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Comentario de la Biblia Matthew Henry

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Dijo el necio en su corazón: No hay Dios. Aquí se <strong>de</strong>scribe al pecador como ateo, alguien que ha<br />

dicho que no hay Juez ni Soberano <strong>de</strong>l mundo, ni Provi<strong>de</strong>ncia que regule los asuntos <strong>de</strong> los hombres.<br />

Dice esto en su corazón. No pue<strong>de</strong> satisfacerle que no haya uno pero <strong>de</strong>sea que no lo hubiera y le<br />

comp<strong>la</strong>ce <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> que no lo haya; está dispuesto a pensar que no hay ninguno. Este pecador<br />

es un necio; es simple e impru<strong>de</strong>nte, y <strong>de</strong> él queda esto en evi<strong>de</strong>ncia: es malo y profano, y esta es <strong>la</strong><br />

causa. La pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios discierne estos pensamientos. Ningún hombre pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir: No hay Dios<br />

sin que esté tan endurecido en el pecado, que tiene como su especial interés que no haya nadie que lo<br />

l<strong>la</strong>me a rendir cuentas. —La enfermedad <strong>de</strong>l pecado ha infectado toda <strong>la</strong> raza humana. Todos se<br />

<strong>de</strong>sviaron, no hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno. Lo bueno que pueda haber en uno <strong>de</strong><br />

los hijos <strong>de</strong> los hombres, o que hagan ellos, no es <strong>de</strong> ellos mismos, sino <strong>la</strong> obra <strong>de</strong> Dios en ellos. Se<br />

han <strong>de</strong>sviado <strong>de</strong>l camino recto <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber, <strong>de</strong>l camino que lleva a <strong>la</strong> felicidad, y se han vuelto a <strong>la</strong><br />

senda <strong>de</strong>l <strong>de</strong>structor. Lamentemos <strong>la</strong> corrupción <strong>de</strong> nuestra naturaleza, y veamos cuánta necesidad<br />

tenemos <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios: no nos maravillemos <strong>de</strong> que se nos diga que <strong>de</strong>bemos nacer <strong>de</strong> nuevo.<br />

Y no <strong>de</strong>bemos confiar en nada que no sea <strong>la</strong> unión con Cristo y <strong>la</strong> nueva creación para <strong>la</strong> santidad<br />

por su Espíritu. El salmista se propone convencer a los pecadores <strong>de</strong>l mal y el peligro <strong>de</strong> su camino<br />

mientras se creen muy sabios y buenos y se sienten seguros. —Se <strong>de</strong>scribe su maldad. Quienes no se<br />

interesan por el pueblo <strong>de</strong> Dios, por los pobres <strong>de</strong> Dios, no se interesan por Dios mismo. La gente se<br />

mete en toda forma <strong>de</strong> maldad porque no invocan a Dios pidiendo su gracia. ¿Qué cosa buena pue<strong>de</strong><br />

esperarse <strong>de</strong> los que viven sin orar? Pero los que no temen a Dios pue<strong>de</strong>n ser arrastrados por el<br />

temor cuando cruje una hoja <strong>de</strong> árbol. Todo nuestro conocimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>pravación <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza<br />

humana <strong>de</strong>be hacernos apreciar más <strong>la</strong> salvación que viene <strong>de</strong> Sion. Pero solo en el cielo toda <strong>la</strong><br />

multitud <strong>de</strong> los redimidos tendrá gozo completo y eterno. El mundo es malo; ¡oh, que venga el<br />

Mesías y cambie su carácter! La corrupción es universal; ¡oh, que lleguen los tiempos <strong>de</strong> reforma!<br />

Los triunfos <strong>de</strong>l Rey <strong>de</strong> Sion serán el gozo <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Sion. La segunda venida <strong>de</strong> Cristo para<br />

terminar finalmente con el domino <strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong> Satanás, será <strong>la</strong> culminación <strong>de</strong> esta salvación,<br />

que es <strong>la</strong> esperanza y será el gozo indudable <strong>de</strong> cada israelita. Con esta seguridad <strong>de</strong>bemos<br />

conso<strong>la</strong>rnos unos a otros, mientras estamos bajo los pecados <strong>de</strong> los pecadores y el sufrimiento <strong>de</strong> los<br />

santos.<br />

SALMO XV<br />

El camino al cielo: para ser felices, <strong>de</strong>bemos ser santos.—Se nos exhorta a andar en ese camino.<br />

Aquí hay una pregunta muy seria acerca <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong>l ciudadano <strong>de</strong> Sion. La felicidad <strong>de</strong> los<br />

santos glorificados es que habitan en el monte santo; ahí están en casa, ahí estarán por siempre. Nos<br />

correspon<strong>de</strong> asegurarnos <strong>de</strong> tener un lugar entre ellos. Aquí se da una respuesta muy c<strong>la</strong>ra y<br />

específica. Los que <strong>de</strong>sean conocer su <strong>de</strong>ber, encontrarán que <strong>la</strong> Escritura es un director muy fiel y <strong>la</strong><br />

conciencia, un monitor fiel. El ciudadano <strong>de</strong> Sion es sincero en su religión. Es realmente lo que<br />

profesa ser, y su propósito es permanecer completamente en toda <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios. Él es justo con<br />

Dios y el hombre; y al hab<strong>la</strong>r a ambos, dice <strong>la</strong> verdad en su corazón. Desprecia y aborrece lo malo y<br />

el engaño; no pue<strong>de</strong> aceptar una buena oferta, ni un ahorro, en base a una mentira; y sabe que el que<br />

hace mal a su prójimo, verá al final que se habrá hecho daño a sí mismo. Tiene mucho cuidado <strong>de</strong> no<br />

dañar a nadie. No hab<strong>la</strong> mal <strong>de</strong> nadie, no hace tema <strong>de</strong> su conversación corriente <strong>la</strong>s faltas <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>más; dice lo mejor <strong>de</strong> todos y lo peor <strong>de</strong> nadie. Si se le cuenta una historia <strong>de</strong> ma<strong>la</strong> naturaleza, él<br />

<strong>la</strong> reprueba si pue<strong>de</strong>; si no, no <strong>la</strong> sigue. Valora a los hombres por su virtud y piedad. La gente ma<strong>la</strong><br />

es vil, indigna y buena para nada; eso significa <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra. No mira en menos <strong>la</strong> piedad <strong>de</strong> nadie por<br />

su pobreza y baja condición. Reconoce que <strong>la</strong> piedad sincera da más honra al hombre que <strong>la</strong> riqueza<br />

o un gran nombre. Honra a los tales, <strong>de</strong>sea su conversación y se interesa en sus oraciones, se alegra

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