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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 9—12. Esa plenitud <strong>de</strong> don<strong>de</strong> profetas y apóstoles obtuvieron su provisión, aún existe como<br />

antes, y se nos dice que pidamos gran<strong>de</strong>s porciones <strong>de</strong> el<strong>la</strong>. La asistencia diligente a Elías,<br />

particu<strong>la</strong>rmente en sus últimas horas, sería el medio apropiado para que Eliseo obtuviese mucho <strong>de</strong><br />

su espíritu. Las conso<strong>la</strong>ciones <strong>de</strong> los santos que parten, y sus experiencias, ayudan a dar brillo a<br />

nuestro consuelo y a fortalecer nuestras resoluciones. —Elías es llevado al cielo en un carro <strong>de</strong><br />

fuego. Se pue<strong>de</strong> hacer muchas preguntas sobre esto, que no pue<strong>de</strong>n ser contestadas. Baste con lo que<br />

se nos dice, lo que su Señor lo encontró haciendo cuando vino. Él estaba comprometido en un serio<br />

discurso, exhortando e instruyendo a Eliseo sobre el reino <strong>de</strong> Dios entre los hombres. Nos<br />

equivocamos si pensamos que <strong>la</strong> preparación para el cielo se realiza so<strong>la</strong>mente por <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción<br />

y por actos <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción. —El carro y los caballos parecían como <strong>de</strong> fuego, algo muy glorioso, no<br />

por ar<strong>de</strong>r sino por su fulgor. Por <strong>la</strong> manera en que Elías y Enoc fueron sacados <strong>de</strong> este mundo, Dios<br />

nos <strong>de</strong>ja dar un vistazo a <strong>la</strong> vida eterna sacada a <strong>la</strong> luz por el evangelio, <strong>de</strong> <strong>la</strong> gloria reservada para<br />

los cuerpos <strong>de</strong> los santos, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> apertura <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong>l cielo a todos los creyentes. También fue una<br />

figura <strong>de</strong> <strong>la</strong> ascensión <strong>de</strong> Cristo. —Aunque Elías se fue <strong>de</strong> manera triunfal al cielo, este mundo mal<br />

se podía permitir <strong>de</strong>jarlo ir. Ciertamente están endurecidos los corazones <strong>de</strong> los que no se sienten<br />

l<strong>la</strong>mados por Dios a llorar y hacer duelo cuando Él se lleva a los hombres fieles y útiles. Elías fue<br />

para Israel, por sus consejos, reproches y oraciones, mejor que <strong>la</strong> fuerza más po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong> carro y<br />

caballo, y <strong>de</strong>tuvo los juicios <strong>de</strong> Dios. —Cristo legó a sus discípulos su precioso evangelio, como el<br />

manto <strong>de</strong> Elías; <strong>la</strong> prenda <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r divino ejercido para <strong>de</strong>rrumbar el imperio <strong>de</strong> Satanás, y<br />

establecer el reino <strong>de</strong> Dios en el mundo. El mismo evangelio permanece con nosotros aunque los<br />

po<strong>de</strong>res mi<strong>la</strong>grosos hayan sido retirados, y tiene fuerza divina para <strong>la</strong> conversión y salvación <strong>de</strong> los<br />

pecadores.<br />

Vv. 13—18. Elías <strong>de</strong>jó su manto a Eliseo como señal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l Espíritu sobre él; era más<br />

que si le hubiera <strong>de</strong>jado miles en oro y p<strong>la</strong>ta. Eliseo lo tomó, no como reliquia sagrada que se <strong>de</strong>be<br />

adorar, sino como ropaje significativo para usar. Ahora que Elías fue llevado al cielo, Eliseo<br />

pregunta: —1. Por Dios; cuando nuestra conso<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> criaturas ha sido quitada, tenemos un Dios<br />

al cual acudir, que vive por siempre. —2. Por el Dios que Elías servía, honraba y al que suplicaba.<br />

El Señor Dios <strong>de</strong> los santos profetas es el mismo ayer, hoy y por los siglos, pero ¿<strong>de</strong> qué nos servirá<br />

tener los mantos <strong>de</strong> aquellos que partieron, sus lugares, sus libros, si no tenemos el espíritu <strong>de</strong> ellos,<br />

el Dios <strong>de</strong> ellos? —Vea aquí a Eliseo dividiendo el río; el pueblo <strong>de</strong> Dios no tiene que temer el paso<br />

final por el Jordán <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte como por tierra seca. —Los hijos <strong>de</strong> los profetas realizaron una<br />

búsqueda innecesaria <strong>de</strong> Elías. Los hombres sabios pue<strong>de</strong>n ce<strong>de</strong>r, en aras <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz y <strong>la</strong> buena<br />

opinión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, a aquellos contra lo cual su juicio se opone, en forma tan innecesaria como<br />

infructuosa. Atravesar colinas y valles nunca nos conducirá a Elías, pero sí lo hará, en su <strong>de</strong>bido<br />

momento, seguir el ejemplo <strong>de</strong> su santa fe y su celo.<br />

Vv. 19—25. Obsérvese el mi<strong>la</strong>gro <strong>de</strong> sanar <strong>la</strong>s aguas. Los profetas <strong>de</strong>bieran mejorar para ellos<br />

todo lugar al cual llegan, proponiéndose endulzar los espíritus amargos y hacer fructíferas <strong>la</strong>s almas<br />

estériles, por <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios, que es como <strong>la</strong> sal echada al agua por Eliseo. Eso fue un emblema<br />

a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>l efecto producido por <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios en el corazón pecador <strong>de</strong>l hombre. A veces hay<br />

familias, pueblos y ciuda<strong>de</strong>s enteros que tienen un nuevo aspecto por <strong>la</strong> predicación <strong>de</strong>l evangelio; <strong>la</strong><br />

maldad y el mal han sido cambiados por fruto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> justicia, que son, por medio <strong>de</strong> Cristo,<br />

para a<strong>la</strong>banza y gloria <strong>de</strong> Dios. —He aquí una maldición sobre unos jóvenes <strong>de</strong> Betel, suficiente para<br />

<strong>de</strong>struirlos; no fue una maldición sin causa, pues ellos abusaron <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> Eliseo en cuanto<br />

profeta <strong>de</strong> Dios. Se bur<strong>la</strong>ron incitándole a ‗subir‘ reflejando el arrebatamiento <strong>de</strong> Elías al cielo. —El<br />

profeta actuó por impulso divino. Si el Espíritu Santo no hubiera dirigido <strong>la</strong> solemne maldición <strong>de</strong><br />

Eliseo, <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Dios no <strong>la</strong> hubiera seguido con un juicio. El Señor <strong>de</strong>be ser glorificado<br />

como Dios justo que odia el pecado y lo castigará. Los jóvenes teman <strong>de</strong>cir ma<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras, pues<br />

Dios nota lo que dicen. Que no se burlen <strong>de</strong> nadie por <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> mente o cuerpo; es para su

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