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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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ser reconocida cuando los que aterrorizan y esc<strong>la</strong>vizan al prójimo, son ellos mismos aterrorizados y<br />

esc<strong>la</strong>vizados. —Cuando los profesantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión forman conexiones con personas impías, sus<br />

hijos suelen crecer siguiendo <strong>la</strong>s máximas y modas <strong>de</strong>l mundo impío. —La llegada a una posición <strong>de</strong><br />

autoridad <strong>de</strong>scubre <strong>la</strong> ambición y egoísmo <strong>de</strong>l corazón <strong>de</strong> los hombres; y los que pasan su vida en <strong>la</strong><br />

maldad, generalmente <strong>la</strong> terminan por <strong>la</strong> violencia.<br />

Vv. 10—14. Jerusalén era una vid floreciente y fructífera. Esta vid está ahora <strong>de</strong>struida, aunque<br />

no arrancada <strong>de</strong> raíz. El<strong>la</strong> se ha hecho, por <strong>la</strong> maldad, como yesca para <strong>la</strong>s chispas <strong>de</strong> <strong>la</strong> ira <strong>de</strong> Dios<br />

<strong>de</strong> modo que sus propias ramas sirven <strong>de</strong> combustible para quemar<strong>la</strong>. Bendito sea Dios, aquí se<br />

alu<strong>de</strong> a una Rama <strong>de</strong> <strong>la</strong> vid, que no sólo llegará a ser una vara fuerte para el cetro <strong>de</strong> los que reinen,<br />

sino Él mismo es <strong>la</strong> Vid viva y verda<strong>de</strong>ra. Esto será para regocijo <strong>de</strong> todo el pueblo escogido <strong>de</strong> Dios<br />

a través <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s generaciones.<br />

CAPÍTULO XX<br />

Versículos 1—9. Se recuerda a los ancianos <strong>de</strong> Israel <strong>la</strong> ido<strong>la</strong>tría en Egipto. 10—26. En el <strong>de</strong>sierto.<br />

27—32. En Canaán. 33—44. Dios promete perdonarlos y restaurarlos. 45—49. Profecia contra<br />

Jerusalén.<br />

Vv. 1—9. Miserablemente endurecidos están los corazones que pi<strong>de</strong>n permiso a Dios para seguir en<br />

pecado aun cuando sufren por eso; ver versículo 32. Dios está justamente enojado con los que<br />

resuelven seguir en sus transgresiones. Haz que <strong>la</strong> gente conozca <strong>la</strong>s ma<strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> sus padres para<br />

que vean cuán justo fue que Dios los cortara.<br />

Vv. 10—26. En el Nuevo Testamento y en el Antiguo Testamento se hace referencia a <strong>la</strong> historia<br />

<strong>de</strong> Israel en el <strong>de</strong>sierto, para advertencia. Dios hizo gran<strong>de</strong>s cosas por ellos. Les dio <strong>la</strong> ley, y revivió<br />

<strong>la</strong> antigua obediencia <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> reposo. Los días <strong>de</strong> reposo son privilegios; son señales <strong>de</strong> que somos<br />

su pueblo. Si cumplimos el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>l día, para nuestro consuelo encontramos, que el Señor es quien<br />

nos hace santos, esto es, verda<strong>de</strong>ramente felices aquí; y nos prepara para ser felices, esto es,<br />

perfectamente santos, en el más allá. —Los israelitas se rebe<strong>la</strong>ron y fueron abandonados a los juicios<br />

que se acarrearon a sí mismos. A veces Dios hace que el pecado sea su propio castigo, sin embargo,<br />

Él no es el Autor <strong>de</strong>l pecado: para hacer miserables a los hombres no se necesita más que entregarlos<br />

a sus propios malos <strong>de</strong>seos y pasiones.<br />

Vv. 27—32. Los judíos persistieron en <strong>la</strong> rebeldía <strong>de</strong>spués que se insta<strong>la</strong>ron en <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong><br />

Canaán. Estos ancianos parecen haber pensado en unirse a los paganos. Nada hacemos por nuestra<br />

profesión, si es solo una profesión. Nada se logra por el cumplimiento pecaminoso; y los proyectos<br />

carnales <strong>de</strong> los hipócritas no tendrán cabida.<br />

Vv. 33—44. Los malvados israelitas, a pesar <strong>de</strong> que siguen los caminos pecaminosos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras<br />

naciones, no se mezc<strong>la</strong>n con ellos en su prosperidad, antes bien serán separados <strong>de</strong> ellos para<br />

<strong>de</strong>strucción. No hay forma <strong>de</strong> sacudirse el dominio <strong>de</strong> Dios, y los que no se rin<strong>de</strong>n al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su<br />

gracia, se hundirán bajo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su ira. Pero ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s joyas <strong>de</strong> Dios se per<strong>de</strong>rá en el <strong>de</strong>sván<br />

<strong>de</strong> este mundo. —Él llevará <strong>de</strong> nuevo a los judíos a <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> Israel y les dará arrepentimiento<br />

verda<strong>de</strong>ro. Ellos serán vencidos por su bondad: mientras más conozcamos <strong>de</strong> <strong>la</strong> santidad <strong>de</strong> Dios<br />

más vemos <strong>la</strong> odiosa naturaleza <strong>de</strong>l pecado. Los que permanecen sin ser afectados entre los medios<br />

<strong>de</strong> gracia, y vivan sin Cristo, como el mundo que los ro<strong>de</strong>a, pue<strong>de</strong>n estar seguros <strong>de</strong> que ese es el<br />

camino a <strong>la</strong> <strong>de</strong>strucción.

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