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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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sacarlos sanos y salvos <strong>de</strong>l horno ardiendo lo fue en el reino <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza. El temor al hombre y<br />

el amor al mundo, especialmente <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> fe, hacen que los hombres se rindan a <strong>la</strong> tentación,<br />

mientras una firme convicción <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad los librará <strong>de</strong> negar a Cristo o <strong>de</strong> avergonzarse <strong>de</strong> Él.<br />

Tenemos que ser mansos para respon<strong>de</strong>r, pero <strong>de</strong>bemos ser <strong>de</strong>cididos para obe<strong>de</strong>cer a Dios antes que<br />

al hombre.<br />

Vv. 19—27. Que Nabucodonosor caliente su horno tan fuerte como pueda, que unos pocos<br />

minutos terminarán el tormento <strong>de</strong> los que fueron arrojados <strong>de</strong>ntro, pero el fuego <strong>de</strong>l infierno tortura<br />

y no mata. Los que adoraron <strong>la</strong> bestia y su imagen, no tienen <strong>de</strong>scanso, pausa ni momento libre <strong>de</strong> su<br />

dolor, Apocalipsis xiv, 10, 11. —Esta gran promesa se cumplía ahora al pie <strong>de</strong> <strong>la</strong> letra, Isaías xliii, 2:<br />

Cuando pases por el fuego no te quemarás. Dejando el sacarlos a ese Dios que los preservó en el<br />

fuego, caminaban <strong>de</strong> aquí para allá en medio <strong>de</strong>l fuego, sostenidos y animados por <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong>l<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios. Los que sufren por Cristo tienen su presencia en sus sufrimientos aun en el horno<br />

ardiendo, y en el valle <strong>de</strong> sombra <strong>de</strong> muerte. —Nabucodonosor los reconoce como siervos <strong>de</strong>l Dios<br />

Altísimo; un Dios capaz <strong>de</strong> librarlos <strong>de</strong> su mano. Nuestro Dios es el único fuego consumidor,<br />

Hebreos xii, 29. Si tan sólo pudiéramos mirar en el mundo eterno, veríamos al creyente perseguido a<br />

salvo <strong>de</strong> <strong>la</strong> maldad <strong>de</strong> sus enemigos, mientras que éstos están expuestos a <strong>la</strong> ira <strong>de</strong> Dios y<br />

atormentados en el fuego que nunca se apaga.<br />

Vv. 28—30. Lo que Dios hizo por estos siervos ayudó a mantener a los judíos en su religión<br />

mientras estuvieron en el cautiverio, y a curarlos <strong>de</strong> <strong>la</strong> ido<strong>la</strong>tría. El mi<strong>la</strong>gro produjo convicción<br />

profunda en Nabucodonosor. Pero no hubo cambio permanente en su conducta. —El que preservó a<br />

estos judíos piadosos en el horno ardiendo es capaz <strong>de</strong> sostenernos en <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> <strong>la</strong> tentación y <strong>de</strong><br />

impedir que caigamos en pecado.<br />

CAPÍTULO IV<br />

Versículos 1—18. Nabucodonosor reconoce el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Jehová. 19—27. Daniel interpreta su<br />

sueño. 28—37. Su cumplimiento.<br />

Vv. 1—18. El comienzo y el final <strong>de</strong> este capítulo nos llevan a tener <strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> que<br />

Nabucodonosor fuera un monumento al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia divina, y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s riquezas <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

misericordia divina. Después <strong>de</strong> ser sanado <strong>de</strong> su locura, difundió ampliamente, y escribió para <strong>la</strong>s<br />

eda<strong>de</strong>s futuras, cómo Dios lo había justamente humil<strong>la</strong>do y lo había restaurado por gracia. Cuando el<br />

pecador vuelve en sí, buscará el bienestar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más dando a conocer <strong>la</strong> prodigiosa misericordia<br />

<strong>de</strong> Dios. —Antes <strong>de</strong> re<strong>la</strong>tar los juicios divinos contra él por su orgullo, Nabucodonosor habló <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

advertencias que tuvo en un sueño o visión. Se le explicó el significado. La persona representada iba<br />

a ser <strong>de</strong>spojada <strong>de</strong> toda honra y privada <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> razón por siete años. Ciertamente este es el más<br />

doloroso <strong>de</strong> todos los juicios temporales. Cualquiera sea <strong>la</strong> aflicción externa que p<strong>la</strong>zca a Dios<br />

ponernos, tenemos razón para soportar<strong>la</strong> pacientemente y estar agra<strong>de</strong>cidos que permita el uso sano<br />

<strong>de</strong> nuestra razón y ponga paz en nuestra conciencia. Pero si el Señor consi<strong>de</strong>ra a<strong>de</strong>cuado impedir por<br />

tales medios que un pecador cometa múltiples <strong>de</strong>litos, o que un creyente <strong>de</strong>shonre su nombre, aun <strong>la</strong><br />

prevención más espantosa sería preferible a <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> conducta. —Dios lo ha <strong>de</strong>terminado, como Juez<br />

justo, y los ángeles en el cielo ap<strong>la</strong>u<strong>de</strong>n. No se trata <strong>de</strong> que el gran Dios necesite el consejo o<br />

concurrencia <strong>de</strong> los ángeles, sino que <strong>de</strong>nota <strong>la</strong> solemnidad <strong>de</strong> esta sentencia. La <strong>de</strong>manda es por <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> los santos, el pueblo sufriente <strong>de</strong> Dios: cuando el oprimido c<strong>la</strong>ma a Dios, Él oirá.<br />

Busquemos con diligencia <strong>la</strong>s bendiciones que nunca nos pue<strong>de</strong>n ser quitadas y, guardémonos<br />

especialmente <strong>de</strong>l orgullo y <strong>de</strong> olvidar a Dios.

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