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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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satisfacción a su alma. Los corazones carnales no miran más alto que <strong>la</strong>s metas carnales. Dame, dijo<br />

el<strong>la</strong>, no para que yo tenga <strong>la</strong> vida eterna, propuesta por Cristo, sino para que no tenga que venir más<br />

aquí a buscar agua. —La mente carnal es muy ingeniosa para cambiar <strong>la</strong>s convicciones e impedir<br />

que apremien, pero ¡nuestro Señor Jesús dirige muy certeramente <strong>la</strong> convicción <strong>de</strong> pecado a <strong>la</strong><br />

conciencia <strong>de</strong> el<strong>la</strong>! La reprendió severamente por su presente estado <strong>de</strong> vida. —La mujer reconoció<br />

que Cristo era profeta. El po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su pa<strong>la</strong>bra para escudriñar el corazón y convencer <strong>de</strong> cosas<br />

secretas a <strong>la</strong> conciencia es prueba <strong>de</strong> autoridad divina. —Pensar que <strong>de</strong>saparecen <strong>la</strong>s cosas por <strong>la</strong>s<br />

que luchamos <strong>de</strong>biera enfriar nuestras contiendas. El objeto <strong>de</strong> adoración seguirá siendo el mismo,<br />

Dios, como Padre, pero se pondrá fin a todas <strong>la</strong>s diferencias sobre el lugar <strong>de</strong> adoración. La razón<br />

nos enseña a consi<strong>de</strong>rar <strong>la</strong> <strong>de</strong>cencia y <strong>la</strong> conveniencia en los lugares <strong>de</strong> nuestro servicio <strong>de</strong><br />

adoración, pero <strong>la</strong> religión no da preferencia a un lugar respecto <strong>de</strong> otro en cuanto a <strong>la</strong> santidad y <strong>la</strong><br />

aprobación <strong>de</strong> Dios. —Los judíos tenían, por cierto, <strong>la</strong> razón. Quienes han obtenido cierto<br />

conocimiento <strong>de</strong> Dios por <strong>la</strong>s Escrituras, saben a quién adoran. La pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> salvación era <strong>de</strong> los<br />

judíos. Llegó a otras naciones a través <strong>de</strong> ellos. Cristo prefirió, con justicia, <strong>la</strong> adoración judía antes<br />

que <strong>la</strong> samaritana, pero aquí hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> lo anterior como algo que pronto se terminará. Dios estaba por<br />

ser reve<strong>la</strong>do como el Padre <strong>de</strong> todos los creyentes <strong>de</strong> toda nación. El espíritu o alma <strong>de</strong>l hombre,<br />

influido por el Espíritu Santo, <strong>de</strong>be adorar a Dios y tener comunión con Él. Los afectos espirituales,<br />

como se <strong>de</strong>muestran en <strong>la</strong>s oraciones, súplicas y acciones <strong>de</strong> gracia fervorosas, constituyen <strong>la</strong><br />

adoración <strong>de</strong> un corazón recto, en el cual Dios se <strong>de</strong>leita y es glorificado. —La mujer estaba<br />

dispuesta a <strong>de</strong>jar <strong>la</strong> cuestión sin <strong>de</strong>cidir hasta <strong>la</strong> venida <strong>de</strong>l Mesías, pero Cristo le dijo: Yo soy, el que<br />

hab<strong>la</strong> contigo. El<strong>la</strong> era una samaritana extranjera y hostil; el sólo hab<strong>la</strong>r con el<strong>la</strong> era consi<strong>de</strong>rado<br />

como <strong>de</strong>sprestigio para nuestro Señor Jesús. Sin embargo, nuestro Señor se reveló a esta mujer con<br />

más plenitud <strong>de</strong> lo que había hecho con cualquiera <strong>de</strong> sus discípulos. Ningún pecado pasado pue<strong>de</strong><br />

impedir que seamos aceptados por Él, si nos humil<strong>la</strong>mos ante Él, creyendo en Él como el Cristo, el<br />

Salvador <strong>de</strong>l mundo.<br />

Vv. 27—42. Los discípulos se asombraron <strong>de</strong> que Cristo conversara con una samaritana, aunque<br />

sabían que era por una buena razón y para un propósito bueno. Así, pues, cuando aparecen<br />

dificulta<strong>de</strong>s en <strong>de</strong>talles en <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y en <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Dios, es bueno que nos satisfagamos con<br />

que todo lo que Jesucristo dice y hace está bien. —Dos cosas afectaron a <strong>la</strong> mujer. La magnitud <strong>de</strong><br />

su conocimiento. Cristo conoce todos los pensamientos, pa<strong>la</strong>bras y acciones <strong>de</strong> todos los hijos <strong>de</strong> los<br />

hombres. El po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su pa<strong>la</strong>bra. Le habló con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> sus pecados secretos. El<strong>la</strong> se aferró <strong>de</strong> esa<br />

parte <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Cristo, muchos pensarían que el<strong>la</strong> se podía mostrar reacia a repetir, pero el<br />

conocimiento <strong>de</strong> Cristo, al cual somos guiados por <strong>la</strong> convicción <strong>de</strong> pecado, es muy probable que sea<br />

sano y salvador. —Ellos fueron a Él: los que <strong>de</strong>seen conocer a Cristo <strong>de</strong>ben hal<strong>la</strong>rlo don<strong>de</strong> Él<br />

registre su nombre. Nuestro Maestro nos ha <strong>de</strong>jado un ejemplo para que aprendamos a hacer <strong>la</strong><br />

voluntad <strong>de</strong> Dios como Él <strong>la</strong> hizo; con diligencia como los que hacen su actividad <strong>de</strong> el<strong>la</strong>; con<br />

<strong>de</strong>leite y p<strong>la</strong>cer en el<strong>la</strong>. Cristo compara su obra con <strong>la</strong> siega. La siega está <strong>de</strong>terminada y se cuida<br />

antes que llegue; así fue el evangelio. El tiempo <strong>de</strong> cosechar es tiempo <strong>de</strong> mucho trabajo; entonces,<br />

todos <strong>de</strong>ben estar en <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores. El tiempo <strong>de</strong> <strong>la</strong> siega es corto y <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> <strong>la</strong> cosecha <strong>de</strong>be hacerse<br />

entonces, o no se hará; así, pues, el tiempo <strong>de</strong>l evangelio es una temporada que no pue<strong>de</strong> recuperarse<br />

si se pasó. A veces Dios usa instrumentos muy débiles e improbables para empezar y seguir <strong>la</strong> buena<br />

obra. Nuestro Salvador difun<strong>de</strong> conocimiento en todo un pueblo enseñándole a una pobre mujer.<br />

Benditos son los que no se ofen<strong>de</strong>n con Cristo. Desean verda<strong>de</strong>ramente apren<strong>de</strong>r más aquellos a<br />

quienes Dios enseña. Mucho agrega a <strong>la</strong> a<strong>la</strong>banza <strong>de</strong> nuestro amor por Cristo y su pa<strong>la</strong>bra si vence<br />

prejuicios. —La fe <strong>de</strong> ellos creció. En cuanto a esto: ellos creyeron que Él era el Salvador no sólo <strong>de</strong><br />

los judíos, sino <strong>de</strong>l mundo. Con esa certeza sabemos que el Cristo es verda<strong>de</strong>ramente Aquel, y sobre<br />

esa base, porque nosotros mismos le hemos oído.

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