de</strong>bemos servir y honrar a Dios con eso, pues le pertenece. Si no tenemos p<strong>la</strong>ta<br />

ni oro <strong>de</strong>bemos honrarlo con lo que tengamos, y Él nos aceptará. —Que se consuelen ellos con que<br />

<strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> esta casa será mucho mayor que <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> anterior, en lo que será más que todas <strong>la</strong>s glorias<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> primera casa, <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong>l Mesías, el Hijo <strong>de</strong> Dios, el Señor <strong>de</strong> gloria, personalmente, y en<br />

naturaleza humana. Nada sino <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios, en forma y naturaleza humana, podría<br />

cumplir esto. Jesús es el Cristo, Él es el que <strong>de</strong>be venir y no tenemos que esperar a nadie más. Esta<br />

so<strong>la</strong> profecía basta para acal<strong>la</strong>r a los judíos y con<strong>de</strong>nar su obstinado rechazo <strong>de</strong> Aquel <strong>de</strong> quien<br />

hab<strong>la</strong>ron todos los profetas. Si Dios está con nosotros, <strong>la</strong> paz está con nosotros. Pero los judíos <strong>de</strong>l<br />

último templo tuvieron muchos problemas; pero esta promesa se cumple en esa paz espiritual que<br />

Jesucristo ha adquirido por su sangre para todos los creyentes. Todos los cambios harán camino para<br />

que Cristo sea <strong>de</strong>seado y valorado por todas <strong>la</strong>s naciones. Y los judíos tendrán abiertos sus ojos para<br />

contemp<strong>la</strong>r cuán precioso es Él, al cual hasta ahora habían rechazado.<br />

Vv. 10—19. Muchos echaron a per<strong>de</strong>r esta buena obra yendo a el<strong>la</strong> con corazones y manos<br />

impías, y probablemente no sacaron ventaja <strong>de</strong> ello. El resumen <strong>de</strong> estas dos reg<strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley es que<br />

se apren<strong>de</strong> más fácilmente <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más el pecado que <strong>la</strong> santidad. La impureza <strong>de</strong> sus corazones y<br />

vidas hará inmunda a <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> sus manos y todas sus ofrendas ante Dios. El caso es el mismo<br />

nuestro. Cuando estamos empleados en alguna buena obra <strong>de</strong>bemos vigi<strong>la</strong>rnos, no sea que <strong>la</strong><br />

hagamos inmunda con nuestras corrupciones. —Cuando empezamos a tomar conciencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber<br />

para con Dios, po<strong>de</strong>mos esperar su bendición y el que es sabio, que entienda <strong>la</strong> paciencia <strong>de</strong>l Señor.<br />

Dios mal<strong>de</strong>cirá <strong>la</strong>s bendiciones <strong>de</strong>l impío y amargará <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong>l negligente; pero endulzará <strong>la</strong><br />

copa <strong>de</strong> aflicción para quienes le sirven diligentemente.

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