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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 10—17. Daniel estaba olvidado en <strong>la</strong> corte; vivía en forma privada y ya tenía noventa años<br />

<strong>de</strong> edad. Muchos consultan a los siervos <strong>de</strong> Dios por cosas curiosas o para que expliquen temas<br />

difíciles, pero sin preguntar por el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> salvación o <strong>la</strong> senda <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber. —Daniel rechazó <strong>la</strong><br />

oferta <strong>de</strong> recompensa. Habló a Belsasar como a un criminal con<strong>de</strong>nado. Debemos <strong>de</strong>spreciar todos<br />

los regalos y recompensas que pue<strong>de</strong> dar este mundo, viendo, como po<strong>de</strong>mos ver por fe, que su fin<br />

se apresura; pero cump<strong>la</strong>mos nuestro <strong>de</strong>ber en el mundo, y hagamos todo el servicio real que<br />

podamos.<br />

Vv. 18—31. Daniel lee <strong>la</strong> con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> Belsasar. No había tomado como advertencia los juicios <strong>de</strong><br />

Nabucodonosor. Había insultado a Dios. Los pecadores se comp<strong>la</strong>cen con dioses que no ven ni oyen<br />

ni saben, pero serán juzgados por aquel ante cuyos ojos todas <strong>la</strong>s cosas están abiertas. —Daniel lee<br />

<strong>la</strong> sentencia escrita en <strong>la</strong> pared. Todo esto pue<strong>de</strong> aplicarse bien al sino <strong>de</strong> todo pecador. Al morir<br />

están contados y terminados los días <strong>de</strong>l pecador; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte está el juicio, cuando será<br />

pesado en ba<strong>la</strong>nza y hal<strong>la</strong>do falto; y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l juicio, el pecador será cortado y partido, y dado<br />

como presa al diablo y sus ángeles. —Mientras estas cosas ocurrían en pa<strong>la</strong>cio, el ejército <strong>de</strong> Ciro<br />

estaba entrando en <strong>la</strong> ciudad; y cuando Belsasar fue muerto, siguió un sometimiento general. Pronto<br />

cada pecador impenitente encontrará que <strong>la</strong> escritura <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios, le está siendo aplicada,<br />

sea que lo pesen en <strong>la</strong> ba<strong>la</strong>nza <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley como fariseo con justicia propia o en <strong>la</strong> <strong>de</strong>l evangelio como<br />

hipócrita b<strong>la</strong>nqueado.<br />

CAPÍTULO VI<br />

Versículos 1—5. La maldad <strong>de</strong> los enemigos <strong>de</strong> Daniel. 6—10. Su constancia para orar. 11—17. Él<br />

es echado al foso <strong>de</strong> los leones. 18—24. Su mi<strong>la</strong>grosa preservación. 25—28. El <strong>de</strong>creto <strong>de</strong><br />

Darío.<br />

Vv. 1—5. Para <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> Dios nos damos cuenta <strong>de</strong> que, aunque Daniel estaba ya muy viejo,<br />

todavía era capaz <strong>de</strong> trabajar y que había seguido fiel a su religión. Para <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> Dios es que los<br />

que profesan <strong>la</strong> fe, se comporten en forma tal que sus enemigos más vigi<strong>la</strong>ntes no puedan hal<strong>la</strong>r<br />

ocasión <strong>de</strong> culparlos, excepto en materia <strong>de</strong> su Dios, en lo cual andan conforme a sus conciencias.<br />

Vv. 6—10. Prohibir orar por tanto tiempo, treinta días, es robar a Dios todo el tributo que recibe<br />

<strong>de</strong>l hombre y roba al hombre <strong>de</strong> todo el consuelo que tiene en Dios. ¿No se dirige a Dios el corazón<br />

<strong>de</strong> todo hombre cuando, en necesidad o en angustia, c<strong>la</strong>ma a Dios? No po<strong>de</strong>mos vivir un día sin<br />

Dios; ¿y pue<strong>de</strong>n vivir treinta días sin orar los hombres? Pero es <strong>de</strong> temerse que quienes, sin ningún<br />

<strong>de</strong>creto que lo prohíba, no presentan peticiones serias <strong>de</strong> todo corazón a Dios por más <strong>de</strong> treinta días<br />

en conjunto, sean más numerosos que los que continuamente sirven a Dios con corazones humil<strong>de</strong>s y<br />

agra<strong>de</strong>cidos. —Las leyes perseguidoras siempre se hacen con pretextos falsos, pero no correspon<strong>de</strong> a<br />

los cristianos quejarse amargamente o caer en los improperios. Bueno es tener horas para orar.<br />

Daniel oraba abierta y reconocidamente, y aunque era hombre <strong>de</strong> muchas ocupaciones, no pensaba<br />

que eso le excusaba <strong>de</strong> los ejercicios diarios <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción. ¡Cuán inexcusables son los que tienen<br />

poco que hacer en el mundo, pero no harán ni siquiera eso por sus almas! En momentos <strong>de</strong> prueba<br />

<strong>de</strong>bemos tener cuidado, no sea que bajo el pretexto <strong>de</strong> discreción, seamos culpables <strong>de</strong> cobardía en <strong>la</strong><br />

causa <strong>de</strong> Dios. Todos los que <strong>de</strong>sechan sus almas, como lo hacen ciertamente los que viven sin orar,<br />

aunque aseguren su vida, al final serán hal<strong>la</strong>dos necios. Daniel no sólo oraba, sino sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> <strong>la</strong>do<br />

<strong>la</strong>s acciones <strong>de</strong> gracias, para acortar el servicio y reducir el tiempo <strong>de</strong> peligro, cumplía todo. En una<br />

pa<strong>la</strong>bra, el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración se fundamenta en <strong>la</strong> suficiencia <strong>de</strong> Dios como Todopo<strong>de</strong>roso Creador

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