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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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habita el hombre está en el polvo y se hundirá bajo su propio peso. Nos paramos sobre polvo, nada<br />

más. Algunos tienen un montón más alto <strong>de</strong> polvo sobre el cual pararse y sobrepasan a los <strong>de</strong>más,<br />

pero sigue siendo tierra lo que nos sostiene y, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> poco, nos tragará. El hombre es<br />

prontamente ap<strong>la</strong>stado; no pue<strong>de</strong> resistir si alguna dolencia persistente, que consume como polil<strong>la</strong>,<br />

viene a <strong>de</strong>struirle. ¿Esta c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> criatura preten<strong>de</strong> culpar a Dios por sus <strong>de</strong>signios? —Mirad al<br />

hombre en su muerte. La vida es corta y en poco tiempo los hombres son cortados. Belleza, fuerza,<br />

sabiduría, no sólo no pue<strong>de</strong>n librarle <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte; estas cosas mueren con él; tampoco <strong>la</strong> pompa, <strong>la</strong><br />

riqueza o el po<strong>de</strong>r continúan <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ellos. ¿Una criatura moribunda, pecadora y débil preten<strong>de</strong>rá<br />

ser más justa que Dios, y más pura que su Hacedor? No: en lugar <strong>de</strong> disputar con sus aflicciones, que<br />

se maraville <strong>de</strong> no estar en el infierno. ¿Pue<strong>de</strong> un hombre ser limpio sin su Hacedor? ¿Justificará<br />

Dios a los mortales pecadores y los limpiará <strong>de</strong> culpa? o ¿lo hará sin que ellos tengan un interés en <strong>la</strong><br />

justicia y <strong>la</strong> bondadosa ayuda <strong>de</strong> su prometido Re<strong>de</strong>ntor, cuando los ángeles, que fueran espíritus<br />

ministradores ante su trono, recibieron <strong>la</strong> justa recompensa <strong>de</strong> sus pecados? A pesar <strong>de</strong> <strong>la</strong> aparente<br />

impunidad <strong>de</strong> los hombres por corto tiempo, aunque vivan sin Dios en el mundo, su con<strong>de</strong>na es tan<br />

certera como <strong>la</strong> <strong>de</strong> los ángeles caídos, y está alcanzándolos continuamente. Sin embargo, los<br />

pecadores negligentes lo notan tan poco que no esperan el cambio, ni son sabios para consi<strong>de</strong>rar su<br />

fin último.<br />

CAPÍTULO V<br />

Versículos 1—5. Elifaz insiste en que el pecado <strong>de</strong> los pecadores es <strong>la</strong> ruina <strong>de</strong> ellos. 6—16. Dios<br />

tiene que ser consi<strong>de</strong>rado en <strong>la</strong> aflicción. 17—27. El final feliz <strong>de</strong> <strong>la</strong> corrección que hace Dios.<br />

Vv. 1—5. Aquí Elifaz insta a Job a contestar sus argumentos. ¿Fue visitado alguno <strong>de</strong> los santos o<br />

siervos <strong>de</strong> Dios con juicios divinos como los <strong>de</strong> Job? ¿Se comportó alguno <strong>de</strong> ellos como él cuando<br />

se vieron sometidos a tales sufrimientos? —La pa<strong>la</strong>bra ‗santos‘, o más estrictamente los<br />

consagrados, parece haberse aplicado al pueblo <strong>de</strong> Dios en todas <strong>la</strong>s épocas por medio <strong>de</strong>l Sacrificio<br />

inmo<strong>la</strong>do en el pacto <strong>de</strong> su reconciliación. —Elifaz no duda que el pecado <strong>de</strong> los pecadores tien<strong>de</strong><br />

directamente a su ruina. Ellos se matan por una u otra lujuria; por tanto, sin duda Job ha hecho algo<br />

necio que lo ha llevado a ese estado. La alusión c<strong>la</strong>ramente es al estado anterior <strong>de</strong> prosperidad <strong>de</strong><br />

Job; sin embargo, no hay evi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> <strong>la</strong> maldad <strong>de</strong> Job y aplicarle eso era injusto y cruel.<br />

Vv. 6—16. Elifaz le recuerda a Job que ninguna aflicción acontece por azar, ni <strong>de</strong>be atribuirse a<br />

causas secundarias. La diferencia entre <strong>la</strong> prosperidad y <strong>la</strong> adversidad no se da tan exactamente<br />

como <strong>la</strong> <strong>de</strong>l día y <strong>la</strong> noche, el verano y el invierno; es según <strong>la</strong> voluntad y el consejo <strong>de</strong> Dios. No<br />

<strong>de</strong>bemos atribuir nuestras aflicciones a <strong>la</strong> suerte, porque son <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios; ni nuestros pecados al<br />

sino, porque son nuestros. El hombre nace en pecado y, por tanto, nace en problemas. Nada hay en<br />

este mundo para lo que hayamos nacido, y que podamos l<strong>la</strong>mar propio, salvo el pecado y los<br />

problemas. Las transgresiones concretas son chispas que salen vo<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong>l horno <strong>de</strong> <strong>la</strong> corrupción<br />

original. Tal es <strong>la</strong> fragilidad <strong>de</strong> nuestros cuerpos, y <strong>la</strong> vanidad <strong>de</strong> todos nuestros p<strong>la</strong>ceres, que<br />

nuestros problemas surgen <strong>de</strong> ellos como <strong>la</strong>s chispas vue<strong>la</strong>n hacia arriba; tantos son y tan rápido se<br />

siguen unos a otros. Elifaz reprueba a Job por no buscar a Dios en lugar <strong>de</strong> discutir con Él. ¿Alguno<br />

está afligido? Que ore. Es <strong>la</strong> tranquilidad <strong>de</strong>l corazón, un bálsamo para toda herida. —Elifaz hab<strong>la</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> lluvia, que somos proclives a consi<strong>de</strong>rar poca cosa, pero si pensamos cómo se produce, y lo<br />

que por el<strong>la</strong> se produce, veremos que es una gran obra <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y bondad. Con <strong>de</strong>masiada frecuencia<br />

no se nota al gran Autor <strong>de</strong> todo nuestro consuelo ni <strong>la</strong> manera en que nos es enviado, porque se<br />

toman por concedidos. —En los caminos <strong>de</strong> <strong>la</strong> Provi<strong>de</strong>ncia <strong>la</strong>s experiencias <strong>de</strong> unos son estímulo<br />

para otros, para esperar lo mejor en el peor <strong>de</strong> los momentos; porque es gloria <strong>de</strong> Dios enviar ayuda

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