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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Vv. 1-6. Los trastornos públicos son los más penosos para los que viven en el p<strong>la</strong>cer y son seguros y<br />

sensuales aunque todos los rangos sufran profundamente en tales momentos. Todos los tesoros<br />

ido<strong>la</strong>trados perecerán pronto salvo que sean levantados en juicio contra sus poseedores. Cuidaos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>fraudar y oprimir; y evitad hasta <strong>la</strong>s apariencias <strong>de</strong> mal. Dios no nos prohíbe usar el p<strong>la</strong>cer lícito,<br />

pero vivir en el p<strong>la</strong>cer, especialmente en el p<strong>la</strong>cer pecaminoso, es un pecado que provoca. ¿No daña<br />

a <strong>la</strong> gente el no equiparse para preocuparse por los intereses <strong>de</strong> sus almas, pero darse el gusto en los<br />

apetitos carnales? —El justo pue<strong>de</strong> ser con<strong>de</strong>nado y muerto, pero cuando el tal sufre por parte <strong>de</strong><br />

opresores, Dios lo nota. Por sobre todos sus otros <strong>de</strong>litos, los judíos habían con<strong>de</strong>nado y crucificado<br />

al Justo que vino a ellos, a Jesucristo el Justo.<br />

Vv. 7-11. Piénsese en el que espera una cosecha <strong>de</strong> maíz, ¿y no esperarás una corona <strong>de</strong> gloria?<br />

Si fueras l<strong>la</strong>mado a esperar un poco más que el campesino, ¿no es que hay algo más valioso que<br />

esperar? En todo sentido se viene aproximando <strong>la</strong> venida <strong>de</strong>l Señor y todas <strong>la</strong>s pérdidas, privaciones<br />

y sufrimientos <strong>de</strong> su pueblo serán recompensados. Los hombres cuentan como <strong>la</strong>rgo el tiempo<br />

porque lo mi<strong>de</strong>n según sus propias vidas, pero todo el tiempo es como nada para Dios; es como un<br />

instante. Unos cuantos años parecen siglos a <strong>la</strong>s criaturas <strong>de</strong> corta vida; pero <strong>la</strong> Escritura que mi<strong>de</strong><br />

todas <strong>la</strong>s cosas por <strong>la</strong> existencia <strong>de</strong> Dios, reconoce que miles <strong>de</strong> años son como algunos días. —Dios<br />

hizo cosas en el caso <strong>de</strong> Job para mostrar c<strong>la</strong>ramente que Él es muy compasivo y <strong>de</strong> tierna<br />

misericordia. Esto no se ve durante sus problemas, pero se vio en el resultado, y ahora los creyentes<br />

encuentran un final feliz en sus pruebas. Sirvamos a nuestro Dios y soportemos nuestras pruebas<br />

como quienes creen que el final coronará todo. Nuestra dicha eterna está segura si confiamos en Él:<br />

todo lo <strong>de</strong>más es pura vanidad que pronto será terminada para siempre.<br />

Vv. 12-18. Se con<strong>de</strong>na el pecado <strong>de</strong> jurar; pero ¡cuántos toman a <strong>la</strong> ligera el jurar profano<br />

corriente! Tales juramentos arrojan <strong>de</strong>sprecio expreso contra el nombre y <strong>la</strong> autoridad <strong>de</strong> Dios. Este<br />

pecado no produce ganancia, p<strong>la</strong>cer ni fama, pero muestra una enemistad contra Dios que no es<br />

necesaria ni tiene provecho. Muestra que el hombre es enemigo <strong>de</strong> Dios, por más que pretenda<br />

l<strong>la</strong>marse con su nombre, o participar a veces en los actos <strong>de</strong> adoración. Pero el Señor no consi<strong>de</strong>rará<br />

inocentes a quienes toman su nombre en vano. —En el día <strong>de</strong> <strong>la</strong> aflicción nada es más oportuno que<br />

<strong>la</strong> oración. Entonces el espíritu está más humil<strong>la</strong>do y el corazón, quebrantado y b<strong>la</strong>ndo. Es necesario<br />

ejercer fe y esperanza en <strong>la</strong>s aflicciones; y <strong>la</strong> oración es el medio establecido para obtener e<br />

incrementar esas gracias. —Fíjese que <strong>la</strong> salvación <strong>de</strong>l enfermo no se atribuye a <strong>la</strong> unción con aceite,<br />

sino a <strong>la</strong> oración. En un momento <strong>de</strong> enfermedad no es <strong>la</strong> oración fría y formal <strong>la</strong> que es efectiva,<br />

sino <strong>la</strong> oración <strong>de</strong> fe. La gran cosa que <strong>de</strong>bemos rogar <strong>de</strong> Dios para nosotros y los <strong>de</strong>más en el<br />

tiempo <strong>de</strong> enfermedad es el perdón <strong>de</strong> pecado. Que nada se haga para estimu<strong>la</strong>r a nadie a tardar, con<br />

<strong>la</strong> equivocada noción <strong>de</strong> que una confesión, una oración, <strong>la</strong> absolución y <strong>la</strong> exhortación <strong>de</strong> parte <strong>de</strong><br />

un ministro, o el sacramento, arreg<strong>la</strong>rán todo en el último momento, cuando se han <strong>de</strong>scuidado los<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida piadosa. La confesión mutua <strong>de</strong> nuestras faltas ayudará mucho a <strong>la</strong> paz y al amor<br />

fraternal. Mucho sirve cuando una persona justa, un creyente verda<strong>de</strong>ro, justificado en Cristo, y por<br />

su gracia, que anda <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> Dios en santa obediencia, presenta una oración ferviente eficaz, puesta<br />

en su corazón por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu Santo, <strong>la</strong> que produce afectos santos y expectativas <strong>de</strong> fe, y<br />

así guía con fervor a pedir <strong>la</strong>s promesas <strong>de</strong> Dios en su trono <strong>de</strong> misericordia. —El caso <strong>de</strong> Elías<br />

<strong>de</strong>muestra el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración. No <strong>de</strong>bemos mirar al mérito <strong>de</strong>l hombre cuando oramos, sino a <strong>la</strong><br />

gracia <strong>de</strong> Dios. No basta <strong>de</strong>cir una oración sino <strong>de</strong>bemos pedir en <strong>la</strong> oración. Los pensamientos<br />

<strong>de</strong>ben quedar fijos, los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>ben ser firmes y ardientes, y <strong>la</strong>s gracias <strong>de</strong>ben ejercerse. Este caso<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración da ánimos a todo cristiano para orar eficazmente. Dios nunca dice a nadie <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> simiente <strong>de</strong> Jacob: ―Buscad en vano mi rostro‖. Don<strong>de</strong> pueda parecer que no es un gran mi<strong>la</strong>gro<br />

<strong>de</strong> Dios al contestar nuestras oraciones, aún hay mucha gracia.

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