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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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y abusadores profanos perturban <strong>la</strong> paz. V. 11. Dios es el Amigo <strong>de</strong>l hombre en cuyo espíritu no hay<br />

culpa; este honor tienen todos los santos. V. 12. Dios vuelve los consejos y <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> los hombres<br />

traicioneros para su propia confusión. V. 13. El hombre perezoso hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> un león afuera, pero no<br />

consi<strong>de</strong>ra que su peligro real viene <strong>de</strong>l diablo, ese león rugiente a<strong>de</strong>ntro, y <strong>de</strong> su propia pereza, que<br />

lo mata. V. 14. El vil pecado <strong>de</strong>l libertinaje corrientemente entorpece irremediablemente <strong>la</strong> mente.<br />

V. 15. El pecado es necedad, está en el corazón, hay una inclinación interior a pecar; los niños <strong>la</strong><br />

traen al mundo con ellos; y se fija muy cerca <strong>de</strong>l alma. Todos necesitamos que nos corrija nuesto<br />

Padre celestial. V. 16. Sólo somos mayordomos y <strong>de</strong>bemos administrar lo que Dios confía a nuestro<br />

cuidado, conforme a su voluntad. Vv. 17—21. A estas pa<strong>la</strong>bras, a este conocimiento, <strong>de</strong>be inclinarse<br />

el oído y el corazón, aplicado por fe y amor. Vivir una vida <strong>de</strong> gozo en Dios y <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Él,<br />

es el fundamento <strong>de</strong> toda religión práctica. El camino para conocer <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> verdad<br />

es tomar conciencia <strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>ber. Vv. 22, 23. El que roba y oprime al pobre lo hace a su propio<br />

riesgo. Y si los hombres no comparecen por sí, Dios lo hará. Vv. 24, 25. Nuestros corazones<br />

corruptos tienen tanta yesca en ellos que es peligroso meterse con los que andan arrojando <strong>la</strong>s<br />

chispas <strong>de</strong> su pasión. Vv. 26, 27. Todo hombre <strong>de</strong>biera ser justo consigo mismo y su familia; no son<br />

así los que, por necedad u otra negligencia, <strong>de</strong>spilfarran lo que tienen. V. 28. Se nos enseña a no<br />

transgredir el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> otro hombre. Cuesta encontrar un hombre verda<strong>de</strong>ramente industrioso. Tal<br />

hombre se levantará. ¿Ves a un hombre diligente en <strong>la</strong> religión? Probablemente se <strong>de</strong>staque.<br />

Entonces, seamos diligentes en <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> Dios.<br />

CAPÍTULO XXIII<br />

Vv. 1—3. Las restricciones que Dios pone al apetito sólo dicen: No te hagas daño. Vv. 4, 5. No seas<br />

<strong>de</strong> los que serán ricos. Las cosas <strong>de</strong> este mundo no son felicidad ni porción para el alma; quienes <strong>la</strong>s<br />

aferran tan apretadamente, no pue<strong>de</strong>n retener<strong>la</strong>s para siempre, no pue<strong>de</strong>n aferrarse a el<strong>la</strong>s por mucho<br />

tiempo. Vv. 6—8. No te hagas una carga para nadie, especialmente para los que no son sinceros.<br />

Cuando somos l<strong>la</strong>mados por Dios a su fiesta, y a <strong>de</strong>jar que nuestras almas se <strong>de</strong>leiten, Isaías xxv, 6;<br />

lv, 2, po<strong>de</strong>mos participar en forma segura <strong>de</strong>l Pan <strong>de</strong> vida. V. 9. Deber nuestro es aprovechar todas<br />

<strong>la</strong>s ocasiones para hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas divinas, pero si lo que un hombre sabio dice no es oído, que él<br />

conserve su paz. Vv. 10, 11. Los huérfanos son tomados bajo <strong>la</strong> protección especial <strong>de</strong> Dios. Él es el<br />

Re<strong>de</strong>ntor <strong>de</strong> ellos que tomará el partido <strong>de</strong> ellos; y Él es po<strong>de</strong>roso, todopo<strong>de</strong>roso.<br />

Vv. 12—16. He aquí un padre que instruye a su hijo para que entregue su mente a <strong>la</strong>s Escrituras.<br />

He aquí un padre que corrige a su hijo: acompañado <strong>de</strong> oración y ben<strong>de</strong>cido por Dios, pue<strong>de</strong> resultar<br />

un medio <strong>de</strong> evitar su <strong>de</strong>strucción. He aquí un padre que exhorta a su hijo, diciéndole lo que será<br />

para su propio bien. ¡Y qué consuelo será si <strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte él respon<strong>de</strong> a su expectativa! Vv. 17,<br />

18. La expectativa <strong>de</strong>l creyente no será <strong>de</strong>silusionada; el final <strong>de</strong> sus pruebas y <strong>de</strong> <strong>la</strong> prosperidad <strong>de</strong>l<br />

pecador está a <strong>la</strong> mano.<br />

Vv. 19—28. El gracioso Salvador que adquirió perdón y paz para su pueblo, con todo el afecto<br />

<strong>de</strong> un padre tierno, nos aconseja oír y ser sabios, y está dispuesto a guiar nuestros corazones en su<br />

camino. Aquí tenemos un l<strong>la</strong>mado fervoroso a los jóvenes para aten<strong>de</strong>r el consejo <strong>de</strong> sus santos<br />

padres. Si el corazón es guiado, los pasos serán guiados. Compra <strong>la</strong> verdad y no <strong>la</strong> vendas; prepárate<br />

a <strong>de</strong>jar cualquier cosa por el<strong>la</strong>. No <strong>la</strong> <strong>de</strong>jes por p<strong>la</strong>ceres, honores, riquezas o ninguna cosa <strong>de</strong> este<br />

mundo. El corazón es lo que requiere el gran Dios. No <strong>de</strong>bemos pensar en dividir el corazón entre<br />

Dios y el mundo; Él tendrá todo o nada. —Mira <strong>la</strong> reg<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios, <strong>la</strong> conducta <strong>de</strong> su<br />

provi<strong>de</strong>ncia, y los buenos ejemplos <strong>de</strong> su pueblo. —Se dan precauciones especiales contra los<br />

pecados más <strong>de</strong>structores <strong>de</strong> <strong>la</strong> sabiduría y gracia <strong>de</strong>l alma. Realmente es una vergüenza hacer un

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