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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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todos los holocaustos y sacrificios. El corazón quebrantado es aceptado por Dios sólo por medio <strong>de</strong><br />

Jesucristo; no hay verda<strong>de</strong>ro arrepentimiento sin fe en Él. Los hombres <strong>de</strong>sprecian lo que está<br />

quebrantado, pero Dios no. Él no lo pasará por alto, no lo rehusará ni lo rechazará; aunque no haga<br />

satisfacción para Dios por el mal que se le hizo por el pecado. —Quienes han estado en problemas<br />

espirituales saben compa<strong>de</strong>cerse y orar por el prójimo así afligido. David tenía miedo que su pecado<br />

ocasionara juicios contra <strong>la</strong> ciudad y al reino. Ningún temor o problema personal <strong>de</strong> conciencia<br />

pue<strong>de</strong> hacer que el alma, habiendo recibido <strong>la</strong> gracia, sea indiferente a los intereses <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia <strong>de</strong><br />

Dios. Que esto sea el gozo continuo <strong>de</strong> todos los redimidos, que ellos tengan re<strong>de</strong>nción por <strong>la</strong> sangre<br />

<strong>de</strong> Cristo, el perdón <strong>de</strong> pecados por <strong>la</strong>s riquezas <strong>de</strong> su gracia.<br />

SALMO LII<br />

Versículos 1—5. Descripción <strong>de</strong> los enemigos <strong>de</strong> <strong>la</strong> verdad y <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia.—Su <strong>de</strong>strucción. 6—9.<br />

El justo se regocija.<br />

Versículos 1—5. Quienes se glorían en el pecado, se glorían en su vergüenza. Los pecadores abusan<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> paciencia y <strong>la</strong> tolerancia <strong>de</strong> Dios, para endurecimiento <strong>de</strong> sus corazones en sus malos caminos.<br />

Pero los enemigos se jactan en vano en su maldad, mientras nosotros tenemos <strong>la</strong> misericordia <strong>de</strong><br />

Dios para confiar. —El <strong>de</strong>cir que había algo <strong>de</strong> verdad en lo que dijimos no nos salvará <strong>de</strong> <strong>la</strong> culpa<br />

<strong>de</strong> mentir, si lo hacemos parecer algo distinto <strong>de</strong> lo que fue. Mientras más ma<strong>la</strong> intención y engañosa<br />

imaginación haya en alguna maldad, más <strong>de</strong> Satanás hay en el<strong>la</strong>. —Cuando mueren los hombres<br />

buenos, son tras<strong>la</strong>dados <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> los vivos en <strong>la</strong> tierra al cielo, el jardín <strong>de</strong>l Señor, don<strong>de</strong><br />

echarán raíces por siempre; pero, cuando mueren los malos, son <strong>de</strong>sarraigados para que perezcan por<br />

siempre. El creyente ve que Dios <strong>de</strong>struirá a los que no tienen en Él su fortaleza.<br />

Vv. 6—9. Se engañan miserablemente los que piensan apoyarse en el po<strong>de</strong>r y <strong>la</strong> riqueza, sin<br />

Dios. El hombre malo confía en <strong>la</strong> abundancia <strong>de</strong> sus riquezas; piensa que su maldad le ayudará a<br />

conservar su riqueza. Bueno o malo, obtendría lo que pudiera y lo conservaría, y arruinaría a<br />

cualquiera que se le interpusiera en su camino; él piensa que esto le va a fortalecer; pero, ¡véase a lo<br />

que llega! —Los que por fe y amor habitan en <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> Dios, serán como olivos ver<strong>de</strong>s. Para ser<br />

como olivos ver<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>bemos llevar una vida <strong>de</strong> fe y santa confianza en Dios y su gracia. Aporta<br />

mucho a <strong>la</strong> belleza <strong>de</strong> nuestra profesión <strong>de</strong> fe y a <strong>la</strong> fructificación <strong>de</strong> toda gracia, que estemos<br />

a<strong>la</strong>bando a Dios; y que nunca nos falte materia para a<strong>la</strong>barle. Solo su nombre pue<strong>de</strong> ser nuestro<br />

refugio y nuestra torre fuerte. —Es muy bueno que esperemos en su nombre salvador; para calmar y<br />

acal<strong>la</strong>r nuestro espíritu cuando está perturbado, y para mantenernos en el camino <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber, cuando<br />

somos tentados a usar cualquier recurso torcido para nuestro alivio, nada es mejor que tener<br />

esperanza y esperar cal<strong>la</strong>damente <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong>l Señor. Quien haya seguido su dirección, terminará<br />

bien.<br />

SALMO LIII<br />

La corrupción <strong>de</strong>l hombre por naturaleza.<br />

Este salmo es casi igual que el Salmo 14. Su alcance es con<strong>de</strong>narnos por nuestros pecados. Dios<br />

muestra aquí, por el salmista, cuán malos somos y prueba esto por su cierto conocimiento. Anuncia

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