14.05.2013 Views

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

Comentario de la Biblia Matthew Henry

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

para su amo, no fue a lugares <strong>de</strong> diversión y p<strong>la</strong>cer pecaminoso orando para encontrar a una allí, sino<br />

que fue al pozo <strong>de</strong> agua, esperando encontrar allí a una que estuviera ocupada. Oró que agradara a<br />

Dios hacer c<strong>la</strong>ro y l<strong>la</strong>no su camino ante él en este asunto. Nuestros tiempos están en <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong><br />

Dios; no sólo los sucesos mismos sino sus tiempos. Debemos cuidarnos <strong>de</strong> no ser audaces en exceso<br />

insistiendo en lo que Dios <strong>de</strong>be hacer, no sea que los hechos <strong>de</strong>biliten nuestra fe en lugar <strong>de</strong><br />

fortalecer<strong>la</strong>. Pero Dios lo escuchó y le al<strong>la</strong>nó el camino. En todos los aspectos Rebeca respondía a<br />

<strong>la</strong>s características que él buscaba en <strong>la</strong> mujer que iba a ser <strong>la</strong> esposa <strong>de</strong> su amo. Cuando llegó al<br />

pozo, el<strong>la</strong> se agachó, llenó su jarro y se en<strong>de</strong>rezó para irse a casa. No se <strong>de</strong>tuvo a mirar al forastero y<br />

sus camellos sino que se ocupó <strong>de</strong> sus asuntos y no hubiera sido apartada <strong>de</strong> ellos sino por una<br />

oportunidad <strong>de</strong> hacer el bien. No se puso a conversar con él por curiosidad o confiada, sino que le<br />

respondió con mo<strong>de</strong>stia. Satisfecho <strong>de</strong> que el Señor había oído su oración, regaló a <strong>la</strong> doncel<strong>la</strong> unos<br />

adornos <strong>de</strong> los que se usan en los países orientales; al mismo tiempo que le preguntaba sobre su<br />

familia. Al saber que era pariente <strong>de</strong> su amo, inclinó <strong>la</strong> cabeza y adoró, bendiciendo a Dios. Sus<br />

pa<strong>la</strong>bras fueron dirigidas al Señor pero dichas al alcance <strong>de</strong>l oído <strong>de</strong> Rebeca, que pudo darse cuenta<br />

quién era él y <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venía.<br />

Vv. 29—53. La concertación <strong>de</strong>l matrimonio <strong>de</strong> Isaac y Rebeca se narra con mucho <strong>de</strong>talle.<br />

Tenemos que notar <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Dios en los hechos corrientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida humana y, en ellos,<br />

ejercer pru<strong>de</strong>ncia y otras gracias. —Labán fue a pedirle al siervo <strong>de</strong> Abraham que entrara pero no<br />

antes <strong>de</strong> ver el aro y el brazalete en manos <strong>de</strong> su hermana. Conocemos el carácter <strong>de</strong> Labán por su<br />

conducta posterior y po<strong>de</strong>mos pensar que él no hubiera estado tan libre para hospedarlo si no hubiera<br />

esperado ser bien recompensado. —El siervo estaba <strong>de</strong>dicado a su tarea. Aunque terminaba un viaje<br />

y había llegado a <strong>la</strong> casa que buscaba, no comería sino hasta cumplir su diligencia. Hacer nuestro<br />

trabajo y cumplir nuestros cometidos, sean para Dios o el hombre, <strong>de</strong>be ser preferido por nosotros<br />

antes que <strong>la</strong> comida; era <strong>la</strong> comida y bebida <strong>de</strong> nuestro Salvador, Juan iv, 34. Les cuenta el encargo<br />

que su amo le dio, con <strong>la</strong> razón <strong>de</strong> ellos. Re<strong>la</strong>ta lo pasado en el pozo, para apoyar <strong>la</strong> proposición,<br />

mostrando sencil<strong>la</strong>mente el <strong>de</strong>do <strong>de</strong> Dios en ello. Los sucesos que nos parecen efecto <strong>de</strong> una<br />

elección, <strong>de</strong> p<strong>la</strong>nes o <strong>de</strong>l azar, son <strong>de</strong>terminados por Dios. Esto no impi<strong>de</strong>, más bien estimu<strong>la</strong>, el uso<br />

<strong>de</strong> todos los medios apropiados. Ellos aceptan libre y alegremente <strong>la</strong> proposición; cuando proce<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l Señor, todo asunto probablemente resultará fácil. El siervo <strong>de</strong> Abraham reconoce agra<strong>de</strong>cido el<br />

buen éxito que ha hal<strong>la</strong>do. Él era un hombre humil<strong>de</strong> y los hombres humil<strong>de</strong>s no se avergüenzan <strong>de</strong><br />

su situación en <strong>la</strong> vida, cualquiera sea. Todas nuestras preocupaciones temporales son dulces si se<br />

mezc<strong>la</strong>n con <strong>la</strong> piedad.<br />

Vv. 54—67. El siervo <strong>de</strong> Abraham, como quien opta por su trabajo antes que por su p<strong>la</strong>cer,<br />

estaba presuroso por llegar a casa. Demorarse y quedarse no son propios en absoluto <strong>de</strong> un hombre<br />

sabio y bueno que es fiel a su <strong>de</strong>ber. —Como los hijos no <strong>de</strong>ben casarse sin el consentimiento <strong>de</strong> sus<br />

padres, así los padres no <strong>de</strong>ben casarlos sin el <strong>de</strong> ellos. Rebeca consintió, no sólo en ir sino en irse <strong>de</strong><br />

inmediato. La bondad <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> Rebeca muestra que nada incorrecto había en su respuesta<br />

aunque no concuer<strong>de</strong> con nuestras costumbres mo<strong>de</strong>rnas. Po<strong>de</strong>mos esperar que el<strong>la</strong> tuviera una i<strong>de</strong>a<br />

tal <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión y piedad <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia a <strong>la</strong> que iba, que se sintió dispuesta a olvidar a su propia<br />

gente y <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> su padre. Sus amigas <strong>la</strong> <strong>de</strong>spidieron con atenciones apropiadas y con cordiales<br />

buenos <strong>de</strong>seos. El<strong>la</strong>s bendijeron a Rebeca. Cuando nuestras re<strong>la</strong>ciones entran en una situación nueva,<br />

<strong>de</strong>bemos encomendar<strong>la</strong>s por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración a <strong>la</strong> bendición y gracia <strong>de</strong> Dios. —Isaac estaba bien<br />

ocupado cuando se encontró con Rebeca. Salió a aprovechar una tar<strong>de</strong> tranqui<strong>la</strong> en un lugar solitario<br />

para meditar y orar, esos ejercicios divinos por los cuales conversamos con Dios y con nuestros<br />

propios corazones. Las almas santas aman el retiro; nos hará bien estar a so<strong>la</strong>s con frecuencia si<br />

usamos eso en forma correcta; y nunca estamos menos solos que cuando estamos a so<strong>la</strong>s. —Observe<br />

qué hijo tan afectuoso era Isaac: casi tres años habían pasado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que murió su madre y, sin<br />

embargo, él aún no se había conso<strong>la</strong>do. Vea también qué marido cariñoso fue con su esposa. Los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!