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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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dio un nuevo nombre a ese lugar, para aliento <strong>de</strong> todos los creyentes, hasta el fin <strong>de</strong>l mundo, para<br />

que alegremente confíen en Dios y le obe<strong>de</strong>zcan. Jehová-yireh, Jehová proveerá, aludiendo<br />

probablemente a lo que había dicho Abraham: Dios se proveerá un cor<strong>de</strong>ro. El Señor siempre tendrá<br />

su ojo sobre su pueblo, en sus angustias e inquietu<strong>de</strong>s, para darle ayuda oportuna.<br />

Vv. 15—19. Hay elevadas afirmaciones <strong>de</strong>l favor <strong>de</strong> Dios para con Abraham en esta<br />

confirmación <strong>de</strong>l pacto con él, que exce<strong>de</strong>n todo aquello con que él había sido ya ben<strong>de</strong>cido.<br />

Quienes están dispuestos a separarse <strong>de</strong> cualquier cosa por Dios, se verán recompensados con<br />

in<strong>de</strong>cible ventaja. La promesa, versículo 18, apunta sin duda al Mesías y <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong>l evangelio. Por<br />

esto, conocemos <strong>la</strong> amorosa bondad <strong>de</strong> Dios nuestro Salvador para con el hombre pecador, en que Él<br />

no escatimó a su Hijo, su Hijo unigénito, y lo dio por nosotros. En esto notamos el amor <strong>de</strong> Cristo,<br />

en que se dio como sacrificio por nuestros pecados. Sin embargo, Él vive y l<strong>la</strong>ma a los pecadores<br />

que vayan a Él y participen <strong>de</strong> su salvación comprada con sangre. Él l<strong>la</strong>ma a su pueblo redimido a<br />

regocijarse en Él y a glorificarle. Entonces, ¿qué le daremos por todos sus beneficios? Que su amor<br />

nos constriña a vivir, no para nosotros mismos, sino para Aquel que murió por nosotros y resucitó.<br />

admirando y adorando Su gracia, consagremos nuestro todo al servicio <strong>de</strong> Aquel que dio su vida por<br />

nuestra salvación. —Todo lo más querido en esta tierra es nuestro Isaac. La única manera que<br />

tenemos <strong>de</strong> hal<strong>la</strong>r consuelo en algo terrenal es ponerlo por fe en <strong>la</strong>s manos <strong>de</strong> Dios. Pero recor<strong>de</strong>mos<br />

que Abraham no fue justificado por su prontitud para obe<strong>de</strong>cer sino por <strong>la</strong> obediencia infinitamente<br />

más noble <strong>de</strong> Jesucristo; su fe al recibir esto, al confiar en esto, al regocijarse en esto, le dio <strong>la</strong><br />

disposición y le hizo capaz <strong>de</strong> tan admirable abnegación y <strong>de</strong>ber.<br />

Vv. 20—24. Este capítulo termina con un re<strong>la</strong>to <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia <strong>de</strong> Nacor que se había establecido<br />

en Harán. Parece haberse incluido por <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que tenía con <strong>la</strong> iglesia <strong>de</strong> Dios. De allá tomaron<br />

esposas Isaac y Jacob; y antes <strong>de</strong> esta lista se registra el re<strong>la</strong>to <strong>de</strong> estos sucesos. Muestra que aunque<br />

Abraham vio a su propia familia sumamente honrada con privilegios, admitida en el pacto y<br />

ben<strong>de</strong>cida con <strong>la</strong> seguridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> promesa, él no miró con <strong>de</strong>sdén a sus parientes sino que se alegró<br />

<strong>de</strong> oír <strong>de</strong> <strong>la</strong> prosperidad y bienestar <strong>de</strong> sus familias.<br />

CAPÍTULO XXIII<br />

Versículos 1—13. La muerte <strong>de</strong> Sara—Abraham solicita un lugar para sepultura. 14—20. El<br />

sepulcro <strong>de</strong> Sara.<br />

Vv. 1—13. La vida más prolongada <strong>de</strong>be pronto llegar a su fin. Bendito sea Dios <strong>de</strong> que hay un<br />

mundo don<strong>de</strong> el pecado, <strong>la</strong> muerte, <strong>la</strong> vanidad y <strong>la</strong> vejación no pue<strong>de</strong>n entrar. Bendito sea su nombre<br />

<strong>de</strong> que ni siquiera <strong>la</strong> muerte pue<strong>de</strong> separar a los creyentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> unión con Cristo. Aquellos a quienes<br />

más amamos, sí, hasta nuestros cuerpos, que cuidamos tanto, <strong>de</strong>ben pronto volverse asquerosos<br />

montones <strong>de</strong> polvo y ser enterrados fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> vista. Entonces, ¡cuán sueltos estaremos <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s<br />

ataduras y adornos terrenales! Procuremos más bien que nuestras almas estén adornadas con gracias<br />

celestiales. —Abraham rindió honor y respeto a los príncipes <strong>de</strong> Het, aunque eran impíos cananeos.<br />

La religión <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Biblia</strong> nos insta a respetar <strong>de</strong>bidamente a todos los que están en autoridad, sin<br />

ha<strong>la</strong>gar sus personas ni alentar sus <strong>de</strong>litos si son persona indignas. La noble generosidad <strong>de</strong> estos<br />

cananeos avergüenza y con<strong>de</strong>na el carácter cerrado, egoísta y áspero <strong>de</strong> muchos que se califican <strong>de</strong><br />

israelitas. No fue por orgullo que Abraham rechazó <strong>la</strong> dádiva porque <strong>de</strong>testara estar obligado a<br />

Efrón, sino por justicia y pru<strong>de</strong>ncia. Abraham podía pagar el terreno y, por tanto, no quiso<br />

aprovecharse <strong>de</strong> <strong>la</strong> generosidad <strong>de</strong> Efrón. La honestidad, así como el honor nos prohíben<br />

aprovecharnos <strong>de</strong> <strong>la</strong> generosidad <strong>de</strong> nuestro prójimo e imponernos sobre los que dan libremente.

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